La mayor¨ªa insuficiente
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Espa?a est¨¢ en una situaci¨®n econ¨®mica l¨ªmite, de extrema gravedad. As¨ª la califican los principales responsables pol¨ªticos del pa¨ªs. Se enfrenta a otra semana de pasi¨®n en cuanto a la prima de riesgo y al comportamiento de los mercados. Estos reaccionan en el cort¨ªsimo plazo mientras las medidas que se han tomado para corregir los problemas no tendr¨¢n efecto ni a corto ni a medio, ni en el interior ni en exterior, en palabras de Mariano Rajoy. La econom¨ªa espa?ola no dispone de tiempo. ?Qu¨¦ impotencia!
El objetivo de aquellas es no ser intervenidos por la troika formada por Bruselas (Comisi¨®n Europea), Fr¨¢ncfort (Banco Central Europeo) y Washington (Fondo Monetario Internacional). Las subidas de impuestos, el abaratamiento del despido, la amnist¨ªa fiscal a los defraudadores, los recortes, no nos gustan pero la alternativa es peor, dice el presidente del Gobierno. Cuando alg¨²n ciudadano espa?ol, desanimado, conversa con sus hom¨®logos griegos o portugueses y afirma que de hecho la econom¨ªa espa?ola ya est¨¢ intervenida, los segundos le responden: vosotros no sab¨¦is todav¨ªa lo que es estar intervenido. Hay un salto de grado que es el que se trata de evitar por el bien de la poblaci¨®n.
Cien d¨ªas despu¨¦s de empezar a gobernar, el PP ya sabe que aquello de que lo que se trataba era de cambiar de Gobierno para insuflar confianza era tan solo una enso?aci¨®n. Ni siquiera una mayor¨ªa absoluta tan c¨®moda como la que tiene en el Parlamento le sirve para corregir el rumbo de las cosas. Desde 2008, con mayor¨ªa c¨®moda o sin ella, han cambiado los mandatarios de la mayor¨ªa de pa¨ªses europeos que tuvieron que gestionar la Gran Recesi¨®n: Brown, Zapatero, Berlusconi, S¨®crates, Papandreu, Letonia, Hungr¨ªa, Eslovaquia, Islandia, Irlanda, Ruman¨ªa,¡ Veremos si la regla no escrita de que pierde quien se enfrenta a esta crisis se consolida en casos mayores, como los de Sarkozy, Merkel, incluso Obama.
Por motivos solo partidistas, en la anterior legislatura no se produjo la comparecencia conjunta entre Zapatero y Rajoy para aplacar a los mercados. Para presentar un compromiso hist¨®rico entre las principales fuerzas pol¨ªticas y sociales en torno a las iniciativas indispensables para el saneamiento, las reformas y la senda de crecimiento; un gran acuerdo entre formaciones diversas, y por tanto sin sujetar su contenido a una ideolog¨ªa excluyente; un pacto transversal que recorriese los diferentes ¨¢mbitos territoriales (Estado, autonom¨ªas, Ayuntamientos) y superase el periodo de una legislatura para que se pudiese aplicar lo consensuado el tiempo que fuese necesario. Gobernase quien gobernase.
Los ciudadanos a¨²n no saben qu¨¦ significa ser intervenidos
Dada la intensidad de los ataques especulativos a la econom¨ªa espa?ola (a los que se a?aden, por motivos espurios y para alejar la atenci¨®n de sus propios problemas nacionales, los de algunos dirigentes de pa¨ªses vecinos) es m¨¢s necesaria que nunca la comparecencia conjunta de Rajoy y Rubalcaba, como una de las condiciones para alejar las probabilidades de intervenci¨®n. Un Rajoy m¨¢s humilde y un Rubalcaba m¨¢s grande.
?Una utop¨ªa? Hay dos dilemas dif¨ªciles de superar: el primero, que lo que hay que hacer (crecer) no se puede hacer mientras exista la limitaci¨®n exterior que llega de Bruselas. Mientras Europa no cambie de rumbo, Espa?a se hundir¨¢ m¨¢s en la recesi¨®n. El segundo, que lo que Bruselas exige y quiere aplicar el PP (medidas todav¨ªa m¨¢s impopulares) traspasa cualquier l¨ªnea roja que pueda avalar la oposici¨®n so pena de suicidarse (ahora mismo, la universalidad y gratuidad de la sanidad y la educaci¨®n). Sin embargo, existe un terreno de juego abonado para el pacto: una estabilidad presupuestaria m¨¢s flexible, la aplicaci¨®n de la reforma financiera, que hasta ahora es mucho menos ¡°extremadamente agresiva¡± que la laboral, la protecci¨®n imprescindible para quienes se quedan en el camino de las pol¨ªticas de austeridad extendidas durante varios ejercicios. Y una discusi¨®n permanente sobre la mejor pol¨ªtica econ¨®mica para nuestro pa¨ªs en el marco de la Uni¨®n Europea: el debate que ha producido la crisis no ha ido seguido hasta ahora de muchos efectos concretos, pero al menos se han formulado algunas de las preguntas fundamentales; por ejemplo, la autonom¨ªa de las decisiones econ¨®micas sobre la voluntad pol¨ªtica de los elegidos.
Un acuerdo entre las principales fuerzas pol¨ªticas fortalecer¨ªa la posici¨®n del Gobierno en las pr¨®ximas cumbres europeas y en la asamblea de primavera del FMI, que se celebra en 10 d¨ªas.
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