Bruselas apremia a Espa?a para acelerar tambi¨¦n las cuentas de 2013
Los socios comunitarios no quieren que Rajoy vuelva a repetir los retrasos de este a?o
Los Presupuestos m¨¢s duros de la democracia pasar¨¢n por el Parlamento a toda velocidad por imperativo europeo. El Banco Central Europeo (BCE), la instituci¨®n clave en la lucha contra la crisis fiscal y financiera, quiere que los recortes se apliquen por la v¨ªa r¨¢pida. No solo el BCE: la Comisi¨®n Europea apoya ese procedimiento de emergencia para que los recortes se apliquen antes de junio, explicaron fuentes de Bruselas. Y la presi¨®n no se detiene ah¨ª. Con los Presupuestos reci¨¦n salidos del horno, el Gobierno se ver¨¢ obligado a apresurarse tambi¨¦n con las cuentas de 2013. ¡°Espa?a no puede permitirse el lujo de repetir los retrasos de este a?o; el Gobierno debe acelerar ya con los Presupuestos de 2013. Cuanto antes se conozcan los recortes para cumplir con el d¨¦ficit de 2013, mejor¡±, seg¨²n las mismas fuentes.
?Espa?a preocupa. La econom¨ªa espa?ola resisti¨® bien los primeros embates de la crisis: los bancos aguantaban, el colch¨®n del super¨¢vit daba margen para aplicar est¨ªmulos, el PIB cay¨® menos que en la mayor parte de Europa. Cuando aparecieron de veras los problemas, Espa?a fue v¨ªctima del contagio de la crisis, a pesar de que ya empezaba a mostrar sus propias debilidades: el paro y el revent¨®n de la burbuja inmobiliaria. Ese rol ha cambiado. Ahora es Espa?a el potencial foco de contagio. El Ecofin informal de Copenhague constata el nerviosismo, la desconfianza de los socios europeos: ¡°Espa?a es ahora el pa¨ªs que puede arrastrar al resto¡±, explicaron fuentes financieras en Washington. ¡°De ah¨ª las presiones y la vigilancia de la Comisi¨®n, y ahora del BCE, y pronto del FMI¡±.
Se especulaba en Bruselas con la posibilidad de que el Gobierno presentara un presupuesto bianual 2012-2013. El Ejecutivo no quiso, pero los apremios que llegan desde Fr¨¢ncfort y Bruselas provocan que las cuentas p¨²blicas de esos dos a?os vayan pr¨¢cticamente en paralelo. El tiempo apremia: junto con las cuentas de 2012, en apenas tres semanas el Gobierno debe presentar el programa de estabilidad, un plan multianual hasta 2015 que incluye todo el cuadro macroecon¨®mico: d¨¦ficit, deuda, crecimiento y dem¨¢s. Y sin soluci¨®n de continuidad La Moncloa deber¨¢ aprobar el techo de gasto de 2013. ¡°Espa?a debe anunciar sin ambig¨¹edades, y pronto, c¨®mo va a alcanzar el 3% del d¨¦ficit en 2013¡±, se?alaron fuentes comunitarias. ¡°El Gobierno tiene que entender que, fuera del ¨¢mbito institucional, hay inversores que toman decisiones a diario: las cuentas de 2012 van por el buen camino, pero tambi¨¦n hay que ir m¨¢s aprisa con las de 2013 y demostrar que el desliz del a?o pasado no va a repetirse¡±.
Sch?uble: ¡°La huelga no ha tenido tanto apoyo como para frenar las reformas¡±
Bruselas y Fr¨¢ncfort no se f¨ªan. Quieren evitar desviaciones como la del a?o pasado. Quieren que los recortes del Presupuesto de este a?o no sean coyunturales, sino estructurales y en cap¨ªtulos importantes: sanidad, subsidios, los pilares del Estado de bienestar. Y lo quieren ya, incluso en el caso de lo que se cocina para 2013. Fue el propio Rajoy quien argument¨® que el d¨¦ficit de 2012 no era lo fundamental frente al ¡°compromiso absoluto¡± de Espa?a con el 3% en 2013. ¡°Si ese compromiso absoluto sigue en pie, Espa?a tiene que informar ya de los recortes. Si no es as¨ª, deber¨ªa haberse ahorrado la bravata¡±, seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas.
Cien d¨ªas despu¨¦s de la llegada de Rajoy a La Moncloa, a la huelga general y el rev¨¦s en las urnas andaluzas se suma ahora la vigilancia de la Comisi¨®n y, m¨¢s preocupante a¨²n, la presi¨®n del BCE. Su presidente, Mario Draghi, dio muestras de preocupaci¨®n con Espa?a antes y despu¨¦s del Ecofin de Copenhague. La veda est¨¢ abierta: a las declaraciones del consejero del BCE Jorg Asmussen, que el viernes reclam¨® a Espa?a que apruebe los recortes presupuestarios con ¡°legislaci¨®n de emergencia¡±, se sum¨® ayer el presidente del Bundesbank, Jens Weidman: ¡°Me preocupa que Espa?a revisara su objetivo de d¨¦ficit tras firmar el pacto fiscal¡±. Adem¨¢s de querer los Presupuestos pr¨¢cticamente por decreto ley, el BCE presiona para que Espa?a d¨¦ respuesta con rapidez a los problemas de la banca, que han llevado a una alta fuente de Bruselas a recomendar que no descarte la posibilidad de usar el fondo de rescate para las entidades con problemas.
No se f¨ªan. Quieren que los recortes del Presupuesto de este a?o no sean coyunturales, sino estructurales
El BCE, y varios de los principales socios europeos, interpretan que el desaf¨ªo de Rajoy con el d¨¦ficit ha recibido el castigo de los mercados. Tras el pecado, la penitencia: la UE considera que el tijeretazo presupuestario es ¡°muy adecuado¡± para suavizar la tensi¨®n, explic¨® el ministro sueco Anders Borg, que despu¨¦s de esa caranto?a dispar¨® donde m¨¢s duele: ¡°Si la incertidumbre creciera y se percibiese que Espa?a no va en la direcci¨®n correcta, eso nos llevar¨ªa donde est¨¢bamos hace dos meses¡±, a un nuevo cap¨ªtulo de la crisis del euro. La pol¨ªtica espa?ola, la banca, la recesi¨®n y los desvelos del Tesoro han dejado de ser una preocupaci¨®n meramente nacional. Espa?a se cuela en las ruedas de prensa de todos los pa¨ªses del euro: ¡°La huelga general no ha recibido tanto apoyo como para frenar las reformas esperadas y necesarias¡±, advirti¨® ayer el ministro alem¨¢n Wolfgang Sch?uble. ?Espa?a es ahora la gran amenaza? ¡°No pensamos en esos t¨¦rminos¡±, apunt¨® el franc¨¦s Fran?ois Baroin. Tras el rev¨¦s del pen¨²ltimo Eurogrupo, las declaraciones de los socios europeos de Espa?a han sido conciliadoras. Pero eso es en p¨²blico. Sobre Copenhague, durante los ¨²ltimos d¨ªas, ha sobrevolado una frase redonda: ¡°Espa?a est¨¢ dando a toda Europa motivos de gran preocupaci¨®n¡±. Su autor, el primer ministro italiano, Mario Monti, se ha disculpado varias veces por esas palabras. Con toda la intenci¨®n, y toda la finezza, Monti dio a entender que en el centro de la diana ya no figura Roma, sino Madrid. Y ese es el sentir en toda Europa.
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