La insolvencia
21 meses despu¨¦s de la intervenci¨®n, todos los problemas de Grecia persisten. ?Es el camino adecuado para salir?
Del mismo modo que en los noventa la crisis de los tigres asi¨¢ticos -la primera de naturaleza global- se extendi¨® desde un peque?o pa¨ªs (Tailandia deslig¨® su moneda del d¨®lar, contagi¨® al resto de las divisas de la zona y las dificultades se extendieron por el planeta como un reguero de p¨®lvora), ahora los problemas de la deuda soberana que asolan Europa partieron desde la peque?a Grecia y se ampliaron al conjunto de la zona. Son los efectos nocivos de la globalizaci¨®n financiera.
Veinti¨²n meses despu¨¦s de la intervenci¨®n de Grecia, las autoridades europeas y el FMI -que son los que marcan el terreno del juego del club del euro- no han sabido dar soluci¨®n a los problemas helenos. Cada vez que se celebra una cumbre se venden unos logros que no se concretan. Por ejemplo, ?cu¨¢ntas veces se ha dado por resuelta la ampliaci¨®n del fondo de rescate o cu¨¢ntas se ha visado el segundo plan de rescate a Grecia?
Pues bien, todav¨ªa no se ha hecho efectivo el ¨²ltimo tramo del primer paquete de ayudas (de 110.000 millones de euros) ni nada del segundo (130.000 millones). Estos d¨ªas se ha estado negociando en Atenas la quita del 50% de la deuda p¨²blica que Grecia debe a los bancos privados (sobre 206.000 millones, significa que dejar¨¢n de pagarse unos 100.000 millones), que es la condici¨®n necesaria -aunque no suficiente- para que se agilice el segundo paquete de ayudas. Por cierto, tras otra cumbre europea, en septiembre, tambi¨¦n se dio esta quita como un hecho cierto.
Es deber de nuestros representantes en Bruselas no enga?ar y transmitir el detalle de lo que se logra. Las dificultades en la negociaci¨®n entre centenares de bancos (a trav¨¦s del Instituto de Finanzas Internacionales) y el Gobierno de Papademos (para eso fue nombrado, mientras se convocan elecciones generales) han sido ingentes.
Adem¨¢s de discutir las condiciones de la deuda que sustituir¨¢ a la que ahora no se paga (el plazo y los tipos de inter¨¦s de los nuevos bonos, la tasa de descuento...), hay dos asuntos centrales que condicionar¨¢n el futuro: si los bancos aceptar¨¢n voluntariamente el impago, o lo har¨¢n de forma obligatoria. Si renuncian voluntariamente, asumir¨¢n las p¨¦rdidas en sus balances; si se les hace ceder de modo obligatorio, trasladar¨¢n sus problemas a las compa?¨ªas aseguradoras con las que tienen contratados los seguros de impago de las deudas (los c¨¦lebres CDS), muchas de las cuales tienen los mismos accionistas de referencia (fondos de inversi¨®n, de pensiones...) que los bancos salpicados por la insolvencia griega. As¨ª cay¨® la gigantesca AIG tras la quiebra de Lehman Brothers. Otra vez la misma pesadilla de 2008.
El segundo asunto es si el Banco Central Europeo (BCE) -del que el tecn¨®crata Papademos fue vicepresidente- asumir¨¢ tambi¨¦n el 50% de las p¨¦rdidas de los pr¨¦stamos que Grecia le debe. Lo que tendr¨¢ incidencia en las condiciones que la instituci¨®n de Fr¨¢ncfort ponga a otros pa¨ªses con problemas.
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