Espa?a se queda sola al reclamar protecci¨®n para todos los dep¨®sitos

El estado de excepci¨®n que supone una Gran Crisis es una fuente inagotable de problemas: paro, recesi¨®n, mortalidad empresarial, agujeros bancarios, esas cosas. Pero a la vez el riesgo obliga a actuar, es un acicate que libera a la pol¨ªtica, que permite opciones que antes pod¨ªan parecer descabelladas. Europa ha puesto sobre la mesa varias peque?as revoluciones para reparar las grietas del euro: el impuesto sobre las transacciones financieras, la uni¨®n bancaria, la posibilidad de que los contribuyentes dejen de rascarse el bolsillo cada vez que haya una crisis financiera, la lucha contra los para¨ªsos fiscales. Pero ninguno de esos proyectos acaba de fructificar: los ministros de Econom¨ªa de los Veintisiete, reunidos en Bruselas, apenas han progresado ni en el calendario de la uni¨®n bancaria ni en el dise?o del mecanismo de resoluci¨®n de entidades financieras. Ni siquiera en la lucha contra la evasi¨®n fiscal.

El Banco Central se alinea con las tesis de Espa?a, Francia y la Comisi¨®n en la uni¨®n bancaria

Europa avanza a trompicones, con ese adagio del demasiado poco, demasiado tarde que ha caracterizado toda la gesti¨®n de la crisis. Y esta vez no es diferente: el Banco Central Europeo (BCE) se enfrent¨® el martes a Berl¨ªn y reclam¨® que todas las piezas de la uni¨®n bancaria (¡°el instrumento fundamental para paliar los defectos de construcci¨®n que el euro ha mostrado hasta ahora¡±, en palabras del espa?ol Luis de Guindos) empiecen a funcionar en 2014. El BCE se alinea as¨ª con las tesis de Francia, Espa?a y la Comisi¨®n Europea. ¡°La uni¨®n bancaria es una precondici¨®n para superar la actual fragmentaci¨®n de los mercados financieros europeos, para que los bancos vuelvan a dar cr¨¦dito¡±, dijo el consejero alem¨¢n del BCE J?rg Asmussen.

El problema es que Berl¨ªn considera que ese calendario es demasiado ambicioso y que, a la postre, ser¨¢ necesario un cambio de tratado que retrasa todo el proceso. Asmussen dej¨® claro que esa no es la visi¨®n del BCE: ¡°Queremos un r¨¦gimen europeo ¨²nico de liquidaci¨®n de bancos, junto con una autoridad de resoluci¨®n de entidades y un fondo financiado por el sector para 2014¡±, dijo Asmussen. Fuentes alemanas subrayaron que esa fecha es inalcanzable. Y puede que Berl¨ªn tenga raz¨®n. Porque los Veintisiete no se ponen de acuerdo en casi nada: el Ecofin acerc¨® posturas sobre la directiva de resoluci¨®n de bancos, pero no lo suficiente como para mostrar un solo acuerdo. Solo una cosa est¨¢ clara: cada vez que un banco tenga que reestructurarse o cerrarse, pagar¨¢n primero sus accionistas, despu¨¦s los poseedores de deuda de peor calidad y seguidamente la deuda de m¨¢xima calidad. Y por ¨²ltimo los dep¨®sitos de m¨¢s de 100.000 euros, seg¨²n el consenso que va emergiendo y que ya se aplic¨® en Chipre hace unas semanas. Eso se har¨¢ a partir de 2018, o incluso antes, desde 2015 si prospera la ambici¨®n de Alemania, que en ese punto s¨ª quiere acelerar al m¨¢ximo. Por ahora, una amplia mayor¨ªa de pa¨ªses se decanta por respetar los plazos, para permitir que los pa¨ªses con problemas ¡ªEspa?a¡ª pongan en orden su sistema financiero sin sobresaltos.

Europa se mueve en aras de favorecer a los dep¨®sitos no asegurados (de m¨¢s de 100.000 euros) con respecto a los tenedores de deuda, una postura defendida, por ejemplo, por Alemania y Espa?a. Guindos, sin embargo, se qued¨® solo al reclamar que ning¨²n tipo de dep¨®sito (ni los de m¨¢s de 100.000 euros ni los inferiores a esa cantidad) reciba castigo en caso de reestructuraci¨®n. Otros pa¨ªses, como Reino Unido, alegan que el trato preferencial de los dep¨®sitos puede ser contraproducente. Lo ¨²nico seguro por el momento es que los dep¨®sitos asegurados (inferiores a 100.000 euros) no sufrir¨¢n p¨¦rdidas en ning¨²n caso, ante los riesgos detectados tras el primer rescate a Chipre.

Ni siquiera en otros ¨¢mbitos menos embarullados que el financiero es f¨¢cil llegar a puerto. La lucha contra la evasi¨®n fiscal se impone en el debate comunitario, pero tampoco tanto como para vencer las resistencias de algunos pa¨ªses miembros: pese a la carest¨ªa de las arcas p¨²blicas, los ministros no lograron sacar adelante el proyecto para intercambiar autom¨¢ticamente toda la informaci¨®n relativa a las cuentas bancarias de los contribuyentes. Austria y Luxemburgo siguen bloqueando esa posibilidad. ¡°Ha sido una gran decepci¨®n que la directiva del ahorro no haya prosperado¡±, asegur¨® con inusual franqueza el comisario de fiscalidad, Algirdas Semeta. Apenas hubo avances con terceros pa¨ªses: los Veintisiete dieron a la Comisi¨®n el mandato para negociar esos intercambios autom¨¢ticos de informaci¨®n para varios territorios opacos. Suiza, San Marino, Andorra, Liechtenstein y M¨®naco deber¨¢n pactar con Bruselas, que por ahora es incapaz de acabar de poner orden en casa.