Y si esto falla, ?qu¨¦ hacemos?
El recorte a los jubilados, el rescate total o la vuelta a la peseta pueden ser las siguientes alternativas
Por mucho que se empe?en el Gobierno y la mayor parte de los economistas con el consenso casi general de los medios de comunicaci¨®n, hasta el momento ninguna medida de ajuste ni ning¨²n acuerdo internacional ¡ªincluido el del rescate financiero por 100.000 millones¡ª ha servido para aminorar lo m¨¢s m¨ªnimo la llamada presi¨®n de los mercados.
Por eso, no es descabellado pensar que el ¨²ltimo ajuste de 65.000 millones se diluya y tenga el mismo efecto descafeinado que los anteriores. Si eso ocurre, ?qu¨¦ balas quedan en la rec¨¢mara? En gradaci¨®n, estas son las opciones:
? Rebaja de las pensiones. Es la l¨ªnea roja que se ha marcado el Gobierno, tal vez por sus c¨¢lculos electorales al estimar que es un granero leal de votantes para el partido en el poder. Las pensiones son, de largo, el cap¨ªtulo mayor de gasto, un tercio del total ¡ª112.000 millones en 2011¡ª y, por tanto, el de mayor recorrido para el recorte. Es cierto que los jubilados han perdido poder adquisitivo con medidas colaterales como el copago de las medicinas o el recorte de la dependencia, pero sus ingresos son los ¨²nicos que se han garantizado.
La congelaci¨®n que aplic¨® el Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero en 2010 supuso un ahorro para el Estado de 1.800 millones. Y se estima que si se rebajaran un 5% las pensiones se ahorrar¨ªa 5.500 millones adicionales. Tambi¨¦n podr¨ªa optar por quitarle una o las dos pagas extras. No es ninguna novedad. Grecia, Irlanda y Portugal lo han hecho ya. En el pa¨ªs heleno, el recorte ha sido del 20% para las pensiones mayores de 1.200 euros y de hasta el 40% para los antiguos empleados p¨²blicos. En Irlanda, se ha rebajado el 10% para los nuevos jubilados, y se aplica una deducci¨®n proporcional a los que ganan m¨¢s de 12.000 euros anuales. En Portugal, han quitado a los jubilados las dos pagas extras de verano y Navidad.
? Rescate del pa¨ªs. Lo acaba de sugerir el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, aunque sea un tab¨² para la clase pol¨ªtica espa?ola. Pedir el rescate del pa¨ªs, y no solo de la banca, podr¨ªa relajar la presi¨®n de los mercados. La intervenci¨®n de Bruselas ser¨¢ expl¨ªcita (y no como ahora solapada) y el plan de ajuste, por duro que fuera, seguir¨ªa un gui¨®n fijo y se conocer¨ªan los objetivos finales desde el principio. De los pa¨ªses intervenidos, al que mejor le ha ido ha sido a Irlanda. Ha conseguido reducir el d¨¦ficit del 32,4% al 10,6%. Y lograr crecer. Ahora bien, tampoco es infalible. En Portugal, el PIB cay¨® un 1,6% en 2011, su deuda sigue disparada y el bono a 10 a?os se paga al 12%. A Grecia le ha ido rematadamente peor incluso recurriendo a la quita.
? Quita de la deuda o suspensi¨®n de pagos. Cuando una empresa ve inviable el pago de su deuda, se re¨²ne con sus acreedores y acuerda una quita de la misma y la refinanciaci¨®n de la parte que s¨ª puede devolver. Con los Estados ocurre lo mismo. Grecia ya acord¨® una quita este a?o, que afect¨® a 205.500 de los 360.000 millones de euros del total. Gracias a ella borr¨® de sus cuentas algo m¨¢s de 106.000 millones. Pero su situaci¨®n sigue siendo cr¨ªtica. Es m¨¢s, de no haber estado encorsetada por el euro ya hubiera suspendido pagos. Se ha instaurado la creencia de que el default equivale al desastre, pero no es as¨ª. Indonesia, Corea del Sur y Tailandia suspendieron pagos a finales de los noventa y luego se han recuperado. Argentina lo hizo en 2001 y en la ¨²ltima d¨¦cada ha crecido a un ritmo vertiginoso.
? Salida del euro. Cada vez hay m¨¢s expertos que la vaticinan como la soluci¨®n inevitable. Espa?a, con un pasivo de 2,3 billones de euros, es irrescatable. La vuelta a la peseta resolver¨ªa de golpe varios problemas: rebajar¨ªa la deuda al devaluar la moneda y aumentar¨ªa la competitividad, las exportaciones y el turismo. Y podr¨ªamos controlar otra vez nuestra inflaci¨®n y los tipos de inter¨¦s. Pero tambi¨¦n hay que sopesar el lado amargo: las importaciones se encarecer¨ªan notablemente (la factura energ¨¦tica), casi nadie nos prestar¨ªa y los ciudadanos ver¨ªan esfumarse gran parte de sus ahorros. Y es que la salida del euro ir¨ªa precedida de la imposici¨®n de fuertes restricciones para sacar dinero (corralito), seguido de un cambio obligatorio a la nueva moneda con una fuerte devaluaci¨®n (corral¨®n). El impacto social ser¨ªa demoledor como lo fue en Argentina.
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