Las mujeres egipcias temen ser las grandes excluidas de la transici¨®n
En el nuevo Parlamento de 508 miembros solo hay 10 diputadas
"Cualquiera que vea hoy el Parlamento pensar¨¢ que no hay mujeres en Egipto". Este comentario difundido el pasado 23 de enero durante la celebraci¨®n de la primera sesi¨®n del ¨®rgano legislativo egipcio a trav¨¦s de una red social por Samer Shehaui, activista del Instituto de El Cairo para estudios de derechos humanos (CIHRS en sus siglas en ingl¨¦s), resume lo que opinan muchas de las mujeres en este pa¨ªs. En la C¨¢mara baja que deber¨¢ elegir a la comisi¨®n que redacte la nueva Constituci¨®n y que definir¨¢ el marco legal del pa¨ªs en los albores de su democracia s¨®lo hay 10 mujeres, menos del 2% de un hemiciclo con 508 esca?os.
Una de las cuatro que se sentar¨¢n en la C¨¢mara por parte de los islamistas del Partido Libertad y Justicia (PLJ) de los Hermanos Musulmanes es Hoda Ganeya, una m¨¦dico de 43 a?os, casada y con cuatro hijos. Ella y sus compa?eras son casi el 50% de las f¨¦minas del Congreso, un peso proporcional al que tiene su partido en el ¨®rgano legislativo. En su opini¨®n, la presencia femenina en el hemiciclo es representativa del pa¨ªs en el que vive (Egipto tiene 85 millones de habitantes de los cuales m¨¢s de la mitad son mujeres), porque "no se trata de una cuesti¨®n de cantidad, sino de calidad". Para Ganeya los diputados deben hacer pol¨ªtica "para todos los ciudadanos y no s¨®lo para los de su g¨¦nero". "Mi hija est¨¢ estudiando Medicina, somos profesoras, ingenieras... no estamos discriminadas", argumenta.
"El problema es la ley electoral", dice la fundadora de una ONG feminista
Sanaa el Saed, miembro del grupo parlamentario del Bloque Egipcio, est¨¢ de acuerdo en que el g¨¦nero no determinar¨¢ que los derechos de las mujeres se defiendan mejor en el nuevo Parlamento pero por razones bien distintas: "Cuando hay una mayor¨ªa islamista, qu¨¦ importa. Si tenemos mujeres, pero la mitad son del PLJ no podemos esperar mucho. Conf¨ªo en los hombres que no son islamistas y creo que podremos trabajar juntos". Esta contable del Banco de Desarrollo de 45 a?os, considera que la mujer "no s¨®lo est¨¢ discriminada sino que est¨¢ marginalizada y excluida pol¨ªticamente". "La mujer fue un compa?ero activo y eficaz durante la revoluci¨®n y tambi¨¦n en las elecciones, donde acudimos en masa a votar. Es una verg¨¹enza la representaci¨®n que tenemos, no pueden dejarnos atr¨¢s", lamenta El Saed.
Pero lo cierto es que desde el fin de la revoluci¨®n se quedaron en desventaja. No hubo ninguna mujer en la comisi¨®n que redact¨® el texto constitucional vigente y las mujeres que concurrieron a las elecciones lo hac¨ªan pr¨¢cticamente al final de las listas de modo que sus posibilidades reales de hacerse con un esca?o eran muy limitadas. "Es un insulto", denuncia El Saed.
"El problema es la ley electoral", apunta Esraa Abdel Fatah, fundadora del movimiento 6 de Abril y ahora miembro de Mujeres egipcias libres, una agrupaci¨®n feminista, pero tambi¨¦n una cuesti¨®n de "mentalidad y cultura". "Si los partidos s¨®lo tienen la obligaci¨®n de llevar a una mujer en sus listas y es la ¨²ltima, y si como independientes nadie se plantea si quiera votarlas, nunca tendr¨¢n las mismas oportunidades", detalla la activista.
Mentalidad, cultura y legislaci¨®n, tres factores en los que Abdel Fatah cree que una vez terminada la revoluci¨®n tienen que seguir "dando batalla". "Debemos luchar para que se cambie la Ley en cuanto tengamos una nueva Constituci¨®n. Y antes de eso, para que en el comit¨¦ que la redacte haya al menos un 20% de mujeres, sino, dif¨ªcilmente se salvaguardar¨¢n estos derechos", pone de relieve la activista, quien no cree que hacerlo vaya a ser tarea f¨¢cil, "especialmente por la mayor¨ªa islamista y de salafistas que podr¨ªan luchar en contra de los intereses de las mujeres", apunta. Algo que no preocupa a la parlamentaria del PLJ, Ganeya: "Ahora hay otras prioridades y no creo que nadie vaya a intentar limitar los derechos de nadie".
Magda el Noweshim, parlamentaria del Wafd, no teme a los islamistas y cree que los liberales podr¨¢n formar un bloque fuerte para contrarrestar, sin embargo esta mujer de 55 a?os que lleva 25 en la pol¨ªtica cree que tendr¨¢n que luchar "para que no se les quiten derechos ya adquiridos". "No podemos acabar con algo que est¨¢ bien s¨®lo porque lo hiciera Mubarak", se?ala. Para la Abdel Fatah, el ¨²nico modo que tendr¨¢n de obtener esos logros "ser¨¢ buscar alianzas entre los hombres de partidos liberales que creen en esos derechos", algo en lo que ya trabaja Sanaa el Saed.
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