Experimento con gaseosa chipriota
La decisi¨®n tomado con Chipre parece es un experimento como m¨ªnimo, raro y con muchos riesgos m¨¢s all¨¢ del propio pa¨ªs
Siempre se ha dicho que los experimentos, mejor con gaseosa. La decisi¨®n que se ha tomado para el rescate de Chipre no era inesperada pero lo que s¨ª que parece es un experimento como m¨ªnimo, raro y con muchos riesgos m¨¢s all¨¢ del propio pa¨ªs. Hay elementos cl¨¢sicos de resoluci¨®n de crisis bancarias en esta decisi¨®n pero otros no lo son tanto y sus consecuencias, a d¨ªa de hoy, son impredecibles. En s¨ªntesis: si usted tiene dep¨®sitos en una cuenta bancaria chipriota, con un saldo superior a 100.000 euros, tendr¨¢ que pagar un impuesto ¡ªpierde, dicho de otro modo¡ª de casi 10.000 (9,9%) de la noche a la ma?ana. Si tiene 50.000 habr¨¢ perdido 3.375 (6,75%). Sin m¨¢s.
Aquellos a favor de este rescate dir¨¢n que cuestiones como la suspensi¨®n temporal de la convertibilidad de los dep¨®sitos, sean un corralito duradero o no, son males necesarios en la resoluci¨®n tradicional de crisis bancarias. El problema de una medida as¨ª es que aplicarla en un contexto en el que no est¨¢ garantizada la estabilidad financiera completamente. En Europa se est¨¢n desarrollando procedimientos de resoluci¨®n lentos (a veces hasta la extenuaci¨®n) y se est¨¢ dise?ando una uni¨®n bancaria, que seguramente tendr¨¢ efectos muy beneficiosos para la Eurozona y sobre todo para los pa¨ªses perif¨¦ricos. El que se haya fijado un impuesto a los dep¨®sitos impidiendo el acceso a los mismos mientras se recauda, aspira a ser como una explosi¨®n controlada en lo que podr¨ªamos llamar la cantera del ahorro de los chipriotas. Realizar esta operaci¨®n sin tener la uni¨®n bancaria totalmente cerrada puede ser, sin embargo, una operaci¨®n de alto riesgo.
Habr¨¢ que esperar la reacci¨®n de los mercados sobre la deuda perif¨¦rica, que se puede ver afectada por esta decisi¨®n
Tampoco est¨¢ claro que todo valga porque Chipre sea una econom¨ªa peque?a, cuando todo inversor ver¨¢ lo que suceda en este pa¨ªs como una acci¨®n potencial (lejana a¨²n pero potencial) en otras econom¨ªas europeas. Europa cuenta con una red de seguridad bancaria que se remend¨® en 2008 ¡ªcon un m¨ªnimo com¨²n de seguro de dep¨®sitos de 100.000 euros por cuenta y titular¡ª que ahora se estaba tratando de reforzar con la citada uni¨®n bancaria. Las decisiones sobre Chipre cuando a¨²n no se ha culminado la integraci¨®n bancaria distorsionan este remiendo ¡ªya los ahorradores pierden directamente un porcentaje de ese seguro¡ª y podr¨ªan elevar las dudas sobre la capacidad de alcanzar acuerdos futuros de solidaridad financiera en Europa.
Ya crearon una cierta zozobra acuerdos en el pasado para pa¨ªses como Grecia con el Private Sector Involvement (PSI). Las decisiones adoptadas para Chipre se presentaron ayer como algo inevitable, con la ¨²nica opci¨®n de la bancarrota pero lo cierto es que se ha actuado tarde, con amputaci¨®n cuando el bistur¨ª ya se antojaba poca cosa. Pero lo m¨¢s curioso de todo es que el experimento se ha debido pensar poco desde una perspectiva din¨¢mica. Ayer se aseguraba que el acceso a los dep¨®sitos s¨®lo se bloquear¨ªa hasta que se recaudara el impuesto. Incluso aunque eso funcionara, habr¨¢ que ver si la retirada masiva de dep¨®sitos acaba ah¨ª o si, por el contrario, los chipriotas no retiran su ahorro para evitar futuros episodios de solidaridad involuntaria. Eso har¨ªa del remedio una nueva enfermedad. Por ¨²ltimo, habr¨¢ que esperar la reacci¨®n de los mercados sobre la deuda perif¨¦rica, que se puede ver afectada por esta decisi¨®n. La respuesta a eso, a partir de ma?ana.
Santiago Carb¨® es catedr¨¢tico de Econom¨ªa y Finanzas de la Bangor Business School (EE UU) e investigador de Funcas
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