Linde, medio mandato para cumplir una ilusi¨®n frustrada
El Gobierno apuesta por un veterano ex director general para capitanear el supervisor bancario
A finales de los a?os sesenta, mientras el r¨¦gimen franquista intentaba controlar a porrazos los movimientos estudiantiles, un muchacho de buena familia y muchas inquietudes intelectuales llamado Luis Mar¨ªa Linde de Castro se licenciaba en Econ¨®micas en la Complutense. Dos a?os despu¨¦s, con 24, se hac¨ªa t¨¦cnico comercial y economista del Estado con el n¨²mero uno de su promoci¨®n. Ahora, a tres a?os de la jubilaci¨®n, su amigo y ministro de Econom¨ªa, Luis de Guindos, le ha dado el cargo de gobernador del Banco de Espa?a (BE), lo que supone cumplir un deseo que cre¨ªa imposible tras haberse frustrado en la anterior ocasi¨®n que el PP mandaba en el pa¨ªs y escogi¨® a Jaime Caruana. Linde ocupar¨¢ el sill¨®n solo la mitad de los seis a?os de mandato en lo que significa una jugada del PP para asegurarse un gobernador pr¨®ximo este trienio y el pr¨®ximo sexenio.
Linde es un veterano en la instituci¨®n, aunque en los ¨²ltimos a?os ha estado en el Banco Interamericano de Desarrollo y de asesor externo. Se incorpor¨® a la instituci¨®n en 1983 de la mano de Mariano Rubio, despu¨¦s de alguna aventura pol¨ªtica fracasada con Juan Antonio Garc¨ªa Diez, de su mismo gremio de t¨¦cnicos comerciales, que le hizo secretario general t¨¦cnico de Comercio y Econom¨ªa y le integr¨® en el Partido Social Dem¨®crata, que hab¨ªa impulsado para hacer la Transici¨®n y que se incorporar¨ªa a UCD. Desde sus filas se promovi¨® la candidatura de Leopoldo Calvo-Sotelo para la presidencia del Gobierno cuando las cosas en UCD se torc¨ªan. Por all¨ª se mov¨ªa gente como Mat¨ªas Rodr¨ªguez Inciarte, Luis S¨¢nchez Merlo, Eugenio Gald¨®n y otros, que luego, conocidos como los grecos, ocupar¨ªan los despachos de La Moncloa.
Los primeros cargos de Linde, entre 1973 y 1978, fueron los de jefe de la Oficina de la Balanza de Pagos y, posteriormente, de la Oficina Comercial de Espa?a en Mosc¨². Dicen que all¨ª, en la entonces capital sovi¨¦tica, se cay¨® del caballo y se despoj¨® de las ideas rojas, que, por otra parte, nunca hab¨ªan sido demasiado profundas. ¡°Era la izquierda de la derecha¡±, dice un veterano colega, que recuerda que Linde sigue siendo un ateo convencido y mantiene tendencias progresistas.
Mariano Rubio vio en aquel treinta?ero de mirada inquisitiva la persona apropiada para responsabilizarse del hoy extinto departamento exterior que dirig¨ªa Antonio S¨¢nchez Pedre?o. Cuando este dej¨® la entidad para irse al Banco Atl¨¢ntico y despu¨¦s de que Guillermo de la Dehesa, para quien estaba destinado el puesto, hubiese abandonado, ascendi¨® a director general.
Fue una ¨¦poca dorada en la instituci¨®n. Le toc¨® moverse entre los grandes patriarcas del Banco de Espa?a de aquellos a?os: Mariano Rubio, Luis ?ngel Rojo, Miguel Mart¨ªn (hoy presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Banca), ?ngel Madro?ero, Jos¨¦ P¨¦rez, Gonzalo Gil, Jos¨¦ Luis Malo de Molina¡ Ahora se encontrar¨¢ con pocos compa?eros de entonces, como el citado Malo de Molina o Javier Alonso, su heredero en el ¨¢rea de exteriores (aunque ya no es direcci¨®n general) y muchos subordinados.
De ¨¦l se recuerda que era un hombre afable, pero de ideas pertinaces; que llega pronto al trato, pero que no se destaca por su simpat¨ªa. Como su predecesor, Miguel ?ngel Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, es un intelectual. Apasionado de los libros y las publicaciones especializadas. Est¨¢ en el consejo de redacci¨®n de Libros y estuvo en el de Informaci¨®n Comercial Espa?ola.
Con Rubio ten¨ªa una relaci¨®n muy estrecha, quiz¨¢ acrecentada porque era el que acompa?aba al gobernador a las reuniones en Basilea y Fr¨¢ncfort. Las buenas relaciones con Rubio se deterioraron con Rojo, que no lo ten¨ªa entre sus preferidos, aunque fue en esos a?os cuando vivi¨® sus principales experiencias. En aquellos tiempos de la peseta, probablemente la direcci¨®n que llevaba Linde era la m¨¢s importante porque ten¨ªa que defender la moneda de ataques constantes ¡ªcomo las cuatro devaluaciones de los primeros noventa¡ª; mantenerla en el Sistema Monetario Europeo (SME)¡ Una experiencia que ahora le va a venir a pedir de boca para abordar esta nueva etapa de su medio mandato.
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