George Rathmann, avanzado de la biotecnolog¨ªa
Fund¨® Amgen, que se convirti¨® en la firma puntera en el sector tras desarrollar la hormona EPO
Cuando George Rathmann se interes¨® por explotar el potencial de los genes hace m¨¢s de tres d¨¦cadas, era una l¨ªnea de negocio muy arriesgada. Y con ese esp¨ªritu emprendedor cre¨® el laboratorio Applied Molecular Genetics, el germen de Amgen, la firma puntera en el sector biotecnol¨®gico. El cient¨ªfico convertido en empresario falleci¨® en Palo Alto el 22 de abril, a los 84 a?os.
Rathmann naci¨® el d¨ªa de Navidad de 1927 en Milwaukee (Wisconsin). Estudi¨® en la Universidad Northwestern y se doctor¨® como fisicoqu¨ªmico en Princeton. Su primer trabajo fue con la multinacional 3M, donde particip¨® en el desarrollo del protector de tejidos Scotchgard. De ah¨ª pas¨® a los laboratorios Abbott, donde como vicepresidente estuvo al frente del equipo de investigaci¨®n y desarrollo en la divisi¨®n de diagnosis.
El laboratorio naci¨® en 1980 con la ayuda de inversores que quer¨ªan sacar tajada al juego con la estructura molecular de los genes. En su origen, se dedic¨® a clonar hormonas del crecimiento de pollos para la producci¨®n de carne. En ¨¦l trabajaban solo cuatro personas, que echaban 80 horas a la semana sentados frente a sus microscopios, absortos en la manipulaci¨®n de mol¨¦culas.
Tambi¨¦n investigaban una vacuna para la hepatitis B y en un tinte biol¨®gico para pantalones vaqueros. Pero las cuentas no cuadraban. As¨ª que Rathmann apost¨® por algo grande: crear una versi¨®n de la eritropoyetina (EPO), la hormona que estimula la producci¨®n de gl¨®bulos rojos en la sangre y que andando el tiempo copar¨ªa los titulares de la prensa por su uso en pr¨¢cticas de dopaje deportivo, particularmente en el ciclismo.
Lo logr¨® y la agencia que en EE UU regula la comercializaci¨®n de los medicamentos les dio el aprobado en 1989. En ese momento comenz¨® la escalada de Amgen en la industria farmac¨¦utica. Epogen, como se conoce el tratamiento para pacientes con problemas renales o que sufren de anemia, gener¨® el a?o pasado unas ventas de 2.000 millones de d¨®lares.
Rathmann dej¨® el puesto de consejero delegado un a?o antes de que llegara al mercado. Entonces los laboratorios preparaban tambi¨¦n el lanzamiento de Neupogen, para activar la producci¨®n de los gl¨®bulos blancos. El ejecutivo mantuvo la presidencia durante dos a?os m¨¢s, hasta que se retir¨® de Amgen y se puso al frente de la biotecnol¨®gica ICOS, apoyada por Bill Gates.
Era un adicto al trabajo y odiaba la burocracia. Pero sobre todo cre¨ªa en la capacidad de sus investigadores. Fue la dedicaci¨®n de su equipo la que mantuvo con vida el proyecto de la EPO. Amgen estuvo a muy poco de quedarse sin fondos antes de dar el pelotazo con ese tratamiento. Cuando dej¨® la compa?¨ªa en julio de 1990, la firma ya era una de las punteras en el sector biotecnol¨®gico.
Amgen cuenta en la actualidad con 17.000 empleados en 40 pa¨ªses. Cotiza en el Nasdaq. La inversi¨®n inicial de 19 millones de d¨®lares ( unos 14 millones de euros) que recibi¨® para lanzar el laboratorio es una frusler¨ªa en comparaci¨®n con su actual capitalizaci¨®n burs¨¢til: 54.400 millones de d¨®lares (41.153 millones de euros). Ese ¨¦xito y magia lo intent¨® replicar despu¨¦s en ICOS, de donde se retir¨® en 2000. Despu¨¦s, asesor¨® a peque?as firmas.
Rathmann, que falleci¨® por las complicaciones de una neumon¨ªa, sufr¨ªa problemas renales desde hac¨ªa m¨¢s de una d¨¦cada y durante la di¨¢lisis fue tratado con EPO, vetada en el mundo del deporte y que mejora la vida de enfermos de c¨¢ncer tratados con quimioterapia y radioterapia.
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