El castillo de naipes el¨¦ctrico se derrumba
La rocambolesca tramitaci¨®n de la Ley 15/2012 de medidas fiscales para la sostenibilidad energ¨¦tica, la no aprobada orden de peajes para 2013 y el Real Decreto Ley 29/2012, que aprovecha la regulaci¨®n del r¨¦gimen de empleados de hogar para eliminar los l¨ªmites al d¨¦ficit de la tarifa el¨¦ctrica para 2013, son la expresi¨®n de que Espa?a camina hacia una crisis energ¨¦tica de efectos incalculables por la incompetencia de los gestores pol¨ªticos y la defensa a ultranza de un mercado energ¨¦tico sin competencia, que opera como un cartel que impide la transparencia y eficiencia que necesita una econom¨ªa competitiva.
Culmina una d¨¦cada que arranc¨® en 2002 con el acuerdo entre el ministro Rodrigo Rato y las el¨¦ctricas, que dio origen al artificio contable del d¨¦ficit de tarifa, por el que el coste de la energ¨ªa se convierte en decisi¨®n pol¨ªtica para no subir la luz y cargar la diferencia a los futuros consumidores en los siguientes catorce a?os. La factura de la luz se ha convertido en un ininteligible castillo de naipes a trav¨¦s de la inseguridad jur¨ªdica que supone un cambio regulatorio permanente, a decreto por semestre, y de la voluntad de cargar en la tarifa todos los problemas del pa¨ªs. No contaron con la espectacular subida de los precios de los hidrocarburos desde 2004 ni con la ruina de los bancos a partir de 2008, que les dej¨® sin liquidez para adelantar el d¨¦ficit a las el¨¦ctricas. Los sucesivos Gobiernos miraron a otro lado y la inestabilidad regulatoria ha convertido aquella contabilidad creativa en una incontrolable bola de nieve.
En 2002 se tom¨® otra decisi¨®n trascendental al aprobarse la planificaci¨®n de infraestructuras gasistas, regasificadoras, gasoductos, almacenamientos y centrales de gas en r¨¦gimen liberalizado. Sin prever los objetivos vinculantes de renovables para 2010 de la Ley 54/1997 ni los aprobados para 2020 por el Consejo Europeo en 2007, las previsiones de crecimiento de la demanda fueron tan incoherentes y err¨®neas que cuando a partir de 2007 comienza a descender el consumo de electricidad por efecto de la crisis se siguen ejecutando las inversiones gasistas hasta su paralizaci¨®n por el RDL 13/2012. El desastre de la planificaci¨®n gasista se describe en el pre¨¢mbulo de ese decreto y expresa la incongruencia de c¨®mo bajando la demanda de gas desde 2007 se han incrementado las importaciones de gas. El resultado es una sobrecapacidad del sistema y un constante incremento de los pagos por capacidad y por restricciones t¨¦cnicas para rentabilizar las inversiones, como han denunciado REE y la Comisi¨®n Europea.
Se ha abortado el desarrollo de la industria renovable, factor
Los anuncios de reformas que se hicieron al principio de 2012 han terminado con la soluci¨®n m¨¢s inveros¨ªmil: incrementar la recaudaci¨®n con una tasa a la generaci¨®n el¨¦ctrica y trasladar a los presupuestos del Estado el resto del d¨¦ficit. Seg¨²n el Gobierno, sobre unos ingresos de 14.884 millones de euros, los costes del sistema el¨¦ctrico para 2013 superan en 5.716 millones a los ingresos; pero la CNE, en su informe sobre la propuesta de orden de peajes, a?ade 3.843 millones de desviaci¨®n de costes y se?ala que m¨¢s del 28% de los ingresos previstos se basan en normas que no existen. La eliminaci¨®n del l¨ªmite al d¨¦ficit tarifario ha puesto en evidencia no solo a los gestores pol¨ªticos, sino a un modelo energ¨¦tico que se ha convertido en un lastre para nuestra competitividad y deber¨¢ ser cambiado desde la base para superar la crisis econ¨®mica.
En el fondo se ha tratado de no tocar el sistema para proteger las operaciones corporativas y las cotizaciones del sector energ¨¦tico, desvinculando la energ¨ªa de la econom¨ªa productiva. Se ha preservado un modelo basado en incentivar el mayor consumo de energ¨ªa f¨®sil importada, no tocar el m¨¦todo de conformaci¨®n de precios referenciado para todas las fuentes de energ¨ªa al precio de la energ¨ªa m¨¢s cara, como el gas y el carb¨®n, impedir que el ahorro de energ¨ªa y las renovables quiten mercado a las fuentes convencionales y mantener un mercado cautivo de millones de consumidores sin competencia real. Sorprende leer en el pre¨¢mbulo de la Ley de Medidas Fiscales las exenciones de impuestos que han disfrutado durante tanto tiempo los hidrocarburos o que se califique el riesgo nuclear como ¡°servidumbre¡± que ha de pagar toda la sociedad y no los propietarios de las nucleares. El castillo de naipes de la regulaci¨®n ha incentivado as¨ª el modelo m¨¢s caro, caracterizado por su elevada dependencia, la mayor intensidad energ¨¦tica y las emisiones de CO2. Recaudar m¨¢s para consumir m¨¢s es un desprop¨®sito en el actual escenario econ¨®mico.
No es correcto culpabilizar a las renovables de los males del sistema, simplemente porque estos tienen su origen en 2002, mucho antes del notable desarrollo renovable en nuestro pa¨ªs; y porque lo que ya es una realidad objetiva es que el mayor consumo de renovables hace descender los precios del pool el¨¦ctrico y el mayor consumo de fuentes convencionales lo incrementa. A todos los decretos que desde 2008 han recortado e impedido con retroactividad los proyectos renovables han seguido fuertes subidas de la luz causadas, seg¨²n los informes de la CNE, por el descenso del consumo, los costes extrapeninsulares, las ayudas al carb¨®n o las subastas inflacionistas que fijan el precio de la luz. El gran error ha sido pensar que lo mejor era que todo siguiese igual y no se han analizado los impactos de la crisis, como el descenso de la demanda el¨¦ctrica desde 2007 y la crisis bancaria desde 2008. La sostenibilidad econ¨®mica del sistema depende mucho m¨¢s de estos impactos que del coste de las renovables. Es la crisis la que est¨¢ arruinando al sistema el¨¦ctrico, y sin renovables los problemas ser¨ªan a¨²n mayores.
La inoperante pol¨ªtica energ¨¦tica nos deja en manos de los suministradores extranjeros que imponen el precio de nuestra dependencia y nuestra pobreza energ¨¦tica
Las causas de la insostenibilidad del sistema hay que buscarlas en la falta de una estrategia energ¨¦tica a largo plazo que ha conducido a pol¨ªticas de corto plazo que respond¨ªan a cada problema con un parche regulatorio y en la falta de competencia que, como ha denunciado la Comisi¨®n Europea, ha impedido que el consumidor acceda a las ofertas m¨¢s baratas. Las consecuencias han sido parad¨®jicas: con crecimiento negativo del PIB ha crecido nuestra dependencia, nuestra intensidad energ¨¦tica y las emisiones de CO2, perjudicando la competitividad de nuestra econom¨ªa. Se desprecia el ahorro de energ¨ªa y se vota contra la nueva Directiva de Eficiencia Energ¨¦tica argumentando que el ahorro penaliza a Espa?a, impidiendo que el consumidor participe activamente en la gesti¨®n de la demanda a trav¨¦s del autoconsumo y eliminando compromisos de ahorro a las distribuidoras. Se ha abortado el desarrollo de la industria renovable nacional y de un sector que es factor de crecimiento econ¨®mico y empleo. El actual modelo energ¨¦tico no favorece la salida de la crisis econ¨®mica; por el contrario, la realimenta.
La Fundaci¨®n Renovables (www.fundacionrenovables.org) ha presentado sus propuestas para la transici¨®n hacia otro modelo energ¨¦tico que pasan por una planificaci¨®n energ¨¦tica consensuada a largo plazo basada en el cierre ordenado de centrales t¨¦rmicas y una apuesta decidida por la generaci¨®n distribuida, el ahorro de energ¨ªa y el cumplimiento de las directivas europeas de renovables, eficiencia energ¨¦tica y reducci¨®n de emisiones. Pero cualquier cambio debe partir de un objetivo claro, que la salida de la crisis necesita un nuevo modelo energ¨¦tico y que si las decisiones racionales en una econom¨ªa moderna pasan por apoyar sus recursos propios frente a los ajenos, se debe dejar de incentivar el consumo de la energ¨ªa que no tenemos y eliminar las barreras que impiden el mayor consumo de las ¨²nicas fuentes de energ¨ªa de que disponemos a coste cero: el ahorro de energ¨ªa y las fuentes renovables.
La estrategia energ¨¦tica de la Uni¨®n Europea tiene como prioridades la reducci¨®n de las importaciones energ¨¦ticas y la eliminaci¨®n de las emisiones de CO2 con mayores objetivos de eficiencia energ¨¦tica y de consumo de renovables, porque se consideran un factor de reactivaci¨®n econ¨®mica. La tendencia mundial es que el incremento de la demanda de renovables las hace m¨¢s competitivas frente al gas y el carb¨®n y los incalculables costes de la energ¨ªa nuclear. La inoperante pol¨ªtica energ¨¦tica nos deja al margen de esa tendencia y en manos de los suministradores extranjeros que imponen el precio de nuestra dependencia y nuestra pobreza energ¨¦tica. Si lo que necesita la econom¨ªa espa?ola son pol¨ªticas de crecimiento y empleo, el cambio de modelo energ¨¦tico es una oportunidad de oro.
Javier Garc¨ªa Breva es presidente de la Fundaci¨®n Renovables.
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