La trama corrupta G¨¹rtel sienta a Garz¨®n en el banquillo del Supremo
Los jefes de la red delictiva que salpica al PP piden para el juez que les encarcel¨® hasta 17 a?os de inhabilitaci¨®n por pinchar sus conversaciones con abogados
El juez Baltasar Garz¨®n, magistrado reconocido internacionalmente por la instrucci¨®n de casos relacionados con cr¨ªmenes contra la Humanidad, el terrorismo etarra y las redes del narcotr¨¢fico, enfilar¨¢ ma?ana la escalinata del Tribunal Supremo hacia el que previsiblemente ser¨¢ el ¨²ltimo acto de su trayectoria judicial: se sentar¨¢ en el banquillo de los acusados para ser sometido a juicio por supuesta prevaricaci¨®n al haber intervenido las comunicaciones en prisi¨®n de los jefes de la red G¨¹rtel, a los que encarcel¨®, con sus abogados. La red G¨¹rtel es la mayor trama de corrupci¨®n pol¨ªtica de Espa?a vinculada al PP.
La acusaci¨®n, sustentada por los jefes corruptos, Francisco Correa y Pablo Crespo, adem¨¢s de por el abogado Ignacio Pel¨¢ez, que representa al empresario vinculado a la trama Jos¨¦ Luis Ulibarri, reclaman entre 10 y 17 a?os de inhabilitaci¨®n para Garz¨®n por haber vulnerado su derecho de defensa al haber intervenido sus comunicaciones en prisi¨®n, incluidas las mantenidas con sus abogados. Correa y Crespo, que supuestamente repartieron millones entre cargos del PP para conseguir sustanciosos contratos, siguen en prisi¨®n desde que los encarcel¨® Garz¨®n, pero han dispuesto de medios sobrados para pagar unos abogados muy caros que han conseguido sentar al juez Garz¨®n en el banquillo y, muy posiblemente, acabar con su carrera para siempre. Entre esos letrados, hay dos antiguos colegas de Garz¨®n en la Audiencia: el exjuez Jos¨¦ Antonio Chocl¨¢n, abogado de Correa, y el exfiscal Ignacio Pel¨¢ez, que promovi¨® la querella inicial. Si Garz¨®n es condenado, ser¨¢ expulsado de la carrera judicial.
Varela y Marchena, los instructores de los otros procesos, est¨¢n en el tribunal
El magistrado vuelve al banquillo el d¨ªa 24 por abrir la causa del franquismo
Dos antiguos compa?eros de Garz¨®n son ahora sus acusadores
El testimonio del juez que prorrog¨® las escuchas ha sido rechazado
El pesimismo sobre la suerte del magistrado, que lleva casi dos a?os suspendido de funciones, pesa en su entorno. El desarrollo de la instrucci¨®n, en paralelo con otras dos causas que tiene abiertas -por investigar cr¨ªmenes del franquismo y por cobros de dos cursos jur¨ªdicos impartidos en Nueva York y en los que otro juez lleva m¨¢s de dos a?os buscando un supuesto cohecho- dejan pocos resquicios, seg¨²n su entorno, sobre las intenciones de la Sala Penal del Supremo. Y la arremetida final del instructor del caso de las escuchas, Alberto Jorge Barreiro, cierra virtualmente cualquier especulaci¨®n sobre un resultado distinto al de culpable, seg¨²n las mismas fuentes. Garz¨®n, seg¨²n Barreiro, al ordenar las escuchas a los abogados lesion¨® "uno de los principios b¨¢sicos del sistema penal, retrotray¨¦ndonos a un estatus procesal anterior al Estado de derecho". Las escuchas a los abogados fueron anuladas por la Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
Aunque la fiscal¨ªa solicit¨® desde un primer momento el sobreseimiento y ahora reclama la absoluci¨®n asegurando que Garz¨®n no cometi¨® ning¨²n delito, los distintos fiscales que han intervenido en los tres procesos han visto rechazadas una y otra vez todas sus peticiones.
La defensa de Garz¨®n, a cargo del abogado Francisco Baena Bocanegra en este proceso, ha visto rechazadas por el Supremo sus principales peticiones de prueba: la declaraci¨®n del juez del Tribunal Superior de Madrid Antonio Pedreira, que tras suceder a Garz¨®n en la instrucci¨®n prorrog¨® las escuchas, y la de las dos fiscales Anticorrupci¨®n que las validaron. El testimonio de Pedreira era clave para la defensa, dado que este juez no solo prorrog¨® las escuchas sino que desestim¨® los recursos de los imputados y resolvi¨® sobre las propuestas de las fiscales respecto a qu¨¦ escuchas deb¨ªan incorporarse a la causa.
El juicio se desarrollar¨¢ en principio en tres sesiones de ma?ana, que son las que el Supremo considera suficientes para liquidar el asunto. Se trata de un proceso t¨¦cnico, basado en la prueba documental, y sin poder contar con la versi¨®n del juez Pedreira y la de las dos fiscales Anticorrupci¨®n el inter¨¦s de las sesiones queda restringido a las explicaciones que el propio Garz¨®n exponga durante su interrogatorio. A rengl¨®n seguido, a Garz¨®n le espera nuevamente el banquillo el pr¨®ximo d¨ªa 24, en que afrontar¨¢ su segundo juicio por la investigaci¨®n de los cr¨ªmenes del franquismo, hasta mediados de febrero.
Durante los dos a?os que ha durado el proceso del Supremo a Garz¨®n, sus abogados han conseguido que la Sala Especial del alto tribunal reconociese que los mismos magistrados que abrieron los procesos y que despu¨¦s planeaban juzgarle estaban contaminados. Por primera vez en la historia del Supremo, la Sala Especial declar¨® que el presidente de la Sala Penal, Juan Saavedra, y otros ocho magistrados carec¨ªan de la necesaria apariencia de imparcialidad para juzgar a Garz¨®n.
Pero esa ¨²nica victoria procesal pronto se demostr¨® ineficaz y hasta contraproducente. La Sala Penal sustituy¨® a los jueces iniciales de un tribunal por los contaminados del otro y viceversa. As¨ª, tras la remoci¨®n de los cinco jueces iniciales de las escuchas a G¨¹rtel, en el tribunal definitivo figuran tres magistrados que abrieron la causa contra Garz¨®n por investigar el franquismo. Y a estos se han sumado los jueces instructores de los otros dos procesos: Luciano Varela, el juez que proces¨® a Garz¨®n por su investigaci¨®n del franquismo, y Manuel Marchena, que lleva dos a?os investigando las ganancias del juez.
El tribunal de las escuchas a G¨¹rtel ha quedado definitivamente configurado por Joaqu¨ªn Gim¨¦nez, como presidente; Miguel Colmenero, ponente de la sentencia; y los magistrados Andr¨¦s Mart¨ªnez Arrieta, Francisco Monterde, Juan Ram¨®n Berdugo, Luciano Varela y Manuel Marchena. Ideol¨®gicamente, son tres progresistas (Jim¨¦nez, Arrieta y Varela) y cuatro conservadores, pero en este caso alguno de los progresistas, como Varela, puede ser m¨¢s letal para Garz¨®n que cualquiera de los conservadores, seg¨²n fuentes del entorno del encausado.
En cuanto a Marchena, ser¨¢ seguramente el primer magistrado de la historia que juzgue a un imputado por las ma?anas (por las escuchas a G¨¹rtel) e instruya una causa contra el mismo por las tardes (el caso de sus honorarios en Nueva York). Y ambos asuntos, por presuntos delitos de prevaricaci¨®n. El intento de ¨²ltima hora del defensor de Garz¨®n de apartar a ambos jueces del tribunal ha fracasado. Garz¨®n ha explicado hasta la saciedad que los cabecillas de la trama corrupta, Francisco Correa y Pablo Crespo, dispon¨ªan de un conglomerado de sociedades en para¨ªsos fiscales creadas por testaferros a trav¨¦s de despachos de asesoramiento jur¨ªdico y fiscal. Su detenci¨®n retras¨® varias operaciones en marcha, entre ellas la relativa al blanqueo de fondos de una cuenta en Suiza de m¨¢s de 20 millones de euros. A la vista de que los imputados iban a continuar el blanqueo de fondos a trav¨¦s de terceros que les visitasen en prisi¨®n, Garz¨®n orden¨® la grabaci¨®n de todas sus conversaciones, incluidos sus abogados, aunque despu¨¦s expurg¨® las que afectasen a la estrategia de defensa.
Frente a esta versi¨®n de Garz¨®n, el instructor Alberto Jorge Barreiro ha preferido la de los cabecillas de la trama y sostiene que Garz¨®n quiso conocer "indebidamente" la estrategia de defensa de sus abogados. Barreiro considera a Garz¨®n autor de un delito continuado de prevaricaci¨®n y otro de uso de artificios de escucha y grabaci¨®n con violaci¨®n de las garant¨ªas constitucionales.
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