Volantes, palmas y contoneos
C¨¢diz, salada claridad. La ciudad m¨¢s antigua de Europa. La fenicia Gadir, fundada hace m¨¢s de tres mil a?os. Faro divisorio entre Europa y ?frica, entre el Mediterr¨¢neo y el Atl¨¢ntico. C¨¢diz, plata, malva y amarillo. M¨¢s cerca de La Habana que de Madrid. Escenario de luchas entre p¨²nicos y griegos, romanos y cartagineses, v¨¢ndalos y visigodos, moros y cristianos... Y de postre, Napole¨®n sin poder cruzar el puente Suazo.
"No lo permit¨¢is,
que los franceses que est¨¢n en La Isla
se metan en C¨¢i"
La historia flamenca de C¨¢diz se pierde en la nebulosa de los tiempos ya que las famosas puellae gaditanae (bailarinas de C¨¢diz) fueron ensalzadas, desde el siglo I (despu¨¦s de Cristo), por Marcial, Juvenal y Plinio el Joven como el plato fuerte de las org¨ªas romanas. En todos los testimonios hist¨®ricos e iconogr¨¢ficos se destacan las esencias del actual baile flamenco: brazos en alto, cr¨®talos, trajes de volantes, palmas, contoneos y ondulaciones, am¨¦n de algunos juicios morales sobre estas gaditanas: licenciosas, lascivas, desvergonzadas...
Los censos demogr¨¢ficos de 1784 y 1785 ponen de manifiesto que un 67% de los gitanos espa?oles viv¨ªan en Andaluc¨ªa, sobre todo en las provincias de Sevilla y C¨¢diz, territorio fundacional del arte flamenco. Son los Montoya, Heredia, Flores, Vargas, Jim¨¦nez, Serrano, Moreno... que en un ejercicio extremo de endogamia multiplican sus apellidos por Arcos, Jerez, Utrera, Lebrija, El Puerto y Sanl¨²car. Aquellos gitanos preflamencos bailaban la zarabanda, la chacona, el mandingo y el cumb¨¦ y el guineano. Un siglo m¨¢s tarde empiezan a despuntar, t¨ªmidamente, los estilos fundacionales del flamenco: las ton¨¢s, martinetes, livianas, carceleras, soleares... Y es en C¨¢diz donde aparecen los primeros cantaores conocidos: El Planeta, El Fillo, Curro Pabla, Juanelo de C¨¢diz, Mar¨ªa la Cantorala, Curro Dulce, Mar¨ªa Borrico... Una lista de creadores que se prolongar¨ªa por el siglo XIX con El Viejo de la Isla, Paquirri el Guant¨¦ y Enrique el Mellizo. La tradici¨®n flamenca de C¨¢diz navega por el siglo XX acunada por los Espeleta, Ortega, Aurelio Sell¨¦s, La Perla y Peric¨®n, hasta llegar a nuestros d¨ªas de la mano de Camar¨®n, Chano Lobato, Beni de C¨¢diz, Chato de la Isla, Juanito Villar, Rancapino, Pansequito...
Por si esto fuera insuficiente, un ilustre gaditano, Manuel de Falla, apadrina, junto a Federico Garc¨ªa Lorca, el Primer Concurso de Cante Flamenco, celebrado en Granada en 1922. Rodeado de intelectuales y artistas como Joaqu¨ªn Turina, ?scar Espl¨¢, Tom¨¢s Borr¨¢s, Santiago Rusi?ol, ?ngel Barrios o Andr¨¦s Segovia, rompen la primera lanza en favor de un arte considerado patrimonio de marginados y tabernarios. El concurso sirvi¨® tambi¨¦n para demostrar a Falla que el flamenco no era, como supon¨ªa, un arte popular esparcido por los campos de Andaluc¨ªa, sino un arte de profesionales, mayoritariamente gitanos, que impart¨ªan su magisterio en los caf¨¦s cantantes y en las reuniones familiares. El premio fue para un flamenco gaditano: Manuel Ortega, Caracol.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.