La v¨ªctima griega
El desastre se origin¨® en Bruselas, Fr¨¢ncfort y Berl¨ªn, al crear un sistema monetario defectuoso
Desde que Grecia cay¨® en picado, hemos o¨ªdo hablar mucho de lo que no va bien en todo lo que sea griego. Algunas de las acusaciones son ciertas, y otras son falsas, pero todas ellas son irrelevantes. S¨ª, existen importantes fallos en la econom¨ªa griega, en su pol¨ªtica, y, sin duda alguna, en su sociedad. Pero estos fallos no son los que causaron la crisis que est¨¢ desgarrando a Grecia, y que amenaza con extenderse por Europa.
No, los or¨ªgenes del desastre se encuentran m¨¢s al norte, en Bruselas, Fr¨¢ncfort y Berl¨ªn, donde las autoridades crearon un sistema monetario profundamente defectuoso ¡ªy quiz¨¢s abocado a morir¡ª y luego agravaron los problemas de ese sistema sustituyendo el an¨¢lisis por las lecciones de moral. Y la soluci¨®n a la crisis, si es que existe alguna, tendr¨¢ que llegar de los mismos lugares.
Por tanto, veamos esos defectos griegos: sin duda alguna Grecia tiene mucha corrupci¨®n y mucha evasi¨®n fiscal, y el Gobierno griego tiene por costumbre vivir por encima de sus posibilidades. M¨¢s all¨¢ de eso, la productividad laboral griega es baja de acuerdo con los niveles europeos, ya que es inferior en un 25% a la media de la Uni¨®n Europea. Sin embargo, vale la pena se?alar que la productividad laboral en, vamos a decir, Misisipi, es m¨¢s o menos igual de baja seg¨²n los niveles estadounidenses, y m¨¢s o menos por el mismo margen.
La soluci¨®n a la crisis, si es que existe alguna, tendr¨¢ que llegar de los mismos lugares
Por otra parte, muchas cosas de las que oyen sobre Grecia no son ciertas. Los griegos no son vagos; al contrario, trabajan m¨¢s horas que casi todo el mundo en Europa, y muchas m¨¢s horas que los alemanes en concreto. Grecia tampoco tiene un Estado del bienestar desenfrenado, como les gusta afirmar a los conservadores; el gasto social como porcentaje del producto interior bruto (PIB), la medida habitual del tama?o del Estado del bienestar, es considerablemente m¨¢s bajo en Grecia que en, digamos, Suecia o Alemania, que son pa¨ªses que hasta ahora han capeado la crisis europea bastante bien.
Entonces, ?c¨®mo se meti¨® Grecia en tantos problemas? Culpen al euro.
Hace 15 a?os, Grecia no era un para¨ªso, pero tampoco estaba en crisis. El desempleo era elevado pero no era catastr¨®fico, y el pa¨ªs m¨¢s o menos se val¨ªa por s¨ª mismo en los mercados mundiales, ya que ganaba lo bastante con las exportaciones, el turismo, los barcos y otras fuentes como para pagar m¨¢s o menos sus importaciones.
Luego Grecia se incorpor¨® al euro, y sucedi¨® algo terrible: la gente empez¨® a creer que era un lugar seguro para invertir. Entr¨® dinero extranjero en Grecia, una parte de ¨¦l, pero no todo, para financiar los d¨¦ficits del Gobierno; la econom¨ªa se aceler¨®; la inflaci¨®n aument¨®; y Grecia perdi¨® cada vez m¨¢s competitividad. Sin lugar a dudas, los griegos despilfarraron mucho, si no la mayor parte, del dinero que entraba a raudales, pero tambi¨¦n es verdad que todos los que quedaron atrapados en la burbuja del euro hicieron lo mismo.
Y luego estall¨® la burbuja, y en ese momento, los fallos esenciales de todo el sistema del euro se hicieron demasiado evidentes.
Al estallar la burbuja, los fallos esenciales de todo el sistema del euro se hicieron demasiado evidentes
Preg¨²ntense por qu¨¦ la zona d¨®lar ¡ªtambi¨¦n conocida como Estados Unidos de Am¨¦rica ¡ªfunciona m¨¢s o menos, sin las graves crisis regionales que afligen ahora a Europa. La respuesta es que tenemos un Gobierno central fuerte, y las actividades de este Gobierno proporcionan a todos los efectos rescates autom¨¢ticos a los Estados que se meten en problemas.
Piensen, por ejemplo, en lo que podr¨ªa estar sucediendo en Florida ahora mismo, tras su enorme burbuja inmobiliaria, si el Estado tuviera que sacar el dinero para la Seguridad Social y Medicare de sus propios ingresos que se vieron reducidos repentinamente. Por suerte para Florida, es Washington en vez de Tallahassee quien se est¨¢ haciendo cargo de la factura, lo que significa que Florida est¨¢ recibiendo a todos los efectos un rescate a una escala que ning¨²n pa¨ªs europeo podr¨ªa so?ar.
O piensen en un ejemplo m¨¢s antiguo, la crisis de las cajas de ahorros de la d¨¦cada de 1980, que fue en gran medida un problema de Tejas. Los contribuyentes acabaron pagando una enorme suma para resolver el l¨ªo, pero la inmensa mayor¨ªa de esos contribuyentes estaba en otros Estados que no eran Tejas. Una vez m¨¢s, el Estado recibi¨® un rescate autom¨¢tico a una escala inconcebible en la Europa moderna.
Por eso Grecia, aunque no exenta de culpa, se encuentra en apuros principalmente debido a la arrogancia de las autoridades europeas, en su mayor¨ªa procedentes de pa¨ªses m¨¢s ricos, que se convencieron de que podr¨ªan hacer que funcionase una moneda ¨²nica sin un Gobierno ¨²nico. Y estas mismas autoridades han empeorado la situaci¨®n al insistir, a pesar de las pruebas, en que todos los problemas de la moneda estaban causados por el comportamiento irresponsable de esos europeos del sur, y que todo funcionar¨ªa si la gente estuviera dispuesta a sufrir un poco m¨¢s.
Lo que nos lleva a las elecciones del domingo en Grecia, que acabaron por no solucionar nada. Puede que la coalici¨®n de Gobierno haya logrado mantenerse en el poder, aunque ni siquiera eso queda claro (el segundo socio de la coalici¨®n est¨¢ amenazando con abandonarla). Pero, de todas maneras, los griegos no pueden resolver esta crisis.
La ¨²nica forma en la que el euro podr¨ªa ¡ªpodr¨ªa¡ª salvarse es si los alemanes y el Banco Central Europeo se dan cuenta de que son ellos los que tienen que cambiar su comportamiento, gastar m¨¢s y, s¨ª, aceptar una inflaci¨®n m¨¢s elevada. Si no, bueno, pues Grecia pasar¨¢ a la historia como la v¨ªctima del orgullo desmedido de otros pa¨ªses.
Paul Krugman es profesor de Econom¨ªa en Princeton y premio Nobel 2008.
? 2012 New York Times Service. Traducci¨®n de News Clips.
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