Los chivos expiatorios
Todos somos jud¨ªos respecto a alguien, dec¨ªa Sartre. Espa?a se ha convertido en el chivo expiatorio de algunas autoridades y Gobiernos europeos por su papel en la crisis, y Andaluc¨ªa lo es del Gobierno de Rajoy, una vez que este ha visto disminuir las posibilidades de gobernar a corto plazo esta comunidad aut¨®noma, tras las elecciones auton¨®micas. Aprovechando que una delegaci¨®n de la Comisi¨®n Europea y de su oficina de estad¨ªsticas, Eurostat, est¨¢ revisando en Madrid las cuentas y estad¨ªsticas espa?olas (en Bruselas no quieren ning¨²n nuevo susto como el griego, inicio de la crisis de la deuda soberana), el Gobierno andaluz ha pedido que la misma se desplace a Sevilla y examine sus n¨²meros y su d¨¦ficit p¨²blico del 3,1% del PIB, para que de dicho examen se desprenda si el Ministerio de Hacienda tiene raz¨®n o no en vituperar los datos andaluces y ponerlos en cuesti¨®n cada vez que sus portavoces hacen una declaraci¨®n p¨²blica.
El Gobierno andaluz en funciones mantiene dos tesis complementarias: la primera, coincidente con la de otras comunidades aut¨®nomas que no est¨¢n bajo la ¨¦gida del PP, que el Gobierno central est¨¢ intentando focalizar el discurso del descontrol de las cuentas p¨²blicas sobre las autonom¨ªas cuando el problema principal est¨¢ en el documento de los Presupuestos Generales del Estado de 2012, que est¨¢ mal elaborado y oculta un desequilibrio de 10.000 millones de euros en gastos como las pensiones, el desempleo (solo en febrero las solicitudes de prestaciones contributivas han aumentado un 18%) y un exceso de optimismo en la previsi¨®n de los ingresos p¨²blicos (v¨¦ase el suplemento Negocios de ayer: ¡°Se?or presidente, las cuentas no cuadran¡±).
La segunda tesis es que las mayores dificultades de la sociedad espa?ola son el paro y la ausencia de cr¨¦dito a empresas, familias y particulares, ¨ªntimamente relacionados. Y que ni la reforma laboral ni la reforma financiera en marcha van a arreglarlos, por lo que la hoja de ruta gubernamental est¨¢ mal dise?ada. En el hecho de que la reforma financiera no ser¨¢ suficiente para recuperar el cr¨¦dito el Ejecutivo andaluz encontr¨® la semana pasada un aliado inesperado en el gobernador del Banco de Espa?a, Miguel ?ngel Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, que as¨ª lo expres¨® p¨²blicamente. Por consiguiente, el estancamiento, el crecimiento o el mantenimiento de porcentajes desaforados de paro, el empobrecimiento de las clases medias, la reducci¨®n de los salarios iniciales y la lentitud de los procesos de movilidad social en Espa?a no figuran hasta ahora entre las prioridades del Ejecutivo del PP. De las mil y una medidas tomadas en estos tres meses largos de Gobierno (¡°hemos hecho m¨¢s reformas en 100 d¨ªas que los socialistas en siete a?os¡±) no hay ni una sola especializada en facilitar el crecimiento de la econom¨ªa espa?ola.
No hay una sola medida tomada que estimule el crecimiento
No lo es, desde luego, la ley de Estabilidad Presupuestaria salida la semana pasada del Congreso y que consagra el talibanismo del d¨¦ficit cero a partir del a?o 2020. Esta ley desarrolla la reforma de la Constituci¨®n del pasado mes de agosto, pactada sin debate p¨²blico alguno y por el procedimiento de m¨¢xima urgencia por el Gobierno (Zapatero) y la oposici¨®n (Rajoy), sobre la regla de oro del equilibrio presupuestario. Tienen raz¨®n ahora los socialistas en no avalar con su voto una norma que proporciona m¨¢s rigidez a la econom¨ªa espa?ola, pero estos barros vienen de aquellos lodos. Cuando Zapatero propuso la enmienda a la Constituci¨®n ¡ªasustado por el crecimiento de una prima de riesgo que, pese a todo, no ha retrocedido¡ª con el compromiso de no llegar a un d¨¦ficit estructural del 0,4% del PIB y haciendo constitucional el principio de que el pago de la deuda p¨²blica ¡°gozar¨¢ de prioridad absoluta¡±, acababa con una herramienta cl¨¢sica de la pol¨ªtica antic¨ªclica como es la utilizaci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico en tiempos duros o para avanzar en la convergencia real con los pa¨ªses m¨¢s avanzados.
Hacer al d¨¦ficit o a la deuda los culpables de nuestros problemas es olvidar que fue la crisis financiera y los abusos de sus entidades los que causaron los desequilibrios de las cuentas p¨²blicas de la mayor¨ªa de los pa¨ªses, y no el d¨¦ficit y la deuda p¨²blica los que trajeron los niveles de sufrimiento de la Gran Recesi¨®n.
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