Merkel retoma las riendas, en pleno debate en sus filas sobre el futuro de UE

Los socios de coalici¨®n de Merkel, liberales y socialcristianos b¨¢varos, asumieron estos d¨ªas como propia la propuesta nacida de la oposici¨®n socialdem¨®crata de someter al ciudadano un cambio de rumbo en la pol¨ªtica europea, como pre¨¢mbulo al regreso de "la jefa".

Bajo el t¨¦rmino algo inconcreto del "futuro de la UE" est¨¢n los eurobonos o cualquier mecanismo que implique una colectivizaci¨®n de la deuda de la zona euro, que hasta ahora rechazaban tanto las filas de Merkel como la oposici¨®n socialdem¨®crata.

El l¨ªder del Partido Socialdem¨®crata (SPD), Sigmar Gabriel, abri¨® el debate, la semana pasada, al apostar por una "responsabilidad compartida" sobre la deuda y apremiar al gobierno a dar un vuelco a la, a su juicio, "fracasada" estrategia europea del Ejecutivo.

Gabriel formulaba adem¨¢s la necesidad de convocar un refer¨¦ndum, puesto que ello implicar¨ªa cambios fundamentales tanto a escala europea como alemana, adem¨¢s de una cesi¨®n de soberan¨ªa nacional.

Lejos de rechazar la propuesta de la oposici¨®n, tanto el l¨ªder de la Uni¨®n Socialcristiana de Baviera (CSU), Horst Seehofer, como el ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, del Partido Liberal (FDP), se pronunciaron a favor de pedir el respaldo ciudadano.

Una estrategia que puede parecer meramente dilatoria, visto que m¨¢s de la mitad de los ciudadanos rechaza todo mecanismo que implique colectivizar la deuda -un 52 %, seg¨²n una encuesta difundida el s¨¢bado por el semanario "Focus"- y con aries de desaf¨ªo pre-electoral, ante las generales de 2013.

El propio Gabriel tom¨® por sorpresa a los suyos con la propuesta, a la que se a?adieron a posteri sus dos rivales internos -el exministro de Exteriores y ahora jefe del grupo parlamentario, Frank Walter Steimeier, m¨¢s el extitular de Finanzas, Peer Steinbr¨¹ck-.

A diferencia de las filas de Merkel, donde no hay dudas respecto al liderazgo de la canciller, el SPD no ha definido qui¨¦n ser¨¢ su candidato y hay un pulso latente entre tres virtuales aspirantes -Gabriel, Steinbr¨¹ck o Steinmeier.

Las generales de 2013 quedan aparentemente lejos -se estima que se celebrar¨¢n en septiembre-, pero a efectos de pol¨ªtica interna alemana el regreso de Merkel tiene aires de entrada en precampa?a.

Antes de enfrascarse en ese cometido, la canciller tiene ante s¨ª varias pruebas de fuego sucesivas, y m¨¢s inminentes que un eventual refer¨¦ndum, en las que est¨¢ en juego el futuro de la zona euro.

Sus vacaciones arrancaron, como todos los a?os, de la apertura de la temporada del Festival de ?pera de Bayreuth (en Baviera), el 25 de julio, a lo que siguieron dos semanas de caminatas por el Tirol y unos d¨ªas en su casa de campo de la regi¨®n donde creci¨®, en el este.

En cada uno de esos destinos vacacionales sigui¨® Merkel en modo "mando a distancia", como mostr¨® el comunicado con el presidente franc¨¦s, Fran?ois Hollande, dos d¨ªas despu¨¦s de la gala en Bayreuth, comprometi¨¦ndose a hacer "todo" en defensa de la zona euro.

La estabilidad del euro no est¨¢ ¨²nicamente supeditado a las decisiones del BCE para la reactivaci¨®n o no de la compra de deuda, italiana o espa?ola, o a las del gobierno de Madrid respecto a las ayudas europeas, as¨ª como al dictamen de la "troika" -BCE, Fondo Monetario Internacional (FMI) y Comisi¨®n Europea (CE)- sobre Grecia.

El 12 de septiembre debe pronunciarse el Tribunal Constitucional alem¨¢n contra el Pacto Fiscal y el Mecanismo de Estabilizaci¨®n Europeo (MEDE), que pasaron la ratificaci¨®n parlamentaria por amplia mayor¨ªa, pero quedaron en suspenso.

El presidente alem¨¢n, el independiente Joachim Gauck, no estamp¨® su firma sobre el paquete, a la espera de su sentencia sobre las demandas presentadas por grupos minoritarios -La Izquierda- o incluso por un diputado aislado, Peter Gauweiler, de la CSU.

Por encima de debates sobre el refer¨¦ndum, a medio o largo plazo, o cambios de postura en las filas de Merkel, el MEDE seguir¨¢ hasta entonces en suspenso, pendiente exclusivamente de los jueces del TC.

Por Gemma Casadevall