Para que Rajoy triunfe
A la ciudadan¨ªa le conviene que el Banco Central Europeo (BCE) flexibilice su postura, reanude la interrumpida compra de deuda soberana espa?ola y, en su caso, lance alguna barra de liquidez adicional (al bill¨®n de euros ya dispuesto en dos tandas, diciembre y febrero pasados). O sea que para Espa?a, y a buen seguro para la zona euro, ser¨ªa una gran noticia que Mariano Rajoy triunfase en su cruzada para lograrlo. Una cruzada que ha planteado a trav¨¦s de solicitar la presi¨®n de la canciller Merkel sobre el instituto de Fr¨¢ncfort, para ablandarlo.
Ahora bien, para ello habr¨¢ de cambiar sus modos en la UE. Deber¨¢ respetar la autoridad e independencia del Banco de Espa?a y de los dem¨¢s organismos reguladores. Deber¨¢ negociar duro, si conviene con sigilo, en el interior de las reuniones europeas, en vez de callar en el debate interno y, antes o despu¨¦s, usar el meg¨¢fono en sus comparecencias p¨²blicas. Deber¨¢ averiguar qu¨¦ puede y qu¨¦ no puede hacer la canciller, a qu¨¦ influjos est¨¢ sometida, cu¨¢l es su inter¨¦s. Sin un conocimiento exacto de esto, que le puede ofrecer el secretario para la UE, ??igo M¨¦ndez de Vigo, pero no el ministerio de la reconversi¨®n bancaria, Rajoy seguir¨¢ clamando en el desierto, y la prima de riesgo seguir¨¢ en el disparadero.
Lo primero que hay que aprender es que a Alemania le costar¨¢ infinito torcer el brazo al BCE, salvo para recuperar su rigidez, que cree perdida. Lo anunci¨® Merkel tras la cumbre de marzo, violando su pretendido respeto a la independencia del banco central, cuando asegur¨® que en el pr¨®ximo futuro "no recurriremos a este tipo de medidas" de liquidez ofertada por el BCE. Conviene seguir la pista a dos hombres clave. Uno es el miembro alem¨¢n del directorio de Fr¨¢ncfort, J?rg Asmussen, quien el 20 de abril ya reconvino a Rajoy en Washington por su "decisi¨®n soberana" de rebajar los objetivos de d¨¦ficit: "en el caso espa?ol el cambio de la percepci¨®n del mercado es resultado de la pobre comunicaci¨®n sobre los objetivos de d¨¦ficit y los retrasos en el anuncio del presupuesto¡ Espa?a tiene un problema de credibilidad con los mercados" (Key issues about the crisis and the European response, en espa?ol Temas clave sobre la crisis y la respuesta europea). Asmussen consider¨® entonces que las barras de liquidez prestadas ya lograron su cometido de "prevenir una crisis de recursos de los bancos". M¨¢s contundente a¨²n viene siendo el presidente del Bundesbank, y exconsejero ¨¢ulico de la canciller, Jens Weidmann, quien no ve ninguna raz¨®n para una tercera barra de liquidez y minusvalora problemas como el espa?ol: "no deber¨ªamos proclamar siempre el fin del mundo cuando los tipos de inter¨¦s de largo plazo de un pa¨ªs desbordan el 6%" (Frankfurter Allgemeine Zeitung y Reuters, 18 de abril).
El joven Weidmann volvi¨® a arremeter contra una nueva oferta de liquidez, porque "alimenta el riesgo de adicci¨®n" de las entidades financieras al dinero barato (Monetary policy is no panacea for Europe, FT, 7 de mayo) y, atenci¨®n, contra "el otorgamiento de financiaci¨®n a los bancos que no son sanos o que aporten colaterales (garant¨ªas) inadecuadas". Si Espa?a necesita liquidez para sus bancos, hay "otras fuentes [distintas del BCE] para obtenerla", corrobor¨® el presidente del BCE, Mario Draghi , el mi¨¦rcoles pasado.
Con la opini¨®n p¨²blica, la de sus asesores y la suya propia en contra, Merkel no ceder¨¢ f¨¢cilmente. Al menos hasta que haya conseguido su objetivo principal en esta temporada: la entrada en vigor del Tratado de Estabilidad, firmado por 25 Estados miembros, pero solo ratificado por tres (Portugal, Grecia y Eslovenia). Para ello se necesitan al menos 12 ratificaciones. Solo con ese triunfo en la mano, la canciller puede presentarse ante el Bundestag enarbolando una victoria y exhibiendo que Berl¨ªn ha logrado finalmente imponer a todos su modelo deseado de disciplina presupuestaria. La movida en pro de una agenda del crecimiento que encabeza la Francia de Fran?ois Hollande tiene bazas para abrirse paso: como complemento, fusi¨®n o valor a?adido a la estrategia de saneamiento presupuestario, no como su negaci¨®n. Espa?a deber¨ªa entender que debe caminar sobre estas dos patas, austeridad y crecimiento, merkelismo y hollandismo, quiz¨¢ incluso como celestina y muleta de ambos componentes, junto con Bruselas y otros como Italia.
Debe rehuir el alineamiento excluyente con uno u otro por simpat¨ªas ideol¨®gicas o conveniencias de un cuarto de hora. Lo hizo as¨ª cuando la Adhesi¨®n a las Comunidades, en 1985 y desde antes: hizo bien. Ha fracasado cuando se ha apartado de esa conducta.
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