Hasta que pase la tormenta, es tiempo de reparar
La reforma, frente a la nueva planta, se impone en lo p¨²blico y lo privado

Reparar antes que recomenzar, ampliar antes que partir de cero y, a veces, combinar todas esas posibilidades en un mismo edificio. El momento exige mantenimiento, peque?os logros frente a los edificios anuncio de hace una d¨¦cada. No hay dinero ni ¨¢nimo para contribuir a la proliferaci¨®n de inmuebles vac¨ªos. Se miden los objetivos y se cuida, o reinventa, lo que merece extender su vida. As¨ª, en Espa?a hoy muchos de los proyectos m¨¢s certeros se concentran en la restauraci¨®n, en la remodelaci¨®n, en la ampliaci¨®n e incluso en la mezcla de todas esas opciones. Es el caso del Teatro Alameda en Tarifa (C¨¢diz), pero tambi¨¦n el de la transformaci¨®n de una mas¨ªa en Olot (Girona).
Bet Capdeferro y Ram¨®n Bosch ganaron un premio FAD por el dise?o de una vivienda que denominaron Casa-Collage para identificar la mezcla de materiales de diversas procedencias que se daba en su proyecto. En Olot, han rehabilitado ahora una antigua mas¨ªa ocupando, con un porche met¨¢lico, la zona en la que antiguamente viv¨ªa el ganado. Los arquitectos hablan de construir "una gran ventana habitable", y lo cierto es que la ampliaci¨®n -realizada con una estructura de zinc y cerramientos de cristal- es a la vez ligera y contundente, transparente y opaca, evanescente y s¨®lida. Cualquiera de estos binomios contrasta con la irregularidad de la casa original. Y no solo formalmente. El di¨¢logo entre lo existente y lo nuevo habla de una ¨¦poca en la que la producci¨®n industrial permite trabajar en seco -casi como si el nuevo m¨®dulo fuera un elemento prefabricado- con plazos m¨¢s r¨¢pidos y, sin embargo, o tal vez por ello, exige tomar decisiones con gran ponderaci¨®n: la planificaci¨®n, por encima de la supervisi¨®n, manda en los proyectos que se industrializan. El porche, convertido en parte de la casa, ofrece un lugar nuevo: ni interior ni exterior. El espacio intermedio -el de las antiguas galer¨ªas- resuelve y retrata como pocos la indefinici¨®n: el terreno que se ha empe?ado en abordar la arquitectura actual.
La indefinici¨®n es el terreno que se empe?a en abordar la arquitectura actual
La indefinici¨®n est¨¢ tambi¨¦n detr¨¢s de numerosos inmuebles que, en su actualizaci¨®n o reparaci¨®n, ven desaparecer la pureza de su tipolog¨ªa para pasar a sumar identidades. Es el caso del nuevo Teatro Alameda, levantado por Julia Gonz¨¢lez y Miguel Bretones en Tarifa (C¨¢diz). Las obras del edificio se paralizaron durante cuatro a?os y exigieron rehacer el proyecto para integrar los restos de la muralla nazar¨ª que hoy contiene el nuevo inmueble. Con una sala que cuida confort y visibilidad y un vest¨ªbulo que aprovecha los bajos de la grada para dejar entrar a un escaparate social, el nuevo teatro combina vistas al puerto, servicios puestos al d¨ªa y un cuidado con la memoria del lugar que, sin embargo, no anquilosa la nueva vida del centro.
Realizado por dos millones y medio de euros, con mano de arque¨®logo y trazos de urbanista, el teatro tiende un puente entre pasado y futuro y establece un nexo entre las necesidades y las realidades que construyen hoy las arquitecturas m¨¢s cabales.

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