?Es que ya nadie va a ilusionarse?
En los repertorios que usamos para interpretar la realidad, algunas palabras como ilusi¨®n, alegr¨ªa, optimismo o entusiasmo han perdido brillo. No se ajustan al contexto, pero sin ellas la vida queda encogida. Siguen ah¨ª, esper¨¢ndonos.
En tiempos de indignaci¨®n parece contrapuesto estar reivindicando el entusiasmo como motor de nuestra existencia, tanto individual como colectiva. Sin embargo, es un ejercicio necesario el comprender la simultaneidad de nuestras emociones, as¨ª como las graves consecuencias que conlleva instalarse en creencias limitantes, m¨¢s a¨²n cuando se contagian masivamente. Mucha gente se siente hoy invadida por sentimientos de desesperanza, impotencia y p¨¦rdida de validez personal. No cabe duda de que existen razones y evidencias para ello. Pero tambi¨¦n es cierto que por nuestras venas sigue circulando la vida, que el coraz¨®n sigue batiendo, que todo nuestro organismo sigue despierto y sensible. No hemos perdido a¨²n, que se sepa, la capacidad de sentirnos vivos, de decidir hasta d¨®nde queremos que nos afecten los sucesos del exterior y, sobre todo, no hemos perdido la facultad de seguir sintiendo y amando. Tenemos, si queremos, la posibilidad de cambiar, de decidir c¨®mo vivir.
"Caer no es el problema. Lo ser¨¢ el tiempo que necesitemos para levantarnos de nuevo"
TODO OCURRE SIMULT?NEAMENTE
"Los ideales que iluminan mi camino y una y otra vez me han dado coraje para enfrentar la vida con alegr¨ªa han sido: la amabilidad, la belleza y la verdad" (Albert Einstein)
Existen motivos para la indignaci¨®n y tambi¨¦n para la alegr¨ªa o el entusiasmo. Lo malo del asunto es cuando quedamos atrapados en un sentimiento, en solo uno, y lo convertimos en el filtro por el que percibimos toda realidad. Sabemos que, atrapados en una emoci¨®n, no solo se resiente nuestro organismo, sino que acuden a nuestra mente ideas y planes tamizados por dicha emoci¨®n. Si hay miedo, por ejemplo, se contrae el est¨®mago, asoman expresiones de terror y acuden a la mente im¨¢genes dram¨¢ticas. Si, por el contrario, sentimos emociones positivas, los efectos tambi¨¦n lo ser¨¢n.
Lo curioso del bagaje humano es que podemos sentir emociones y sentimientos contradictorios a la vez. Probablemente, habremos experimentado esas simultaneidades en situaciones reconocibles: en los duelos se mezclan el dolor y el amor; en las tensiones de pareja, el amor y el odio; cuando somos duros y tiernos a la vez con los hijos o con las amistades. Asistimos a un mundo en el que coexisten la avaricia y la especulaci¨®n con el altruismo y la compasi¨®n.
Dicho as¨ª, podemos simultanear la indignaci¨®n o la sensaci¨®n de impotencia con el coraje y el entusiasmo. Aunque aparenten contradicci¨®n, pueden ser experimentados a la vez. Todo depender¨¢ del que fomentemos m¨¢s, al que consideremos m¨¢s competente. La trampa consiste en creer solo en una posibilidad.
CONTAGIARSE DE ENTUSIASMO
"Los a?os arrugan la piel, pero renunciar al entusiasmo arruga el alma" (Albert Schwitzar)
El sustantivo entusiasmo procede del griego enthousiasm¨®s, formado sobre la preposici¨®n en y el sustantivo the¨®s (dios), lo que suele traducirse como el ser habitado por los dioses, o por las energ¨ªas creadoras del universo. El entusiasta tiene el poder de crear dentro de s¨ª mismo y, lo mejor, contagiarlo a los dem¨¢s. Esa es una de las claves del ¨¦xito en la vida. El entusiasmo tiene la mayor capacidad de influencia, mientras que el des¨¢nimo ahuyenta. El entusiasta que no vende humo despierta luz en los dem¨¢s.
La primera ocurrencia err¨®nea, cuando se habla de estas facultades, es considerarlas propiedades naturales o gen¨¦ticas. Pero el entusiasmo es energ¨ªa creadora, una fuerza generativa voluntaria. La tenemos todos, porque todos, en alg¨²n aspecto, hemos sentido su fulgor ante expectativas ilusionantes. Lo ¨²nico que puede degollar su presencia son las creencias limitantes; aqu¨ª podr¨ªamos inscribir los "no puedo", "no s¨¦", "no servir¨¢ de nada", "es imposible", "es muy dif¨ªcil"...
?Para qu¨¦ entusiasmarse ante tantas dificultades como nos pone la vida? Para convertirlas en posibilidades. ?De qu¨¦ sirve el entusiasmo cuando no se tiene trabajo? Pues precisamente para crear mejores condiciones para conseguirlo. Seligman confirm¨® en sus estudios que el entusiasmo se encuentra en aquellos individuos que piensan que hay que vivir plenamente cada momento de la vida, evitando el abatimiento y la indefensi¨®n.
En cambio, ?qu¨¦ se puede esperar del que no cree en s¨ª mismo? ?Qu¨¦ acaba contagiando aqu¨¦l que anda todo el d¨ªa indignado? No quisiera con ello mostrarme poco sensible ante el sufrimiento de muchas personas, entre los que incluyo a familiares propios. Tampoco propongo brindis al sol y mantenernos ingenuamente contentos, pero enga?ados. Solo me pregunto: ?Cu¨¢nto tiempo queremos permanecer encerrados en el sufrimiento? ?Tiene alguna utilidad? ?C¨®mo salir de ah¨ª?
DEL DES?NIMO A LA ILUSI?N
"La puerta de la felicidad se abre hacia dentro, hay que retirarse un poco para abrirla; si uno la empuja, la cierra cada vez m¨¢s" (S?ren Kierkegaard)
Es un hecho que el des¨¢nimo forma parte de nuestro vivir. Caer, entonces, no es el problema. Lo ser¨¢ el tiempo que necesitemos para levantarnos de nuevo. Hoy sabemos que estos procesos internos, la gesti¨®n de nuestras emociones, no depende solo de los est¨ªmulos exteriores, sino del manejo de nuestra mente; entre otras cosas, porque esa misma mente es la que crea est¨ªmulos que se convierten en estados emocionales. Pasar del des¨¢nimo a la ilusi¨®n es un ejercicio que requiere manejar sabiamente nuestros pensamientos y nuestras palabras, sosteniendo lo positivo y bloqueando toda anticipaci¨®n negativa o dram¨¢tica de un hecho que a¨²n no ha ocurrido. Ocup¨¦monos con entusiasmo del presente y dejemos para ma?ana lo que es del ma?ana.
Dec¨ªa Gregorio Mara?¨®n que el entusiasmo es signo de salud espiritual. Quiz¨¢ sea el remedio que necesitamos ante la avalancha y la indigesti¨®n de tanto mensaje catastrofista. Por qu¨¦ no mirar a nuestro alrededor y poner la atenci¨®n en las cosas peque?as, en los gestos amables, en las miradas tiernas, en los detalles que contiene un hermoso d¨ªa de sol o en la pasi¨®n que transmiten los que aman a la vida.
Obras con luz
1. Libros
- 'La fuerza del optimismo', de Luis Rojas Marcos (Aguilar).
- 'La inutilidad del sufrimiento', de Mar¨ªa Jes¨²s ?lava (La Esfera de los Libros).
- 'El entusiasmo'. Cuentos y relatos de Antonio Sk¨¢rmeta (Zigzag y Debolsillo).
2. pel¨ªculas
- 'Mi pie izquierdo', de Jim Sheridan.
- 'Patch Adams', de Tom Shadyac.
- 'La vida es bella', de Roberto Benigni.
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