La ayuda financiera para Espa?a enfrenta al BCE y el Bundesbank
El banco central alem¨¢n presiona para frenar el programa de compra de deuda de Draghi
El oto?o incipiente se est¨¢ tomando un respiro en Fr¨¢ncfort, pero los economistas del Banco Central Europeo (BCE) solo ver¨¢n el buen tiempo por los ventanales de la Torre de Euro, sede de la instituci¨®n. El BCE hace horas extra para preparar las medidas de asistencia a los pa¨ªses castigados en los mercados de deuda. Su presidente, Mario Draghi, toc¨® zafarrancho de crisis hasta el pr¨®ximo jueves, cuando se celebrar¨¢ una reuni¨®n crucial para el conjunto del euro y, en primer t¨¦rmino, para la solvencia de Espa?a. Se espera que Draghi exponga entonces los pormenores y condiciones de una posible compra masiva de bonos espa?oles, una iniciativa que ha desatado duras cr¨ªticas del Bundesbank, el banco central alem¨¢n, que teme que la inflaci¨®n se dispare y ponga en riesgo el ahorro de los alemanes.
El BCE contempla comprar de nuevo deuda soberana en los mercados secundarios, seg¨²n explic¨® Draghi el mes pasado. Mariano Rajoy y el primer ministro italiano, Mario Monti, lo solicitan desde hace meses, pero la medida chocaba con el Gobierno y el banco central (Bundesbank) alemanes. Draghi ha encontrado una f¨®rmula para asegurar la libertad de movimiento del BCE e intentar apaciguar a Berl¨ªn. En obediencia al lema de Angela Merkel, ¡°no habr¨¢ prestaciones sin contrapartidas¡±. El BCE solo comprar¨¢ bonos de los pa¨ªses que soliciten la intervenci¨®n de los fondos europeos de estabilidad en los mercados primarios. Estos fondos pueden comprar deuda directamente de los Estados, pero sus recursos son limitados. El BCE, en cambio, tiene la m¨¢quina de hacer dinero. Pero al condicionar su intervenci¨®n a una petici¨®n de ayuda a los fondos, Draghi obliga a que los pa¨ªses beneficiarios firmen un nuevo memorando de entendimiento con los acreedores. Es decir, a que acepten nuevos ajustes y m¨¢s recortes. Tras conocer estos detalles, Merkel envi¨® una tibia se?al de apoyo a Draghi.
Este respaldo est¨¢ provocando tensiones dom¨¦sticas entre el Ejecutivo y el Bundesbank. Su presidente, Jens Weidmann, es la ¨²nica voz discordante en el Consejo de Gobierno del BCE. El banquero central, de 44 a?os, insiste en que la compra ilimitada de deuda entorpecer¨¢ las reformas que ¨¦l cree necesarias para los pa¨ªses afectados. Como ¨¦l, muchos conservadores alemanes consideran que la compra de bonos (aun en los mercados secundarios) viola los tratados europeos y auguran que provocar¨¢ inflaci¨®n en Alemania. El diario Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ), buque insignia de esta corriente de opini¨®n, apenas deja pasar un d¨ªa sin alg¨²n titular sobre los peligros que acechan a los ahorros de los alemanes.
Medidas excepcionales
Draghi, por su parte, escribi¨® hace unos d¨ªas en un semanario alem¨¢n que la estabilidad monetaria requiere a veces ¡°medidas que van m¨¢s all¨¢ de lo habitual¡±. Es una llamada a la calma en Alemania, donde la probable reactivaci¨®n del programa de compra de deuda soberana est¨¢ causando una pol¨¦mica notable. Persisten los rumores de que el jefe del Bundesbank se ha planteado dimitir en protesta por la deriva tomada en la Torre del Euro.
Mientras que la agencia de noticias Dow Jones cita ¡°fuentes internas del Bundesbank¡± para desmentir que Weidmann amenazara con su renuncia, el sesudo FAZ y el populista Bild abundaban el s¨¢bado en la historia.
La semana pasada Weidmann estaba en la conferencia de banqueros centrales de Jackson Hole (Wyoming, EE UU), donde pudo escuchar a su hom¨®logo estadounidense, Ben Bernanke, defendiendo su propio y multibillonario programa de compra de deuda. Esa reuni¨®n habr¨ªa sido un escenario adecuado para el encuentro p¨²blico entre Draghi y Weidmann, a quien los conservadores de su pa¨ªs pintan como una suerte de sheriff que, abandonado por la jefa Merkel, tiene que enfrentarse solo a una banda de despilfarradores venidos del sur. Pero Draghi no acudi¨® finalmente a la cita en los pintorescos valles del viejo Oeste norteamericano alegando problemas de agenda.
En medio de la controversia, Merkel hace honor a su viejo apodo ¡ªla canciller de tefl¨®n¡ª y adopta una actitud presidencial. En una entrevista reciente apoy¨® otra vez a Draghi y destac¨® ¡°la independencia¡± del BCE. Acto seguido y sin pesta?ear, expres¨® su respaldo a Weidmann como ¡°nuestro banquero federal¡±.
Apoyo a Merkel
Una encuesta de la televisi¨®n p¨²blica revel¨® en agosto que el 70% de los alemanes conf¨ªa en Merkel para salir de la crisis. El 45% de los encuestados reconoci¨® no tener una opini¨®n formada sobre qu¨¦ deber¨ªa hacer el BCE en este momento. Por encima de querellas bizantinas sobre bonos y primas de riesgo, Merkel sigue siendo la l¨ªder m¨¢s popular del pa¨ªs. A un a?o de las elecciones, sus cr¨ªticos liberal-conservadores en los partidos de centro-derecha que conforman la coalici¨®n de Gobierno carecen de margen de maniobra ante la canciller.
El de Draghi-Weidmann no es el ¨²nico duelo que se anuncia para un oto?o determinante. Los mercados se han mostrado inopinadamente tranquilos durante agosto, pero ahora toca esclarecer varios puntos nebulosos. Para empezar, la puesta en marcha del fondo de estabilidad permanente ¡ªel provisional funciona desde 2010¡ª sigue pendiente de una sentencia del Tribunal Constitucional alem¨¢n el pr¨®ximo 12 de septiembre. Adem¨¢s, los fondos de estabilidad dependen de decisiones pol¨ªticas. Si condiciona su intervenci¨®n a una petici¨®n de ayuda a los fondos, el BCE pondr¨¢ en entredicho su cacareada independencia. Tampoco se sabe a¨²n en qu¨¦ punto entrar¨¢ en acci¨®n el Banco Central Europeo ni si tendr¨¢ un techo de inversi¨®n.
Por otro lado, ?qu¨¦ pasa si un Gobierno pide asistencia a los fondos europeos pero, una vez reducida su prima de riesgo gracias al BCE, no se atiene a las condiciones pactadas? ?Intervendr¨¢ el Fondo Monetario Internacional, como suger¨ªa el banquero alem¨¢n J?rg Asmussen? Ni siquiera se sabe cu¨¢les podr¨ªan ser esas condiciones. ?Recortes en las pensiones? ?Reforma de las autonom¨ªas?
Prima de riesgo
Ante estas incertidumbres, Espa?a e Italia se mantienen a cubierto. En Italia conf¨ªan en que el recurso de Espa?a a los fondos de estabilidad y la consiguiente intervenci¨®n del BCE en los mercados secundarios reduzca la prima de riesgo de ambos pa¨ªses, situada en el caso de Espa?a en los 550 puntos b¨¢sicos y, en el de Italia, en 450.
Se espera que Espa?a evite un rescate completo como el de Grecia o Portugal y que acepte nuevas condiciones a cambio de la compra de bonos. As¨ª se pretende esquivar los riesgos de contagio a Italia, cuya econom¨ªa es demasiado grande para ser rescatada. Un rescate completo de Espa?a comportar¨ªa riesgos que pocos quieren asumir. En Alemania se percibe que Rajoy juega esta carta para no pedir m¨¢s ayudas a Europa pese a la desastrosa situaci¨®n de sus cuentas nacionales y auton¨®micas.
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