El G-20 clava la mirada en Merkel
El G-20 pedir¨¢ a la canciller que flexibilice su posici¨®n para evitar un desastre en Europa El rescate de la banca espa?ola y Grecia tambi¨¦n condicionan la cita


El paraje semides¨¦rtico de Los Cabos, a orillas del Pac¨ªfico, es un escenario extravagante para dar la r¨¦plica a un discurso en el Bundestag. Pero sobre el mensaje lanzado esta semana por la canciller alemana, Angela Merkel, pivotar¨¢ la s¨¦ptima cumbre del G-20, que el Gobierno mexicano ha decidido celebrar en este complejo tur¨ªstico de lujo entre ma?ana, lunes, y el martes. Cita a cita, el foro que re¨²ne desde el estallido de la Gran Recesi¨®n a los l¨ªderes de las principales econom¨ªas avanzadas y emergentes ha ampliado su radio de acci¨®n hasta sobrepasar el l¨ªmite de lo manejable. Pero el resultado de la cumbre de Los Cabos se medir¨¢ por la capacidad de influir en las decisiones de un solo pa¨ªs, de alterar el discurso en el que Merkel fij¨® los estrictos l¨ªmites de la respuesta alemana a la incesante crisis del euro.
No es la ¨²nica paradoja de una cumbre a contrapelo. La cita la organiza un Gobierno, el de Felipe Calder¨®n, a punto de expirar, que ha adelantado su celebraci¨®n para sortear el par¨®n administrativo tras las elecciones mexicanas. Y eso hace que varios de los informes que los l¨ªderes del G-20 encargan para tomar decisiones, una de sus principales v¨ªas de actuaci¨®n, no lleguen a tiempo.
Adem¨¢s, la reuni¨®n de Los Cabos est¨¢ tambi¨¦n muy condicionada por otras citas electorales: la cercan¨ªa de las presidenciales estadounidenses (en noviembre pr¨®ximo) implica que cualquier gesto de la Administraci¨®n de Barack Obama se quede en eso, en gesto. El G-20 estar¨¢ tambi¨¦n muy pendiente del resultado de los comicios griegos, sobre todo si exige salir a la palestra para apaciguar a los mercados financieros. Otra cosa es que el debate sobre la posibilidad de renegociar el plan de rescate de Grecia traspase el umbral de la sala de reuniones de los sherpas, los altos funcionarios que hacen el trabajo sucio. ¡°Europa es muy celosa de sus decisiones, no las va a discutir con los dem¨¢s¡±, vaticina Federico Steinberg, investigador del Real Instituto Elcano.
Desde que los l¨ªderes del G-20 se reunieran en Toronto (Canad¨¢) a mediados de 2010, en la cuarta cumbre de este foro, desde que la crisis financiera se concentr¨® en el mercado de deuda p¨²blica europeo, el guion se repite. El resto de Gobiernos, con EE UU a la cabeza, ensalza cada trabajoso paso de la zona euro, al tiempo que le apremia a actuar con m¨¢s contundencia. ¡°Desde que la crisis es europea, el G-20 ha dejado de ser el fondo resolutivo que fue en 2009. Y la cuesti¨®n es que ahora la crisis est¨¢ entrando en una de sus fases m¨¢s profundas¡±, apunta Manuel de la Rocha, coordinador de econom¨ªa internacional de la Fundaci¨®n Alternativas.
Los males europeos ya secuestraron la agenda de la cumbre de Cannes, a finales del a?o pasado, m¨¢s conocida por las intensas presiones de Merkel y el entonces presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, para que Grecia renunciara a someter a refer¨¦ndum el segundo plan de rescate, para que Italia aceptara la supervisi¨®n del Fondo Monetario Internacional (FMI). Aquello fue el principio del fin de los Gobiernos de Yorgos Papandreu y Silvio Berlusconi, relevados por los tecn¨®cratas Lucas Papademos y Mario Monti.
Desde entonces, las soluciones europeas, siempre parciales, siempre tard¨ªas, han elevado la tensi¨®n financiera y las dudas entre los l¨ªderes mundiales. La repetici¨®n de las elecciones griegas, ante la imposibilidad de formar Gobierno en mayo, evidencian los l¨ªmites de un rescate condicionado a un sinf¨ªn de medidas de ajuste, depresivas. Y el mal recibimiento de los mercados al plan para rescatar la banca espa?ola, por hacer responsable al Gobierno de Rajoy de la devoluci¨®n del pr¨¦stamo, avivan la exigencia de decisiones r¨¢pidas y contundentes. Una exigencia que ya solo puede concentrarse en Alemania, el catalizador de la respuesta europea a la crisis, el pa¨ªs que tiene la ¨²ltima palabra en las grandes reformas que aguardan a la zona euro.
El FMI y EE UU lideran la presi¨®n para que Alemania abra la mano
¡°Ya saben lo que tienen que hacer para hacer funcionar la uni¨®n monetaria, deben aclararlo cuanto antes¡±, afirm¨® el mi¨¦rcoles el secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, en referencia al debate sobre c¨®mo articular uni¨®n bancaria y una uni¨®n fiscal en la zona euro. ¡°Ser¨ªa injusto considerar que Alemania es la ¨²nica fuente de problemas¡±, dijo, en una de esas disculpas que suenan a acusaci¨®n, antes de a?adir: ¡°Todo el mundo les est¨¢ mirando¡±.
Apenas unas horas despu¨¦s, ante los parlamentarios alemanes, Merkel retomaba el hilo all¨ª donde lo hab¨ªa dejado Geithner. ¡°Todas las miradas se dirigen a Alemania¡±, concedi¨® la canciller, ¡°pero no tenemos un poder infinito, nuestra responsabilidad como primera econom¨ªa europea es desplegar nuestra fortaleza de forma cre¨ªble¡±. La dirigente conservadora fue expl¨ªcita al fijar los l¨ªmites de la cumbre del G-20. ¡°A todos aquellos en Los Cabos que esperan de Alemania una soluci¨®n milagrosa, ya sea eurobonos, cambios en los fondos de rescates, un mecanismo europeo para garantizar dep¨®sitos, miles de millones y otras muchas cosas¡±, advirti¨®: ¡°Todos los planes, todas las medidas, ser¨¢n una mera ilusi¨®n si van m¨¢s all¨¢ de la capacidad de Alemania¡±.
En las ¨²ltimas semanas, el Ejecutivo de Merkel se ha resistido a lo que tilda de soluciones milagrosas: todo aquello que eleve, a¨²n m¨¢s, la implicaci¨®n alemana en el apoyo a otros socios en problemas sin que la zona euro se haya dotado del poder suficiente para evitar que los Estados vuelvan a desviarse (en el d¨¦ficit, en la deuda privada, en la competitividad) de las pol¨ªticas que Berl¨ªn considera virtuosas. El Gobierno alem¨¢n cree que la necesaria cesi¨®n de soberan¨ªa apenas ha comenzado. Y que, hasta entonces, cualquiera de las propuestas que se baraja ¡ªinyectar dinero en la banca sin pasar por los Estados, impulsar una intervenci¨®n directa en los mercados del Banco Central Europeo, asumir de forma conjunta el riesgo de parte de la deuda p¨²blica de los Estados del euro¡ª pondr¨ªa en riesgo la credibilidad de Alemania, algo que empujar¨ªa la crisis del euro a otra dimensi¨®n.
¡°En Los Cabos habr¨¢ mucha presi¨®n, pero dudo que Alemania cambie de posici¨®n, est¨¢ muy cerrada a las influencias externas. Solo EE UU tiene capacidad para hacerse o¨ªr¡±, opina el investigador Steinberg, tambi¨¦n profesor en la Aut¨®noma de Madrid. Conforme se acerca la cumbre, el coro de reclamaciones sube de tono. Y no todos han sido tan sutiles como el secretario del Tesoro de EE UU.
El rescate de la banca espa?ola y Grecia tambi¨¦n condicionan la cita
¡°Ya no s¨¦ si el Gobierno alem¨¢n necesita que Grecia se vaya del euro para poder explicar a sus ciudadanos por qu¨¦ necesitan hacer cosas como la uni¨®n bancaria o los eurobonos¡±, dispar¨® George Osborne, ministro de Hacienda brit¨¢nico. ¡°Yo rogar¨ªa a los dirigentes europeos que act¨²en, como les ha pedido EE UU¡±, plante¨® el ministro de Finanzas japon¨¦s, Jun Azumi. Su hom¨®logo australiano, Wayne Swan, reproch¨® que la zona euro ¡°haya echado a perder varios meses de calma relativa¡±, tras las dos inyecciones multimillonarias de liquidez que practic¨® el BCE en diciembre y febrero.
Las grietas en la posici¨®n com¨²n de la UE son cada vez m¨¢s evidentes. El presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, convoc¨® el viernes una videoconferencia entre los l¨ªderes de los pa¨ªses europeos del G-20 (Mariano Rajoy incluido) para limar diferencias. Un encuentro precedido por los llamamientos del presidente franc¨¦s, Fran?ois Hollande, a reactivar el crecimiento ¡ªtesis en la que se alinea con Monti y Obama¡ª, en abierto contraste con la conocida negativa de Merkel ¡ª¡°no queremos programas de crecimiento a base de m¨¢s deuda¡±¡ª. Y por la ¨¢cida cr¨ªtica del presidente de la Comisi¨®n Europea, Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, a las reticencias alemanas: ¡°No estoy seguro de que todas las capitales sean conscientes de la urgencia de esto¡±.
Tambi¨¦n ha sido llamativa la reacci¨®n del Gobierno espa?ol, apenas unos d¨ªas despu¨¦s de presentar el rescate bancario como un cr¨¦dito de hasta 100.000 millones de euros ¡°en condiciones muy ventajosas¡±, logrado gracias a la presi¨®n del Ejecutivo de Rajoy. El ministro de Asuntos Exteriores, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo, reclam¨® a Alemania una visi¨®n ¡°m¨¢s amplia, a largo plazo¡±. ¡°Si tiran un pa¨ªs a los lobos, eso afectar¨¢ a todos¡±, advirti¨® el ministro. En la semana que la prima de riesgo espa?ola bat¨ªa r¨¦cords desde el inicio de la zona euro, Garc¨ªa-Margallo enfatizaba la necesidad de ¡°un mecanismo de rescate que funcione¡± y de una ¡°intervenci¨®n decidida contra la especulaci¨®n¡±.
En la presentaci¨®n de la cumbre, el ministro de Finanzas mexicano, Jos¨¦ Antonio Meade, consider¨® que el G-20 es una oportunidad para que Espa?a ¡°despeje dudas¡± sobre los detalles del rescate de la banca. Pero en la mano del Ejecutivo de Rajoy solo est¨¢ desvelar qu¨¦ necesidades de capital se derivan ¡ªa medio camino entre el m¨ªnimo de 40.000 millones fijados por el FMI y el tope del pr¨¦stamo, 100.000 millones¡ª del trabajo de los evaluadores externos.
Para traducir las exigencias espa?olas a Alemania, basta con recurrir a las sucesivas intervenciones de la directora gerente del FMI, Chistine Lagarde, en la ¨²ltima semana. ¡°El BCE deber¨ªa relajar a¨²n m¨¢s las condiciones monetarias y utilizar, si fuera necesario, medidas poco convencionales¡±, en una referencia directa a recortes de tipos, nuevas inyecciones de liquidez y compra de bonos de pa¨ªses en problemas, justo todo a lo que se opone Berl¨ªn. ¡°Debe haber un enlace directo entre los recursos de los fondos de rescate y los bancos¡±, en alusi¨®n a los problemas que acarrea que esa operaci¨®n se haga a trav¨¦s de un pr¨¦stamo al Estado, que es lo que Alemania exige como garant¨ªa.
¡°El G-20 dej¨® de ser resolutivo desde que la crisis es europea¡±, se?ala un experto
¡°Las autoridades europeas deben tomar medidas decisivas para librarse de la crisis de deuda¡±, insisti¨® Lagarde, quien tambi¨¦n hizo hincapi¨¦ en la necesidad de ¡°reavivar la demanda, de poner en marcha otra vez el motor de crecimiento¡±. ¡°Los riesgos de otra recesi¨®n global son reales¡±, apuntill¨® el mismo viernes el Instituto de Finanzas Internacionales, que agrupa a los principales bancos del mundo. ¡°El mensaje del resto de pa¨ªses a Europa es claro: su incapacidad para resolver la crisis, debilita nuestras perspectivas de crecimiento, nos pone en riesgo¡±, se?ala De la Rocha, ¡°y cuando se dice Europa, ahora se dice Alemania¡±.
Los l¨ªderes de los grandes pa¨ªses emergentes ¡ªChina, Brasil, Rusia, India¡ª apenas se han significado en el pre¨¢mbulo de la cumbre de Los Cabos. Pero se har¨¢n notar. A¨²n tienen que concretar cu¨¢nto aportar¨¢n a los 430.000 millones de d¨®lares que el FMI dijo haber recaudado en abril entre varios pa¨ªses para afrontar la crisis, un acuerdo del que ya se descolgaron EE UU y Canad¨¢. ¡°Hay mucha reticencia entre los emergentes a dar dinero que puede ir a pa¨ªses ricos como los europeos, sin contrapartidas en la cesi¨®n de poder en el FMI¡±, puntualiza el investigador de la Fundaci¨®n Alternativas. M¨¢s a¨²n cuando los acuerdos ya alcanzados ¡ªtraspasar un 6% del derecho de voto de pa¨ªses ricos a emergentes, ceder dos puestos en el comit¨¦ ejecutivo¡ª est¨¢n bloqueados en el Congreso de EE UU.
La cumbre de Los Cabos aclarar¨¢ si cabe retorcer de nuevo la manida cita del fil¨®sofo Jos¨¦ Ortega y Gasset: Europa como problema, el G-20 como soluci¨®n. Aunque tambi¨¦n es probable que para salir de este embrollo multilateral haya que volver... al Bundestag. La coalici¨®n de Merkel necesita a la oposici¨®n para aprobar antes de final de mes el Pacto Fiscal que impuso al resto de la zona euro. A cambio, socialdem¨®cratas y verdes forzar¨ªan al Gobierno alem¨¢n a dar luz verde a financiaci¨®n comunitaria de nuevas medidas de est¨ªmulo, a alguna f¨®rmula de gesti¨®n com¨²n de los excesos de deuda p¨²blica de los pa¨ªses del euro. Una paradoja m¨¢s.
M¨¢s proteccionismo
¡°Por primera vez desde 2008, el informe sobre las restricciones al comercio es alarmante¡±, proclam¨® la semana pasada Pascal Lamy, director general de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC). Uno de los logros que m¨¢s han exhibido los l¨ªderes del G-20 ha sido su renuncia a aumentar las medidas proteccionistas, su compromiso a retirar las ya existentes antes de 2013. Seg¨²n buena parte de los expertos, este tipo de pol¨ªticas contribuy¨®, en la d¨¦cada de los treinta del siglo pasado, a convertir el crac burs¨¢til de 1929 en la Gran Depresi¨®n. Pero, ahora, con la nueva crecida de la crisis econ¨®mica, el compromiso se resquebraja.
¡°En los ¨²ltimos siete meses no ha dejado de aumentar el n¨²mero de nuevas medidas que restringen o pueden restringir el comercio, algo m¨¢s grave si se tiene en cuenta la lentitud con la que se retiran las medidas existentes¡±, afirm¨® Lamy. El informe remitido al G-20 destaca adem¨¢s un deterioro de las condiciones para la inversi¨®n internacional en algunos pa¨ªses. Un apartado en el que se hace referencia especial a la ¡°expropiaci¨®n¡± aprobada por uno de los pa¨ªses miembros, una alusi¨®n apenas velada a Argentina por nacionalizar YPF, la filial de la petrolera espa?ola Repsol.
Como ocurre desde la primera cumbre del G-20, en Washington, los l¨ªderes de los pa¨ªses ricos y emergentes volver¨¢n sobre la Ronda de Doha, las negociaciones abiertas en 2001 para profundizar en la liberalizaci¨®n del comercio internacional. Y volver¨¢n a constatar su fracaso. Tampoco parece que el camino alternativo esbozado en la cumbre de Cannes, en noviembre pasado ¡ªdar forma a los asuntos ya acordados que puedan beneficiar a los pa¨ªses m¨¢s pobres¡ª, haya arrojado resultados por ahora.
En la cumbre de Los Cabos apenas habr¨¢ novedades en la compleja y larga reforma de los mercados financieros, ya que el Consejo de Estabilidad Financiera no tiene previsto publicar sus informes m¨¢s importantes hasta final de a?o. Tampoco se esperan grandes cambios de la revisi¨®n de la OCDE sobre el intercambio de informaci¨®n fiscal, que seguir¨¢ cimentada en los convenios bilaterales, una prueba que los para¨ªsos fiscales han pasado con suma facilidad. Y M¨¦xico, que ha dado prioridad a dos aspectos ¡ªseguridad alimentaria y proyectos de infraestructuras¡ª de la nutrida agenda de desarrollo que leg¨® la cumbre de Se¨²l, no ha renunciado a abrir otro frente: como conciliar y crecimiento y medio ambiente.
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