"El Gobierno de Marruecos est¨¢ maniatado"
Nabila Munib (51 a?os) es la excepci¨®n en un Magreb en el que el inmovilismo o la primavera ¨¢rabe han supuesto, excepto por ahora en T¨²nez, un retroceso de la presencia institucional de las mujeres. Esta catedr¨¢tica de Endocrinolog¨ªa de la Universidad Hassan II de Casablanca fue elegida, a mediados de mes, secretaria general del Partido Socialista Unificado (PSU) por una mayor¨ªa de los 800 congresistas. Es la primera mujer que dirige un partido en Marruecos.
Munib no sali¨® adelante gracias a la cuota reservada a las mujeres en su partido, pero es partidaria de ese cupo. "Recuerdo que en las municipales marroqu¨ªes de 2003 no hubo cuota y salieron elegidas 124 mujeres sobre un total de 24.000 concejales", afirma. "?Es una broma!".
La endocrin¨®loga es la primera mujer que dirige un partido pol¨ªtico en este pa¨ªs
"En mis clases, en la universidad en general, las chicas son con frecuencia las mejores estudiantes, incluso en ciencias", asegura Munib. "Pero despu¨¦s, en la vida profesional, casi todas desaparecen por culpa de una sociedad conservadora que las empuja hacia el hogar", se lamenta. "Nos queda a¨²n un largo camino por recorrer".
Criada en Or¨¢n (Argelia) -su padre era diplom¨¢tico- y en Casablanca, Munib s¨ª recorri¨® ese camino. Lo hizo, en buena medida, gracias a su esposo, con el que tiene tres hijos. "A ¨¦l y a mi suegra, una militante de primera", precisa. "Mi marido ha sacrificado en parte su actividad pol¨ªtica para que yo pueda desarrollar la m¨ªa. ?l es mi gran apoyo", recalca.
La secretaria general recibe al periodista a ¨²ltima hora de la tarde, en la g¨¦lida sede de su partido -carece de calefacci¨®n- en el centro de Casablanca, iluminada con tenues bombillas. La humildad del local contrasta con el sabor exquisito de las pastas que sirven al visitante acompa?adas de t¨¦ marroqu¨ª. Munib ni come ni bebe. Habla a ritmo acelerado, pero con el abrigo puesto para protegerse del fr¨ªo y la humedad.
El PSU es una peque?a formaci¨®n de izquierdas, nacida en 2002, pero que ha dejado de tener representaci¨®n parlamentaria -en la anterior legislatura tuvo tres diputados- porque opt¨® por boicotear las legislativas de noviembre y, previamente, el refer¨¦ndum constitucional de julio.
"La Constituci¨®n es acaso un avance, pero no consagra la monarqu¨ªa parlamentaria", explica para justificar su boicoteo. En cuanto a las elecciones, no son "todo lo libres y transparentes que deben ser", a?ade. "Marruecos se merece una democracia genuina".
Pese a las limitaciones que evoca Munib, las urnas arrojaron, por primera vez, una mayor¨ªa relativa islamista y el jefe del Gobierno, Abdelil¨¢ Benkirane, es un barbudo con un lenguaje diferente del de sus predecesores.
Aun as¨ª, insiste Munib, "se est¨¢ intentando dar credibilidad a una democracia de fachada". "Es un Gobierno maniatado desde arriba en el que solo hay una mujer ministra. Todos sabemos que las decisiones importantes se toman en otro lugar", concluye aludiendo al palacio real.
Mientras daban la espalda a las urnas, la secretaria general y el PSU apostaban por "abrir las puertas y ponerse a la disposici¨®n de los j¨®venes del Movimiento 20 de Febrero", que hace 11 meses inici¨® las protestas. "Ellos son los que han arrancado las escasas reformas que ha hecho el poder".
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