Canad¨¢ abre camino a Europa
El inminente acuerdo comercial con Ottawa servir¨¢ de piedra de toque a Washington
¡°Al final, el agua tiende a coger la cuesta abajo¡±. John Manley, presidente de la asociaci¨®n de directivos de las principales compa?¨ªas canadienses, detalla en Ottawa los esfuerzos de su pa¨ªs por limitar la dependencia de Estados Unidos. Y la dificultad del intento cuando, aguas abajo, sin apenas aranceles que obstaculicen la corriente, est¨¢ ¡°un gigante del consumo¡±. Entre esos esfuerzos, destaca el empe?o del Gobierno del conservador Stephen Harper por cerrar un ambicioso acuerdo comercial con la Uni¨®n Europea. Un pacto que atrae mucha atenci¨®n y no solo porque est¨¢ cerca de cerrarse: tambi¨¦n porque puede servir de gu¨ªa a las negociaciones que la UE y EE UU acaban de anunciar para, en palabras del presidente de la Comisi¨®n Europea, Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, crear la ¡°mayor zona de libre comercio del mundo¡±.
¡°Se ha avanzado mucho, pero a¨²n hay cuestiones que resolver en el sector agrario, en el autom¨®vil o en las patentes de f¨¢rmacos¡±, explica Manley a varios medios europeos, entre ellos EL PA?S, invitados por el Gobierno canadiense. Manley sabe de lo que habla: fue ministro de Industria, de Finanzas y de Exteriores en los Gobiernos de Jean Chr¨¦tien, entre 1993 y 2003. ¡°Y ya entonces diversificar era prioritario¡±, apuntilla.
El 75% de las exportaciones canadienses se vende a Estados Unidos. Es un indicador incontestable de la dependencia, pero tambi¨¦n el term¨®metro de una fiebre que remite: hace una d¨¦cada, esa proporci¨®n llegaba al 85% de las ventas al exterior. La irrupci¨®n de emergentes como India y China cuenta, pero tambi¨¦n que a la UE se destinan ya un 10% de las ventas canadienses.
Bruselas y el Gobierno de Harper, que llevan tres a?os negociando, creen que el acuerdo de libre comercio elevar¨ªa, al menos, en un 20% el intercambio de mercanc¨ªas y servicios entre la UE y Canad¨¢. En 2011, ese intercambio, del que Reino Unido protagoniza casi la mitad, rond¨® los 83.000 millones de euros. ¡°En el caso de la zona euro, el pacto podr¨ªa duplicar el comercio en una d¨¦cada¡±, estima Benjamin Tal, economista del banco canadiense CIBC.
Bruselas cree que
El acuerdo de libre comercio implicar¨ªa la eliminaci¨®n de aranceles para el 95% de las mercanc¨ªas. En la mayor¨ªa de los casos, las tarifas ya eran bajas ¡ªel impacto medio en los precios al consumidor del desarme arancelario oscilar¨¢ entre el 3% y el 5%¡ª, pero hab¨ªa algunas notorias excepciones, sobre todo en el sector agrario. Canad¨¢ pugna porque la UE permita la importaci¨®n de miles de toneladas de carne de vacuno libres de aranceles; la agroindustria canadiense ya ha advertido que la cuota debe ser amplia como para reorientar parte de la producci¨®n, ahora dominada por el uso de hormonas de crecimiento, que la normativa europea proh¨ªbe. Tambi¨¦n se exige el mismo trato a la carne de cerdo, aunque aqu¨ª los escollos son menores.
A cambio, Europa reclama un tratamiento similar a los productos l¨¢cteos europeos, con el queso a la cabeza, del que ahora Canad¨¢ solo permite importar 13.400 toneladas al a?o libre de aranceles.
Pero, como se?ala Willy Kruh, experto en mercados de consumo de la consultora KPMG, ¡°en el acuerdo ser¨¢ m¨¢s relevante simplificar normas que aranceles¡±. Entre los puntos pol¨¦micos, destaca la pretensi¨®n europea de que Canad¨¢, que ha potenciado el uso de gen¨¦ricos en su sistema de salud, acepte ampliar el periodo cubierto por patentes para los f¨¢rmacos. Tambi¨¦n, la eliminaci¨®n de obst¨¢culos al acceso de empresas europeas (o canadienses) a las contrataciones p¨²blicas.
El debate en la fijaci¨®n de las normas de origen, que determinan el componente m¨ªnimo de producci¨®n en un pa¨ªs para que se considere que una manufactura tiene derecho a un trato arancelario privilegiado, es enconado. ¡°Hay componentes de un autom¨®vil que pasan siete veces por fronteras de Norteam¨¦rica antes de ser ensamblado en Canad¨¢¡±, concede Manley. La industria automovil¨ªstica es una de las que aprovecha m¨¢s a fondo el tratado de libre comercio (NAFTA, por sus siglas en ingl¨¦s) que opera entre M¨¦xico, Estados Unidos y Canad¨¢ desde hace 20 a?os.
¡°Para Canad¨¢, el acuerdo con la UE es vital. Pero tambi¨¦n para Europa, porque demostrar¨ªa que es capaz de firmar un tratado complejo con un socio del ¨¢rea NAFTA¡±, explica Kruh, en una clara alusi¨®n a EE UU. A principios de mes, el comisario de Comercio de la UE, Karel de Gutch, asegur¨® que el acuerdo ¡°puede cerrarse en semanas¡±, tras reunirse en la capital canadiense con representantes del Ejecutivo de Harper. El nuevo camino que quieren explorar Washington y Bruselas pasa primero por Ottawa.
El ideal de las empresas espa?olas
¡°Los Gobiernos federal y provincial est¨¢n muy dispuestos a respaldar nuevos proyectos que generen empleo. A nosotros nos dieron la oportunidad de empezar en una planta piloto con todo tipo de maquinaria a nuestra disposici¨®n, por un alquiler de 2.000 d¨®lares al mes. Y el apoyo es mayor en la provincia de Quebec. Te facilitan pr¨¦stamos sin intereses o garant¨ªas para tu financiaci¨®n¡±, explica Rodrigo Ruiz, director de operaciones de Cascajares en Canad¨¢. ¡°El Gobierno de Quebec da muchas facilidades log¨ªsticas, soporte financiero y brinda todos los contactos necesarios¡±, corea Miguel ?ngel Redondo, representante de la firma Redondo Iglesias en el pa¨ªs norteamericano.
Las razones que desgranan estos dos empresarios espa?oles en el sal¨®n de un hotel de Montreal son muy similares a las que llevaron al Club de Exportadores e Inversores Espa?oles a designar en 2012 a Canad¨¢ como el pa¨ªs mejor valorado para invertir. De la seguridad jur¨ªdica, por ejemplo, podr¨ªa hablar Ferrovial: a finales de los noventa, el consorcio en el que participaba gan¨® la adjudicaci¨®n de una autopista de peaje en Ontario. Luego, la Corte Superior le dio la raz¨®n cuando el Gobierno provincial cuestion¨® la subida de tarifas. Hace apenas un a?o, el Ejecutivo de Ontario ha vuelto a conceder a Ferrovial la ampliaci¨®n de esa misma autopista de peaje.
Firmas de ingenier¨ªa, como T¨¦cnicas Reunidas, y constructoras, como ACS, brindan este mismo mes los ¨²ltimos ejemplos de la formalizaci¨®n de contratos millonarios en Canad¨¢. Los proyectos empresariales que explican Ruiz y Redondo son m¨¢s modestos, pero muy valiosos: ambos intentan sacar adelante una f¨¢brica propia en el hipercompetitivo sector c¨¢rnico norteamericano.
Cascajares, una firma con base en Palencia, produce y comercializa platos elaborados con destino a hoteles, restaurantes y supermercados de alta gama. Redondo Iglesias, una empresa familiar valenciana, est¨¢ especializada en embutidos ib¨¦ricos y serranos.
¡°Lo que m¨¢s sorprende aqu¨ª es el nivel de consumo¡±, indica Miguel ?ngel Redondo. Ambas firmas ya exportaban desde Espa?a, pero el salto a una producci¨®n m¨¢s amplia, la opci¨®n de llegar al voraz mercado de Estados Unidos con menos costes log¨ªsticos, normativos y arancelarios, es lo que les llev¨® a invertir en Canad¨¢ como plataforma para Am¨¦rica del Norte. La f¨¢brica de Cascajares, que empez¨® antes su aventura canadiense, ya emplea a 21 personas en Saint Hyacinthe (Quebec). Redondo Iglesias est¨¢ pendiente de que EE UU homologue su l¨ªnea canadiense de producci¨®n de embutidos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.