Es una pelea por la clientela
El acoso a Espa?a surge del recelo al presupuesto y a los driblajes del Gobierno de Rajoy
?Por qu¨¦ Espa?a roz¨® el martes el infierno, del que escap¨® un d¨ªa despu¨¦s gracias al apoyo del BCE? ?Por qu¨¦ subi¨® su prima de riesgo a 433,7 puntos, 64 m¨¢s que en las jornadas negras de agosto? ?Por qu¨¦ el Ibex cay¨® a m¨ªnimos desde marzo de 2009?
Sobre todo porque ni los mercados ni los socios europeos se han cre¨ªdo el presupuesto, reforma laboral y financiera aparte. Desconf¨ªan de que con este se alcance el d¨¦ficit comprometido del 5,3%.
Lo dijo Mario Draghi (BCE) al d¨ªa siguiente de presentarse, el 4 de abril: ¡°Espa?a no est¨¢ haciendo lo necesario¡±. Y ahora la Comisi¨®n, recelosa, pide m¨¢s datos auton¨®micos. Lo dicen los voceros del mercado: ¡°No se lograr¨¢ el objetivo del d¨¦ficit¡± (HSBC); ¡°no se afrontan los problemas estructurales¡± (Goldman Sachs).
Rajoy debe a¨²n descubrir que sus inmensos, y leg¨ªtimos, poderes no le bastan
Lo dice el consenso de los economistas. Cada punto de ca¨ªda del d¨¦ficit reduce el PIB en torno a siete d¨¦cimas. Y m¨¢s si proviene del recorte del gasto productivo: inversiones, I+D, becas universitarias.
El Gobierno opt¨® por proteger del tijeretazo a tres colectivos sensibles y electoralmente disputados, los funcionarios, los pensionistas y los parados. Tienen poder de negociaci¨®n (funcionarios) o suscitan empat¨ªa (jubilados y desempleados).
?Lo hizo por sensibilidad social? ?O por c¨¢lculo para fidelizar clientelas? No descarten sectariamente la existencia de sensibilidad social en el PP, sobre todo si busca competir con sus rivales: la congelaci¨®n de pensiones y reducci¨®n de sueldos decididas por Zapatero en mayo de 2010, que tanto critic¨®. Pero menos a¨²n el motivo partidista: el retraso del presupuesto hasta la elecci¨®n andaluza fue su primer s¨ªntoma. Y el m¨¢s grave, el recorte de 10.000 millones en sanidad y educaci¨®n anunciado el Lunes de Pascua por comunicado, en tres p¨¢rrafos, sin apoyatura en memoria econ¨®mica y que sus destinatarios, los mercados, ningunearon. ?Acaso no ten¨ªan un ¡°plan global¡±?
Con esta medida se pasa la carga social del presupuesto a pacientes de la Sanidad y escolares. Independientemente de que la factura de la crisis deba repartirse con equidad, ?por qu¨¦ estos s¨ª, y funcionarios, jubilados y desempleados no? ?Porque pacientes y escolares no son clientes del Gobierno, sino de las autonom¨ªas? El Gobierno centrifuga as¨ª a estas el coste pol¨ªtico de la austeridad. Y preserva indemne su propia clientela.
H¨¢bil resorte de elusi¨®n de responsabilidades, sobre todo si se adereza de una campa?a contra el despilfarro ajeno, ocultando que el incumplimiento auton¨®mico, no provino en 2011 de eso, sino en dos terceras partes de la merma de ingresos previstos, por culpa de la crisis, y solo en un tercio de la desviaci¨®n del gasto.
Pues ah¨ª reside el recelo al presupuesto: en que la deriva recesiva ahuyente ingresos en mucha mayor medida en que disminuya gastos. Que se preservan en ciertos casos incluso siendo menos productivos: ?un AVE a Badajoz sin llegar a Lisboa?, ?a una Galicia preelectoral porque esta ministra tambi¨¦n es gallega?
El Gobierno de Rajoy debe a¨²n descubrir que sus inmensos, y leg¨ªtimos, poderes no le bastan. En casa, su mayor¨ªa absoluta no genera por s¨ª masa cr¨ªtica bastante para afrontar con ¨¦xito la diab¨®lica crisis: necesita forjar, con otros, una mayor¨ªa social. En la vecindad, sobra el soberanismo econ¨®mico obsoleto que le condujo a desafiar a Bruselas, lo que le ha sembrado sospechas en las instituciones y producido reveses en los mercados.
Cuando descubra eso, como lo supo Mario Monti desde el inicio, e interiorice que ya no est¨¢ en la oposici¨®n, cancelar¨¢ declaraciones institucionales ante sus turiferarios, sin preguntas. Hablar¨¢ con una sola voz econ¨®mica con rango de vicepresidente, sin continuos desmentidos. Contestar¨¢ a los periodistas sin escaparse de ellos graciosamente por los s¨®tanos. Comunicar¨¢ al Parlamento sus proyectos en vez de improvisarlos en la mesa camilla monclovita mediante un fax. Tratar¨¢ a las autonom¨ªas como a socios y no como a enemigos. No jugar¨¢ al rat¨®n y al gato con los compadres europeos.
Har¨¢ como debe. Y sufriremos menos.
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