Am¨¦rica Latina pone en verde la econom¨ªa
Las econom¨ªas avanzadas muestran su falta de compromiso con la sostenibilidad en R¨ªo+20


Europa y su crisis monopolizan la agenda mundial desde hace dos a?os. Tambi¨¦n fueron determinantes en la s¨¦ptima cumbre de l¨ªderes del G-20, celebrada en Los Cabos (M¨¦xico), y en la conferencia R¨ªo+20, auspiciada por la ONU, en la ciudad brasile?a. Frente a lo apremiante ¡ªel paro, la recesi¨®n o el descalabro financiero en varios pa¨ªses europeos, Espa?a sin ir m¨¢s lejos¡ª, los Gobiernos mexicano y brasile?o pugnaron, cada uno a su manera, por devolver el desarrollo sostenible a la primera l¨ªnea de prioridades. El protagonismo empresarial y la falta de compromiso de las econom¨ªas avanzadas son dos de las conclusiones m¨¢s evidentes que dejan las dos cumbres mundiales que se desarrollaron en Am¨¦rica Latina en la tercera semana de junio.
El renovado inter¨¦s de los Gobiernos latinoamericanos en conciliar crecimiento, lucha contra la pobreza y protecci¨®n medioambiental est¨¢ m¨¢s que justificado. Un informe del Banco Mundial vio la conferencia R¨ªo+20 ¡ªorganizada dos d¨¦cadas despu¨¦s de la Cumbre de la Tierra en R¨ªo de Janeiro¡ª como un hito en los acuerdos mundiales sobre desarrollo sostenible y cambio clim¨¢tico.
Algunas de las actividades econ¨®micas m¨¢s din¨¢micas, como las explotaciones agrarias o las extracciones mineras, han tenido como contrapartida deforestaciones y privatizaciones de recursos comunales
Am¨¦rica Latina es una de las regiones que mejor han capeado la crisis, con tasas de crecimiento notables, lo que se traduce en una reducci¨®n de la pobreza, a¨²n con elevados niveles de desigualdad. Pero en muchos casos, eso ha derivado tambi¨¦n en una merma de sus vastos recursos naturales.
El informe del Banco Mundial detectaba dos amenazas fundamentales. Por un lado, Am¨¦rica Latina es el ¨¢rea con mayor porci¨®n de su poblaci¨®n, un 80%, en ¨¢reas urbanas. Y en la mayor¨ªa de los casos, las ciudades se han desarrollado de forma extensiva, cuando lo que facilita la gesti¨®n m¨¢s eficiente del suministro de agua y energ¨ªa o del transporte son modelos m¨¢s compactos. Y sobre todo, algunas de las actividades econ¨®micas m¨¢s din¨¢micas, como las explotaciones agrarias o las extracciones mineras, han tenido como contrapartida una intensa deforestaci¨®n y la privatizaci¨®n de recursos comunales.
El Banco Mundial destaca tambi¨¦n que en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas se ha duplicado el territorio protegido. Adem¨¢s ensalza iniciativas p¨²blico-privadas que han permitido el uso de energ¨ªas menos contaminantes en el transporte urbano. Y abandera la puesta en com¨²n de experiencias empresariales para impulsar lo que denomina ¡°crecimiento verde inclusivo¡±.
El G-20 promover¨¢ una plataforma de di¨¢logo entre Gobiernos, ONG, empresas y otros agentes sociales para impulsar proyectos que respeten el medio ambiente
La idea de que es compatible hacer negocio y proteger el medio ambiente ¡ªel llamado capitalismo verde, que tantos recelos genera entre ONG y otros colectivos sociales¡ª recorre las propuestas lanzadas por el presidente mexicano, Felipe Calder¨®n, en la cumbre de los Cabos, la primera cita al m¨¢s alto nivel del G-20 celebrada en Am¨¦rica Latina. Y tambi¨¦n por primera vez, el comunicado final de los l¨ªderes de pa¨ªses ricos y emergentes recoge compromisos para ¡°promover la prosperidad a trav¨¦s del crecimiento verde inclusivo¡±, en respuesta a una de las prioridades que se marc¨® el Gobierno mexicano.
¡°Debe ser posible seguir un modelo de desarrollo sostenible, que atraiga inversi¨®n y cree empleo, sin afectar de manera irreversible los ecosistemas y su biodiversidad¡±, proclam¨® Calder¨®n en el inicio de la cumbre. Antes, en un gesto cargado de simbolismo, el presidente mexicano hab¨ªa anunciado la cancelaci¨®n de un macroproyecto urban¨ªstico en Cabo Cort¨¦s, en Baja California ¡ªel Estado donde se desarroll¨® el G-20¡ª, por su elevado impacto ambiental.
Los intensos debates sobre c¨®mo reforzar la convenci¨®n de Naciones Unidas para proteger los mares desemboc¨® en un vago compromiso por un uso sostenible de sus ecosistemas marinos
A propuesta mexicana, el G-20 promover¨¢ una plataforma de di¨¢logo entre Gobiernos, ONG, empresas y otros agentes sociales para impulsar proyectos de inversi¨®n que respeten el medio ambiente. Y tambi¨¦n se compromete a facilitar el intercambio tecnol¨®gico a favor de los pa¨ªses menos desarrollados. El crecimiento verde, con las energ¨ªas renovables como principal protagonista, fue tambi¨¦n un asunto central en el B-20, el evento paralelo a la cumbre de l¨ªderes mundiales que re¨²ne a m¨¢s de un centenar de directivos de las principales multinacionales.
Si el fomento del desarrollo sostenible apenas ha echado a andar en el G-20, la conferencia de R¨ªo tomaba el pulso a compromisos que vieron la luz hace veinte a?os. Y el pulso es bajo. Escamado por el fiasco de la conferencia anterior, en Copenhague (Dinamarca), el Gobierno de Dilma Rousseff se las ingeni¨® para sacar adelante un comunicado que pudiesen firmar los 193 participantes. Pero tuvo que renunciar a plasmar en el papel medidas concretas.
Pese a las peticiones de movimientos ecologistas, acad¨¦micos y varios Gobiernos, en el documento final de R¨ªo+20 no se establecieron objetivos de desarrollo sostenible que vinculasen a los firmantes, a imagen de los Objetivos del Milenio en el programa de erradicaci¨®n contra la pobreza de la ONU. Tampoco se logr¨® respaldo para que el Programa para el Medio Ambiente se transforme en una agencia de la ONU con presupuesto propio.
En el documento final de R¨ªo+20 no se establecieron objetivos de desarrollo sostenible que vinculasen a los firmantes
La declaraci¨®n final incluye el compromiso de fomentar la econom¨ªa verde, pero relega a 2014 la decisi¨®n de c¨®mo financiar proyectos de desarrollo sostenible; la mayor¨ªa de los pa¨ªses emergentes hab¨ªan planteado la creaci¨®n de un fondo para este fin de unos 28.000 millones de euros, pero la negativa de las econom¨ªas avanzadas, entrampadas en la crisis financiera, impidi¨® avanzar.
Los intensos debates sobre c¨®mo reforzar la convenci¨®n de Naciones Unidas para proteger los mares apenas desemboc¨® en un vago compromiso de que cada pa¨ªs buscar¨¢ la mejor manera de hacer un uso sostenible de sus ecosistemas marinos. Y aunque se renov¨® el compromiso de eliminar los subsidios a las energ¨ªas f¨®siles, no se puso fecha a un mandato que no deja de incumplirse por pa¨ªses ricos (incentivos fiscales a las petroleras) y pobres (subvenciones a la gasolina).
A falta de medidas concretas de los Gobiernos, en R¨ªo+20 abundaron las propuestas de empresas y universidades. La iniciativa privada monopoliz¨® los casi 700 proyectos de desarrollo sostenibles anunciados durante la conferencia, que seg¨²n la ONU suman inversiones de cerca de un bill¨®n de euros.
¡°Hemos visto c¨®mo muchas delegaciones exig¨ªan m¨¢s ambici¨®n, pero a la hora de llegar al consenso, esos mismos pa¨ªses han tenido posturas muy conservadoras¡±, resumi¨® la ministra brasile?a de Medio Ambiente, Izabella Teixeira, en una entrevista con EL PA?S tras R¨ªo+20. ¡°A la hora de poner dinero, los pa¨ªses desarrollados no han querido poner nada¡±, concluy¨®.
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