La reserva mental de Mariano Rajoy
Es dif¨ªcil compartir la secuencia l¨®gica del balance del primer a?o de Gobierno, hecho por su presidente el pasado viernes. Uno saca la sensaci¨®n, cuando escucha a Mariano Rajoy, de que est¨¢ lleno de reservas mentales, un concepto habitualmente tan grato al jesuitismo. La reserva mental es una especie de restricci¨®n secreta del pensamiento que va en contra del principio de transparencia: una parte de la verdad se esconde y se produce una ocultaci¨®n intencionada. El presidente se dirige a la ciudadan¨ªa en general, a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n, y le comunica que el a?o que comienza ma?ana ser¨¢ muy complicado desde el punto de vista econ¨®mico, pero menos intrincado conforme avance el ejercicio. La segunda parte de 2013, la m¨¢s alejada en el tiempo, la m¨¢s dif¨ªcil de contrastar porque las variables est¨¢n m¨¢s lejos, ser¨¢ menos mala.
Convendr¨ªa que los representantes p¨²blicos utilicen m¨¢s la pedagog¨ªa a la hora de informar y de convencer, para que no se incrementen los procesos de desafecci¨®n pol¨ªtica que reflejan todos los sondeos. ?A qu¨¦ se refiere Rajoy cuando habla de una cierta recuperaci¨®n en el segundo semestre del a?o?: ?a una mejora sensible del desempleo, verdadero factor diferencial de Espa?a respecto al resto de los pa¨ªses de nuestro entorno excepto Grecia?, ?a una superaci¨®n del ritmo de desaparici¨®n de empresas?, ?a una inversi¨®n de las dificultades en cuanto a la concesi¨®n de cr¨¦ditos y de capital circulante?, ?al detenimiento en el deterioro de la renta disponible? Ello es lo que entiende la ciudadan¨ªa por recuperaci¨®n, no a la consecuci¨®n de objetivos intermedios como el d¨¦ficit, la deuda o la prima de riesgo, que son aparentemente indoloros. Como explicaba Joan Robinson, el prop¨®sito de la econom¨ªa no consiste en dar un conjunto de respuestas ya elaboradas, sino en aprender a evitar que los economistas (y los pol¨ªticos) nos enga?en.
El d¨¦ficit p¨²blico, incluyendo las ayudas a la banca, puede superar el 8% del PIB
Pero tambi¨¦n en los objetivos intermedios utiliz¨® Rajoy la reserva mental como m¨¦todo, pues probablemente dijo una cosa mientras pensaba otra. La reserva mental se utiliza cuando el que ha adquirido un compromiso sabe que no va a poder cumplirlo. Seg¨²n el presidente, si no se hubieran aplicado los dur¨ªsimos recortes, el d¨¦ficit p¨²blico habr¨ªa llegado al 11%, una situaci¨®n insoportable para cualquier pa¨ªs. Pero no avanz¨®, al mismo tiempo, una proyecci¨®n cre¨ªble del d¨¦ficit de 2012.
Ahora llega de La Moncloa una doctrina que trata de dividir el d¨¦ficit p¨²blico en dos segmentos (como antes se intent¨® con el ¨ªndice de precios al consumo: el general y el que hab¨ªa que aplicar a la revalorizaci¨®n de las pensiones): el porcentaje total del desequilibrio de las cuentas p¨²blicas, y otro rebajado que retira del mismo el porcentaje de ayudas a la banca. El primero ¡ªel d¨¦ficit p¨²blico total¡ª probablemente se acercar¨¢ m¨¢s al 8% o al 9% del PIB que al objetivo del 6,3% al que se hab¨ªa comprometido el Gobierno. El segundo ¡ªel d¨¦ficit p¨²blico maquillado sin el rescate bancario¡ª estar¨¢ alrededor del 7% (lo que significa que tampoco se habr¨ªa cumplido lo que figura en los Presupuestos). Los defensores de sacar del d¨¦ficit total las ayudas a la banca arguyen que estas no tienen un car¨¢cter recurrente y no se repetir¨¢n en 2013. Un argumento al que se podr¨ªa contrastar otro, igual de plausible: los sacrificios de la poblaci¨®n por el permanente ajuste equivalieron en 2012, en buena parte, a las ayudas concedidas al sistema financiero.
La contrapartida a un mayor plazo para cumplir el d¨¦ficit, es la reforma de las pensiones
En relaci¨®n con el d¨¦ficit p¨²blico ocurri¨® en Bruselas, la pen¨²ltima semana del a?o, algo muy significativo: la Comisi¨®n Europea ya ha tomado la decisi¨®n pol¨ªtica ¡ªque se concretar¨¢ previsiblemente a principios de febrero¡ª de dar m¨¢s flexibilidad a Espa?a para cumplir las metas de d¨¦ficit. M¨¢s a?os de cadencia para llegar al 3% m¨¢ximo del PIB de d¨¦ficit p¨²blico. Ello ya parece seguro. Se trata ahora de conocer las contrapartidas. Y ah¨ª aparece el otro anuncio de Rajoy en el balance de fin de a?o: la reforma de las pensiones p¨²blicas. Ni ha sido una ocurrencia ni que el presidente de Gobierno, en un ataque de realismo, se haya dado cuenta del problema de su sostenibilidad a medio plazo. Forma parte de la condicionalidad no expresa.
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