Un 'ertzaina' corrobora que el supuesto asesino de Yasm¨ªn fue consciente del crimen
"Comprend¨ªa lo que hab¨ªa hecho y lo justificaba". Uno de los ertzainas que custodi¨® a Edward Enrique San Clemente durante los primeros minutos de su detenci¨®n corrobor¨® ayer que el supuesto asesino de Yasm¨ªn Zamira Rodr¨ªguez le confes¨® el crimen y la agresi¨®n que infligi¨® a Juan Pablo Urtizberea, el vecino de Ir¨²n que intent¨® mediar entre v¨ªctima y agresor. El acusado relat¨® al agente: "a ella le he cortado el cuello, al otro no s¨¦ si le he dado porque hab¨ªa mucho jaleo". "S¨¦ que me he arruinado la vida pero he hecho lo que ten¨ªa que hacer, porque me lo hab¨ªa hecho pasar muy mal y al otro le he dado porque se meti¨®" por medio.
San Clemente, sobre el que la Fiscal¨ªa y otras seis acusaciones piden m¨¢s de 40 a?os de c¨¢rcel, supuestamente asesin¨® a Rodr¨ªguez la madrugada del 9 de mayo de 2009 en Ir¨²n, tras amenazarla de muerte, perseguirla en coche y finalmente clavarle un cuchillo en el cuello. Tambi¨¦n asest¨® dos pu?aladas a Urtizberea. La tercera jornada del juicio que se celebra en la Audiencia Nacional de Gipuzkoa estuvo marcada por el testimonio de cerca de una docena de agentes que custodiaron y acompa?aron al agresor en las horas posteriores al crimen.
El agente destaca la "frialdad" del agresor al confesar que apu?al¨® a su mujer
"La frialdad me impact¨®", record¨® el ertzaina, en referencia al relato que hizo San Clemente, mir¨¢ndole directamente a los ojos, de lo ocurrido, estaba "totalmente tranquilo, me llam¨® mucho la atenci¨®n su aplomo". El agente descart¨® en su testimonio que el supuesto asesino fuera borracho, el argumento bajo el que se excusa el agresor para justificar que no recuerda nada de lo sucedido. "No ol¨ªa a alcohol, ni balbuceaba, ni ten¨ªa los ojos rojos", apunt¨® el agente, al igual que el resto de sus compa?eros que testificaron ayer. "Es la primera vez que me pasaba eso. La normalidad con la que lo contaba", insisti¨® el agente en referencia al estado emocional que presentaba al agresor en relaci¨®n con la gravedad de los hechos cometidos.
Una de las agentes que intervino en los hechos pormenoriz¨® los momentos de angustia que se vivieron en el hospital al que fueron trasladados Rodr¨ªguez y Urtizberea. La agente explic¨® que cuando lleg¨® al centro, los sanitarios intentaban reanimar a la v¨ªctima, cuando a los pocos minutos lleg¨® la ambulancia que transportaba al vecino de Ir¨²n. La ertzaina relat¨® c¨®mo a trav¨¦s de la pu?alada que San Clemente asest¨® en el abdomen a Urtizberea se le pod¨ªan ver las v¨ªsceras y los gritos de "se nos va, se nos va", que profirieron los m¨¦dicos que le atend¨ªan. En ese momento, los facultativos descubrieron que la cazadora de motorista que vest¨ªa el herido hab¨ªa contenido la hemorragia que le provoc¨® la segunda cuchillada recibida, esta vez, en la espalda. "Est¨¢ muy grave, no sabemos si va a vivir", pudo escuchar la agente.
La ertzaina tambi¨¦n detall¨® como el acusado mantuvo en todo momento una actitud "tranquila" y "serena" mientras permaneci¨® en los calabozos de la comisar¨ªa a la que fue trasladado. "Comi¨® cuando hab¨ªa que comer, durmi¨® cuando hab¨ªa que dormir". All¨ª, volvi¨® a repetir que "se hab¨ªa arruinado la vida". "Sab¨ªa lo que hab¨ªa hecho", puntualiz¨® la agente. Adem¨¢s, la testigo a?adi¨® que el supuesto asesino apunt¨® que la familia de Rodr¨ªguez "se encargar¨ªa de que le rajaran en la c¨¢rcel".
La hermana de la v¨ªctima, Rosa Elvira Rua, tambi¨¦n declar¨® ayer, y testific¨® el acoso al que se ve¨ªa sometida Rodr¨ªguez por parte de su marido. "Mi hermana me coment¨® que la persegu¨ªa y que la llamaba y enviaba muchos mensajes". Rua adem¨¢s record¨® como en varias ocasiones el agresor se apostaba en las inmediaciones de su domicilio, en el que convivi¨® con la v¨ªctima durante unos meses, para vigilar tanto el interior de la vivienda como los movimientos de Rodr¨ªguez.
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