De pelda?o en pelda?o, hasta la intervenci¨®n total
Rajoy tiene que liderar un gran pacto nacional que sin renunciar al ajuste fiscal aborde pol¨ªticas de creaci¨®n de empleo y racionalice las Administraciones p¨²blicas sin desmantelar el Estado de las autonom¨ªas.
Agosto es un mes sembrado de minas en los mercados financieros. Con poco dinero se pueden hacer grandes negocios. Sobre todo en un escenario tan barroco como el europeo. Si siempre es dif¨ªcil poner de acuerdo a todos sus actores, en verano resulta imposible con Merkel escalando monta?as en el Tirol o los Dolomitas, y Hollande encerrado en el islote mediterr¨¢neo de Fort de Bregan?on. Hace un a?o la prima de riesgo espa?ola estuvo sometida a un zarandeo tan insoportable que para evitar males mayores Zapatero pact¨® con Rajoy, en una tarde de agosto y a requerimiento de Trichet (aquel gobernador del BCE que sub¨ªa los tipos de inter¨¦s cuando los pa¨ªses del euro estaban a punto de entrar en recesi¨®n), una reforma constitucional expr¨¦s que nos obliga a no endeudarnos por los siglos de los siglos.
?Desde entonces hemos cambiado de Gobierno, el PSOE logr¨® por m¨¦ritos propios el peor resultado que haya conseguido en el vigente periodo constitucional, Rajoy condujo al PP a su mayor victoria electoral..., y el estado del enfermo sigue empeorando a pesar de que hemos abrazado por ley la fe del d¨¦ficit cero. La confianza que los inversores iban a devolver a nuestra econom¨ªa por la sola alternancia en La Moncloa se ha traducido en las ¨²ltimas semanas en un encarecimiento de la prima de riesgo por encima de los niveles que en su d¨ªa condujeron a Grecia, Portugal e Irlanda a pedir la intervenci¨®n.
Y por abominable que a nuestros gobernantes les resulte el t¨¦rmino rescate, estos ¨²ltimos d¨ªas se ha producido la paradoja de que un pa¨ªs rescatado como Irlanda ha vuelto a salir al mercado pagando unos intereses m¨¢s bajos que el Reino de Espa?a. Menos mal que a ¨²ltima hora Mario Draghi, denostado por nuestro ministro de Exteriores como ¡°gobernador clandestino¡± del BCE, ha disuelto con dos frases la tormenta que se cern¨ªa sobre nuestra deuda: ¡°El BCE har¨¢ todo lo necesario para sostener el euro. Y, cr¨¦anme, ser¨¢ suficiente¡±. Bast¨® para que la prima de riesgo cediera m¨¢s de 120 puntos en dos d¨ªas y para que la Bolsa mejorara un 10%. No est¨¢ mal para un clandestino.
En su ¨²ltima cumbre europea (diciembre de 2011, apenas ayer), cuando ya era el ventr¨ªlocuo de Rajoy, Zapatero a¨²n tuvo arrestos para reivindicarse a s¨ª mismo porque en la larga agon¨ªa iniciada en mayo de 2010 hab¨ªa conseguido evitar al menos el bald¨®n del rescate. Y ese debi¨® ser el primer y ¨²nico mandamiento de su etapa terminal, puesto que Elena Salgado, durante la comparecencia en el Congreso para explicar una nader¨ªa como la bancarrota de Bankia (24.000 millones de dinero p¨²blico en juego), ha repetido que mientras ella fue ministra de Econom¨ªa ¡°la prioridad era que Espa?a no fuera rescatada¡±.
Solo la recuperaci¨®n del crecimiento puede romper ese c¨ªrculo que nos ha llevado hasta 5,7 millones de parados
A juzgar por lo ocurrido en estos siete meses de Gobierno popular ¡ªpor la fatiga acumulada parece que estemos al t¨¦rmino de la legislatura¡ª, Zapatero ha transmitido a su sucesor id¨¦ntica aversi¨®n al rescate junto con la combinaci¨®n cifrada de la caja fuerte de La Moncloa. Su hom¨®logo portugu¨¦s, Pasos Coelho, consolidar¨ªa este principio al narrarle en su entrevista del mes de febrero las torturas a las que estaba siendo sometido por los ¡°hombres de negro¡± de la troika (FMI, BCE y Comisi¨®n Europea). Lo que no excluy¨® que al t¨¦rmino de la visita Rajoy elogiara el dur¨ªsimo programa de ajuste aprobado por el pa¨ªs vecino y anticipara algo similar para Espa?a.
La cuesti¨®n carecer¨ªa de importancia si se limitara a un debate nominalista m¨¢s o menos bizantino. Salvo por alg¨²n sainete que no contribuye precisamente a aumentar el prestigio de nuestros gobernantes, como aquella memorable rueda de prensa de Rajoy en la que, con 24 horas de retraso y a punto de volar a Polonia en apoyo de la selecci¨®n de f¨²tbol, se empe?¨® contra toda evidencia en negar que el rescate de la banca fuera tal, sino un cr¨¦dito blando de hasta 100.000 millones de euros conseguido por ¨¦l sin contrapartidas despu¨¦s de un formidable debate dial¨¦ctico con sus hom¨®logos europeos. A veces da la impresi¨®n de que Rajoy habla en p¨²blico como si estuviera dirigi¨¦ndose a una parroquia a la que no hubiera llegado Internet. Le cay¨® un diluvio de rectificaciones desde toda Europa.
Nada de lo ocurrido desde que se pidi¨® el rescate de la banca difiere sustancialmente de las cl¨¢usulas que la troika ha impuesto a los pa¨ªses intervenidos. El ¨²ltimo y m¨¢s severo ajuste aprobado hace unos d¨ªas con el exclusivo voto del PP est¨¢ literalmente registrado en el contrato de salvamento de nuestro sistema financiero, con las correspondientes subidas de IVA, reducci¨®n de sueldos de los funcionarios, etc¨¦tera. Tal vez si la reforma bancaria no se hubiera hecho tarde y mal (¡°de la peor manera posible¡±, seg¨²n dijo Draghi), el precio podr¨ªa haber sido menor.
Con todo eso, la eventualidad de una intervenci¨®n total de la econom¨ªa no ha sido conjurada. El ¨²ltimo n¨²mero de The Economist la pronostica para el oto?o y cifra las necesidades de financiaci¨®n en 350.000 millones de euros, frente a los 300.000 millones que seg¨²n Reuters figurar¨ªan en un borrador manejado por Sch?uble y Guindos, extremo que ha sido negado enf¨¢ticamente por S¨¢enz de Santamar¨ªa. La econom¨ªa espa?ola gira y gira en un c¨ªrculo vicioso. El ¨²ltimo programa de ajustes profundizar¨¢ la recesi¨®n prevista para 2013 con la consiguiente ca¨ªda de ingresos, mayores dificultades para devolver la deuda, p¨¦rdida de confianza en nuestra solvencia y encarecimiento de la prima de riesgo. Y as¨ª seguiremos cayendo, pelda?o a pelda?o, hasta la intervenci¨®n total.
Por mucho que Draghi encuentre ocasionalmente poderes taumat¨²rgicos para enfriar la prima de riesgo, solo la recuperaci¨®n del crecimiento puede romper ese c¨ªrculo que nos ha llevado hasta los 5,7 millones de parados. Y para ello Rajoy tiene que liderar un gran pacto nacional que incluya al menos al primer partido de la oposici¨®n y a los nacionalistas vascos y catalanes. Un pacto que sin renunciar al ajuste fiscal aborde pol¨ªticas de creaci¨®n de empleo, que racionalice las Administraciones p¨²blicas sin desmantelar el Estado de las autonom¨ªas, que desde un reparto m¨¢s equitativo del ajuste rebaje la creciente explosividad social, que formule una pol¨ªtica europea consensuada y movilice las necesarias alianzas en Bruselas. Es hora de que el Parlamento recupere su condici¨®n de c¨¢mara pol¨ªtica, entre otras cosas, para articular ese gran pacto y no limitarse a sancionar con los votos de la mayor¨ªa la bater¨ªa de decretos leyes que cada viernes aprueba el Gobierno. Algo funciona rematadamente mal cuando la bancada del PP aplaude el mayor programa de recortes que se haya presentado nunca en el Congreso y una de sus diputadas saluda la reforma del subsidio de desempleo con un sonoro ¡°que se jodan¡±. No olvide Rajoy que a Papandreu la mayor¨ªa absoluta le dur¨® apenas dos a?os.
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