"No creo que sobrevivamos mil a?os sin dejar el planeta"
Ahora que he cumplido las tres veintenas m¨¢s 10, espero que me perdonen por pensar en mi vida pasada y en el modo en que nuestra comprensi¨®n del estado del Universo ha cambiado. Tambi¨¦n intentar¨¦ mirar hacia el futuro, m¨¢s all¨¢ del horizonte actual. (...)
En 1950, el lugar de trabajo de mi padre pas¨® a estar en el extremo norte de Londres, as¨ª que mi familia se traslad¨® cerca de all¨ª, a la ciudad catedralicia de St. Albans. Mis padres compraron una gran casa victoriana con algo de car¨¢cter pero St. Albans result¨® ser un lugar un tanto aburrido y conservador comparado con Highgate. En Highgate, nuestra familia parec¨ªa bastante normal, pero en St. Albans creo que seguramente nos consideraban unos exc¨¦ntricos. Mi padre pensaba que no pod¨ªamos permitirnos un coche nuevo, de modo que compr¨® un taxi de Londres de antes de la guerra y entre los dos construimos un barrac¨®n que serv¨ªa de garaje. Los vecinos estaban indignados, pero no pod¨ªan detenernos. Como la mayor¨ªa de los chicos, me sent¨ªa avergonzado por mis padres. Pero a ellos nunca les preocup¨®. Pienso que aprend¨ª algo de ellos porque, en ¨¦pocas posteriores de mi vida, a menudo he propuesto ideas que han indignado a mis compa?eros.
"Cada universo tiene muchas historias posibles y muchos estados posibles"
"Acu¨¦rdense de mirar hacia las estrellas y no hacia sus pies"
Cuando inicialmente nos trasladamos a St. Albans, me enviaron a la Escuela Superior Femenina, que a pesar de su nombre, aceptaba a ni?os hasta los 10 a?os, pero m¨¢s tarde fui a la Escuela St. Albans. Nunca estuve muy por encima de la media de la clase (era una clase muy inteligente). Mi aula estaba muy desordenada y mi caligraf¨ªa era la desesperaci¨®n de mis profesores. Pero mis compa?eros de clase me pusieron el apodo de Einstein, as¨ª que supongo que vieron indicios de algo mejor. Cuando ten¨ªa 12 a?os, uno de mis amigos apost¨® con otro una bolsa de caramelos a que yo nunca llegar¨ªa a nada. No s¨¦ si esta apuesta lleg¨® a pagarse ni, en tal caso, en qu¨¦ sentido se decidi¨®. (...)
En octubre de 1962, cuando llegu¨¦ a Cambridge, al DAMTP, el departamento de matem¨¢ticas aplicadas y f¨ªsica te¨®rica, ten¨ªa 20 a?os. Hab¨ªa solicitado trabajar con Fred Hoyle, el astr¨®nomo brit¨¢nico m¨¢s famoso de la ¨¦poca. Digo astr¨®nomo porque la cosmolog¨ªa apenas era reconocida entonces como una disciplina leg¨ªtima. Sin embargo, Hoyle ten¨ªa ya suficientes alumnos, as¨ª que me llev¨¦ un gran chasco cuando me asignaron a Dennis Sciama, de quien no hab¨ªa o¨ªdo hablar. Pero menos mal que no estudi¨¦ con Hoyle, porque me habr¨ªa visto arrastrado a defender su teor¨ªa del estado estacionario, una labor que habr¨ªa sido m¨¢s dif¨ªcil que salvar el euro. (...)
Hace no mucho, escrib¨ª un nuevo libro, El gran dise?o, con Leonard Mlodninov, para intentar abordar algunos problemas que quedaron sin resolver en Breve historia del tiempo. Vemos que las leyes de la ciencia describen c¨®mo se comporta el Universo, pero para comprender el Universo del modo m¨¢s profundo, tambi¨¦n tenemos que comprender el porqu¨¦.
?Por qu¨¦ hay algo en lugar de nada?
?Por qu¨¦ existimos?
?Por qu¨¦ este conjunto concreto de leyes y no alg¨²n otro?
Creo que la respuesta a todas estas preguntas es la Teor¨ªa de Cuerdas. La Teor¨ªa de Cuerdas es la ¨²nica teor¨ªa unificada que tiene todas las propiedades que pensamos que deber¨ªa tener la teor¨ªa final. No es una teor¨ªa en el sentido habitual de la expresi¨®n, sino toda una familia de teor¨ªas diferentes, cada una de las cuales es una buena descripci¨®n de las observaciones solo en cierto rango de las situaciones f¨ªsicas. La Teor¨ªa de Cuerdas predice que se crearon una gran cantidad de universos de la nada. Estos universos m¨²ltiples pueden surgir de forma natural de las leyes f¨ªsicas. Cada universo tiene muchas historias posibles y muchos estados posibles en ¨¦pocas posteriores, es decir, en ¨¦pocas como la actual, mucho despu¨¦s de su creaci¨®n. La mayor¨ªa de estos estados ser¨¢n bastante diferentes del Universo que observamos y bastante poco id¨®neos para la existencia de cualquier forma de vida. Solo unos pocos permitir¨ªan que existiesen criaturas como nosotros. Por consiguiente, nuestra presencia selecciona, de ese inmenso conjunto, ¨²nicamente aquellos universos que sean compatibles con nuestra existencia. Aunque somos raqu¨ªticos e insignificantes en la escala del cosmos, esto nos convierte, en cierto sentido, en se?ores de la creaci¨®n.
Sigue habiendo esperanzas de que veamos la primera prueba de la Teor¨ªa de Cuerdas en el LHC, el acelerador de part¨ªculas situado en Ginebra. Desde el punto de vista de la Teor¨ªa de Cuerdas, solo estudia las energ¨ªas bajas, pero podr¨ªamos tener suerte y ver una se?al m¨¢s d¨¦bil de la teor¨ªa fundamental, como la supersimetr¨ªa. Pienso que el descubrimiento de compa?eras supersim¨¦tricas de las part¨ªculas conocidas revolucionar¨ªa nuestra comprensi¨®n del Universo. No siento lo mismo respecto al bos¨®n de Higgs, raz¨®n por la que apuesto 100 d¨®lares a que no lo encontrar¨¢n en el LHC. La f¨ªsica ser¨ªa mucho m¨¢s interesante si no lo encontrasen, pero ahora da la impresi¨®n de que podr¨ªa perder otra apuesta. (...)
Los avances m¨¢s recientes en la cosmolog¨ªa se han logrado a partir del espacio, donde hay visiones ininterrumpidas de nuestro inmenso y hermoso Universo. Pero tambi¨¦n debemos seguir yendo al espacio por el futuro de la humanidad. No creo que sobrevivamos otros mil a?os sin escapar de nuestro fr¨¢gil planeta. Por tanto, quiero fomentar el inter¨¦s p¨²blico por el espacio y yo mismo he estado entrenando por adelantado.
As¨ª que perm¨ªtanme terminar con una reflexi¨®n sobre el estado del Universo. Ha sido una ¨¦poca gloriosa en la que vivir e investigar en f¨ªsica te¨®rica. Nuestra imagen del Universo ha cambiado much¨ªsimo en los ¨²ltimos 40 a?os y me siento feliz si he aportado mi granito de arena. El hecho de que nosotros, los humanos, que tambi¨¦n somos meros conjuntos de part¨ªculas fundamentales de la naturaleza, hayamos sido capaces de acercarnos tanto a la comprensi¨®n de las leyes que nos gobiernan a nosotros mismos y nuestro Universo es un gran triunfo. Quiero compartir mi emoci¨®n y entusiasmo por esta b¨²squeda. As¨ª que acu¨¦rdense de mirar hacia las estrellas y no hacia sus pies. Intenten encontrarle un sentido a lo que ven y preg¨²ntense por aquello que hace que exista el universo. Sean curiosos. Y por muy dif¨ªcil que pueda parecerles la vida, siempre hay algo que pueden hacer y en lo que pueden tener ¨¦xito. Lo importante es que no se rindan.
Gracias por escucharme.
Traducci¨®n de News Clips.
Stephen Hawking
Con la posible excepci¨®n de Einstein, Stephen Hawking (Oxford, Reino Unido, 1942) es probablemente el f¨ªsico m¨¢s conocido por el p¨²blico moderno, y por tanto de la no muy larga historia de la ciencia. Su fama se debe en parte a la esclerosis lateral amiotr¨®fica (ELA) que atrap¨® su cuerpo en una c¨¢rcel de inmovilidad hace ya 45 a?os, un periodo ins¨®lito que tiene asombrados a los m¨¦dicos. Pero tambi¨¦n es cierto que Hawking, uno de los mejores cerebros de la f¨ªsica te¨®rica del siglo XX, ha explotado a fondo esa popularidad para servir a la comunidad cient¨ªfica de altavoz, aunque sea a trav¨¦s de un sintetizador de voz que maneja penosamente con la ¨²ltima hebra de movimiento que sobrevive en un dedo de su mano derecha.
El gran logro de Hawking ha sido el descubrimiento de formas de combinar la cosmolog¨ªa, basada en la teor¨ªa de la relatividad de Einstein, con la mec¨¢nica cu¨¢ntica que rige el mundo subat¨®mico. Estas dos teor¨ªas son los cimientos de toda la f¨ªsica actual, y cada una de ellas ha superado hasta ahora las pruebas experimentales m¨¢s exigentes. Tambi¨¦n son el fundamento de la tecnolog¨ªa contempor¨¢nea, de los ordenadores al GPS. Y sin embargo son incompatibles entre s¨ª. Las elegantes ecuaciones que describen el tiempo, el espacio, la gravedad y la forma del cosmos se deshacen cuando uno intenta aplicarlas a la escala de los ¨¢tomos, donde el espacio y el tiempo dejan de ser continuos y empieza a imperar el entorno discreto y probabil¨ªstico del mundo cu¨¢ntico.
Hawking percibi¨® que los agujeros negros pod¨ªan constituir un laboratorio mental para combinar esas dos grandes teor¨ªas: su enorme masa les fuerza a obedecer las leyes de la cosmolog¨ªa, pero su ¨ªnfimo tama?o los convierte a la vez en objetos cu¨¢nticos. Un mundo de paradojas en el que su mente ha aprendido a moverse como un pez en el agua: a moverse como no puede hacerlo con sus m¨²sculos en el mundo real. Por lo dem¨¢s, Hawking es un cient¨ªfico muy normal, que supervisa a un grupo de estudiantes de doctorado, atiende a los seminarios de su departamento en la Universidad de Cambridge y dedica buena parte de su tiempo a leer los ¨²ltimos papers, o art¨ªculos cient¨ªficos.
El f¨ªsico es uno de los raros cient¨ªficos que cree en la necesidad de transmitir al p¨²blico la ciencia de su tiempo. Recibi¨® el premio Pr¨ªncipe de Asturias en 1989, e interviene a menudo en reuniones y actos p¨²blicos. Su libro de 1988 Breve historia del tiempo fue adquirido por uno de cada 750 habitantes del planeta, seg¨²n sus propios c¨¢lculos, y fue solo el primero de una larga lista de ¨¦xitos editoriales. Sigue en la brecha, todav¨ªa aspirando a entenderlo todo.
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