Berl¨ªn y el FMI quer¨ªan m¨¢s castigo
El Fondo, respaldado por Alemania, propuso al Eurogrupo quitas del 12% a los dep¨®sitos Solo el rechazo de la Comisi¨®n, apoyada por Espa?a e Italia, permiti¨® suavizar la f¨®rmula
La del viernes fue noche de cuchillos largos: para rescatar a Chipre, los ministros de Finanzas del euro hicieron a?icos el tab¨² que dice que los dep¨®sitos bancarios son sagrados, algo que puede tener consecuencias impredecibles a partir de hoy. Los ahorradores chipriotas ¡ªy los rusos, que son amos de media isla¡ª pagar¨¢n parte de la factura para que nadie pueda decir, en periodo preelectoral en tierras germanas, que el carnicero de Stuttgart y el panadero de M¨²nich, o los de Viena y Helsinki, corren con los gastos de la fiesta, esa d¨¦cada larga de excesos y lavado de dinero ruso. Pudo ser a¨²n peor. Seg¨²n dos fuentes presentes en la reuni¨®n, el Fondo Monetario Internacional y Alemania quer¨ªan m¨¢s castigo. La directora del FMI, Christine Lagarde, y el ministro alem¨¢n Wolfgang Sch?uble, con el apoyo de pa¨ªses como Austria, Finlandia y Holanda, arrancaron la cita en el Eurogrupo exigiendo una quita del 12% sobre los dep¨®sitos, para obtener algo m¨¢s de 7.000 millones de euros.
Siempre seg¨²n las fuentes consultadas, del m¨¢s alto nivel, la mediaci¨®n de la Comisi¨®n Europea y en menor medida del BCE, con Francia desaparecida e Italia y Espa?a empujando en la misma direcci¨®n que Bruselas pese a su evidente debilidad, consigui¨® que el coste final para los poseedores de dep¨®sitos bancarios fuera algo inferior, de 5.800 millones. Y que el recorte fuera de menos cuant¨ªa para quienes tengan menos de 100.000 euros en el banco, la cifra m¨¢gica a partir de la cual todos los europeos deber¨ªan poder dormir totalmente tranquilos, venga la crisis que venga.
El Gobierno de Angela Merkel solo afloj¨® tras asegurarse de que pasaba la factura a los ahorradores chipriotas
Adem¨¢s, en lugar del recorte puro y duro que quer¨ªan Berl¨ªn y el FMI, se acord¨® establecer un gravamen que se aplicar¨¢ una sola vez sobre los dep¨®sitos. Eso no cambia demasiado las cosas: una quita y un impuesto a los dep¨®sitos se parecen como dos gotas de agua. Pero la eurozona cree destacar as¨ª que se trata de una situaci¨®n excepcional que no va a repetirse en otras crisis ¡ªfalta ver si los ahorradores se tragan esa p¨ªldora¡ª, y consigue que el dinero llegue en primer lugar a las arcas del Gobierno y no beneficie directamente a los bancos, pese a que las entidades financieras ser¨¢n, como suelen, los destinatarios finales del salvavidas europeo.
?Qui¨¦n paga los platos rotos de una crisis? En Grecia se abri¨® la veda para que fueran los inversores en deuda p¨²blica; en Espa?a han pagado accionistas y preferentistas; en Chipre, por fin, se traspasa la ¨²ltima frontera, la de los depositantes, hasta ahora intocables. Las explicaciones en Alemania son claras como el agua: ¡°As¨ª se implica parcialmente a los responsables y no solo a los contribuyentes de otros pa¨ªses. Es lo correcto¡±, dijo la canciller Merkel, en campa?a electoral pr¨¢cticamente desde que arranc¨® la crisis del euro. Es una forma de verlo; hay otras. El Nobel Paul Krugman sostiene que con la soluci¨®n alcanzada ¡°es como si los europeos pusieran luces de ne¨®n en un letrero en griego e italiano que dijera: es el momento de sacar el dinero de vuestros bancos¡±.
Alemania manda cada vez m¨¢s, y el Eurogrupo del viernes al s¨¢bado fue un claro ejemplo de los tiempos que corren. Sch?uble ¡°estuvo muy duro, implacable como nunca¡±; en alg¨²n momento incluso lleg¨® a mofarse del ministro chipriota, ¡°se re¨ªa cuando ¨¦ste propon¨ªa colocar sus reservas de gas como garant¨ªa¡±, asegur¨® ayer a este diario uno de los asistentes a la reuni¨®n. El l¨ªder del BCE, Mario Draghi, no estuvo presente; le sustituy¨® J?rg Asmussen, exasesor de Merkel y ahora uno de los miembros destacados del consejo del Eurobanco. Aun ausente, Draghi fue uno de los objetivos de la ira de Sch?uble: el ministro alem¨¢n critic¨® que el gobernador del BCE lleve d¨ªas se?alando que Chipre es un pa¨ªs peque?o, pero que un rescate mal dise?ado podr¨ªa acarrear ¡°riesgos sist¨¦micos¡±. En plata: un efecto contagio en la periferia que despierte el drag¨®n de la crisis del euro.
El Nobel Krugman cree que la medida alentar¨¢ a sacar dinero de bancos griegos e italianos
Alemania, Francia, Espa?a e Italia sab¨ªan a qu¨¦ iban: fuentes de Moncloa aseguran que hubo varias reuniones de preparaci¨®n del Eurogrupo. Sin embargo, a la hora de la verdad sucedi¨® lo que suele ocurrir ¨²ltimamente: despu¨¦s de arrancar la cumbre con un ¨®rdago ¡ªcon el anuncio de su apoyo a una quita para los depositantes¡ª, Sch?uble acab¨® decidiendo los pormenores del rescate con un grupo m¨¢s restringido. Se retir¨® con el ministro franc¨¦s Pierre Moscovici y los representantes de la troika (Comisi¨®n, BCE y FMI); ah¨ª se cocieron las condiciones fundamentales. ¡°Sch?uble estaba inamovible y cont¨® con el sorprendente apoyo del FMI, m¨¢s agresivo que en otros rescates, aunque al menos al final rebajaron sus propuestas iniciales¡±, seg¨²n una de las fuentes consultadas. Sch?uble mostr¨® ah¨ª toda su crudeza. ¡°Chipre condensa todos los males a ojos de Alemania: est¨¢ lo de los rusos, la ausencia de control del blanqueo de capitales, el hecho de que es pr¨¢cticamente un para¨ªso fiscal en la eurozona y de que en alg¨²n momento ha jugado a varias bandas. Alemania quer¨ªa algo excepcional para una situaci¨®n excepcional¡±, a?ade la citada fuente.
Una vez cocinado el acuerdo, el BCE fue el actor fundamental para que Chipre accediera al castigo para los dep¨®sitos. El Eurobanco acab¨® presionando de lo lindo, seg¨²n las fuentes consultadas. Ayer segu¨ªa en esa l¨ªnea, apretando las tuercas al Gobierno para que d¨¦ luz verde a ese plan y no genere m¨¢s incertidumbre. El papel del BCE es imprescindible: si corta las l¨ªneas de liquidez a los bancos de la isla, la bancarrota es segura.
¡°Sch?uble lleg¨® a preguntarle al ministro espa?ol Luis De Guindos c¨®mo iba a financiar los 2.000 millones que le costaba el rescate sin que pagaran los depositantes. Estuvo dur¨ªsimo incluso con el BCE. En parte por una cuesti¨®n de principios; en parte por las elecciones en oto?o. La contrapartida es que Alemania podr¨ªa mostrarse ahora m¨¢s flexible en otras cosas, como los objetivos de d¨¦ficit¡±, explic¨® una fuente europea.
En su descargo, Sch?uble aleg¨® anoche en una entrevista con la cadena ARD que fue el rechazo de Nicosia, respaldado por la Comisi¨®n y el BCE, a pasar la factura a acreedores y accionistas de los bancos lo que extendi¨® el impuesto a los peque?os ahorradores. ¡°Nosotros habr¨ªamos respetado la garant¨ªa de los dep¨®sitos hasta 100.000 euros. Ellos decidieron otra soluci¨®n y tienen que explicarla al pueblo chipriota¡±.
Las pr¨®ximas horas, con la apertura de los mercados, prometen ser interesantes. Porque probablemente vuelven las curvas.
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