Cuidado con la arbitrariedad
Hacienda debe evitar las trampas y aprender de la UE Europa es flexible y juega con pesos y contrapesos
La flexibilizaci¨®n de los presupuestos y su adaptaci¨®n a las circunstancias cambiantes son buenas recetas. Lo es adecuar los topes de d¨¦ficit presupuestario a cada comunidad, a trav¨¦s de trajes a medida seg¨²n su especifidad. Siempre que el arbitrismo, o gobierno mediante ¨¢rbitros, no derive en arbitrariedad, o capricho arbitral.
Cuidado, porque ¨¦ste perjudica la estabilidad, lamina la seguridad jur¨ªdica y arruina las reglas de juego. Es arbitraria la conducta de Hacienda con el d¨¦ficit de 2012. Se vislumbraba que superar¨ªa el 6,7% del PIB con que pretendi¨® engatusar a Bruselas, centrifugando a las cuentas de 2013 devoluciones a contribuyentes debitadas en 2012, mientras destacaba el incumplimiento de algunas autonom¨ªas. Se sospechaba menos que el truquito aflorase tan r¨¢pido. Gracias a ese tejemaneje se ha enmascarado que el d¨¦ficit habr¨ªa sido del 7,2%. De momento.
Cuidado con el arbitrismo si hablamos de autonom¨ªas. Desemboca veloz en arbitrariedad. Sucede con la reforma local, con la ley de unidad de mercado, con la reordenaci¨®n de los organismos reguladores.
En los tres casos, pese a la apariencia de funcionalidad administrativa y la coartada del presunto ahorro, bajo esos proyectos se vislumbra una monumental regresi¨®n autoritaria, centralista e ineficiente del sistema de multigobernanza econ¨®mica.
Veremos si la pretendida oficina presupuestaria independiente es algo m¨¢s que otra ventanilla obediente
?Por qu¨¦? Porque en lugar de solventar los litigios mediante un ¨¢rbitro superior de tipo federal, por todos participado, se le encomienda esa tarea a una parte, al Gobierno central o a los ministerios. Veremos si la pretendida oficina presupuestaria independiente es algo m¨¢s que otra ventanilla obediente. Entre tanto, convendr¨ªa federalizar el Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera. O sea, diluir la mayor¨ªa casi autom¨¢tica que el Gobierno detenta en el mismo. Entonces, el tratamiento caso a caso ahuyentar¨ªa el riesgo de partidismo de una Administraci¨®n sobre otra u otras.
Bastar¨ªa inspirarse en el juego de pesos y contrapesos que impera en la Uni¨®n Europea, tambi¨¦n en lo presupuestario, entre la Comisi¨®n y el Ecofin. O entre el Parlamento y el Consejo Europeo. Ayer la C¨¢mara dio un ejemplo sobresaliente de esos equilibrios al ¡°rechazar en su actual forma¡± el lamentable paquete presupuestario septenal (2014-2020) aprobado por los 27 l¨ªderes en su ¨²ltima cumbre. Bravo. Era canijo, por vez primera inferior en tama?o al del septenio anterior; insuficiente para coadyuvar a una pol¨ªtica anti-ciclo recesivo; antiredistributivo porque manten¨ªa el excesivo peso (casi el 40% del total) de la reaccionaria y anti-emergente pol¨ªtica agr¨ªcola...
Se necesita ¡°un presupuesto comunitario m¨¢s potente donde se incluyan transferencias internas de recursos financieros para promover la convergencia real¡± as¨ª como reforzar el Pacto por el Crecimiento con ¡°fondos no vinculados a aportaciones nacionales¡±, clama la Fundaci¨®n Alternativas en El Estado de la Uni¨®n Europea, de inminente aparici¨®n. Contra la conclusi¨®n ¡°satisfactoria¡± que destaca la f¨¢brica de ideas conservadoras.
?Y ahora? Ahora Gobiernos y parlamentarios negociar¨¢n. ?Que acordar¨¢n? Apuesten: se dotar¨¢ al presupuesto de mayor agilidad, de movilidad de dotaciones entre distintas r¨²bricas, y entre distintos a?os. Y de una revisi¨®n al alza, tras las euroelecciones de 2014. La palabra m¨¢gica: flexibilidad.
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