Los huertos comunitarios, en auge en EE.UU. de la mano de Michelle Obama
Durante los ¨²ltimos a?os, EEUU ha visto florecer el fen¨®meno de los huertos comunitarios, una apuesta por un estilo de vida saludable que ha encontrado en la primera dama, Michelle Obama, su principal valedor.
Desde que su marido accedi¨® a la presidencia en 2008, Michelle ha hecho de la lucha contra la obesidad infantil y de la defensa de los h¨¢bitos alimenticios saludables su m¨¢ximo estandarte, llegando a plantar su propio huerto en el jard¨ªn trasero de la residencia presidencial y abogando p¨²blicamente porque los ciudadanos lleven a cabo iniciativas similares.
"La idea del huerto de la Casa Blanca no es ¨²nica. Los huertos comunitarios son un pilar en este pa¨ªs desde los EEUU rurales hasta mi propio vecindario en el sur de Chicago (Illinois)", expres¨® la primera dama la semana pasada, durante un acto en el que firm¨® ejemplares de su libro sobre el "huerto-cocina" de la Casa Blanca.
Seg¨²n la definici¨®n ofrecida por la Asociaci¨®n Nacional de Huertos Comunitarios (NCGA por su sigla en ingl¨¦s), constituye un huerto comunitario "cualquier pieza de tierra cultivada por un grupo de personas", tanto si se encuentra en un contexto urbano, suburbano o rural y si crecen en ¨¦l hortalizas, frutas o hierbas arom¨¢ticas.
"Nuestro objetivo inicial fue el de mantener y fomentar los espacios verdes dentro de grandes ciudades en EEUU y Canad¨¢. De ah¨ª, nos expandimos para incluir a todas las partes del pa¨ªs, tanto suburbios como el propio campo", explic¨® a Efe el presidente de NCGA, Bobby Wilson, quien acumula m¨¢s de cuarenta a?os impulsando iniciativas de este tipo.
"Empec¨¦ en la d¨¦cada de 1970 en Saint Paul (Minesota), donde el sistema de escuelas p¨²blicas de la ciudad decidi¨® crear un huerto del que cuidar¨ªan los ni?os en el invernadero municipal. Yo les ayud¨¦ a empezar", record¨® Wilson, a quien la idea le "cautiv¨®" y decidi¨® comenzar otros huertos comunitarios primero en Jackson (Misisipi) y despu¨¦s en Atlanta (Georgia), donde reside actualmente.
Los ¨²ltimos c¨¢lculos de NCGA cifran en m¨¢s de 20.000 las plantaciones de estas caracter¨ªsticas en todo el pa¨ªs, una cantidad que hace menos de veinte a?os, en 1996, se reduc¨ªa a 6.020.
"El otro d¨ªa conoc¨ª que hay un huerto comunitario hasta en uno de los parques de Chicago en los que yo pas¨¦ tantas horas durante mi infancia", admiti¨® la primera dama la pasada semana, sobre una tendencia que alcanza tanto a vecindarios como a escuelas y hospitales.
Las razones que dan los cultivadores dom¨¦sticos son, seg¨²n una encuesta de la NCGA, el obtener productos frescos m¨¢s sabrosos (58 %), ahorrar dinero en el cesto de la compra (54 %), obtener comida de mayor calidad (51 %) y el conocer con garant¨ªas de d¨®nde procede lo que se consume (48 %).
Adem¨¢s, Wilson subray¨® la "mejora de la calidad de vida" que experimentan quienes participan en ellos, ya que los huertos comunitarios constituyen "un catalizador del desarrollo vecinal" que estimula la interacci¨®n social, mejora la autoestima, embellece los vecindarios y fomenta momentos de actividad intergeneracional e intercultural.
"Me gusta mucho trabajar en el huerto. Tenemos uno bien grande en la escuela, en el que plantamos ma¨ªz, tomate, lechuga y flores", indic¨® a Efe Gabriela L¨®pez, una joven estudiante hispana de la escuela Arthur D. Healey de Somerville (Massachusetts) que fue invitada en abril por Michelle Obama, junto con una veintena de ni?os, para plantar trigo y espinacas en el huerto de la Casa Blanca.
Desde NCGA avisan de que empezar un huerto comunitario no es un proceso r¨¢pido, especialmente si se desea que ¨¦ste dure varios a?os, y aconsejan, entre otras medidas, tener cuidado a la hora de elegir el terreno: ¨¦ste debe recibir, por lo menos, seis horas de sol diarias, y hay que realizar antes de empezar a plantar un examen sobre la calidad y cantidad de nutrientes y metales contenidos en el subsuelo.
Otra recomendaci¨®n es determinar c¨®mo se distribuir¨¢n las parcelas: cu¨¢les tocar¨¢n a cada familia (si es que se decide su reparto por familias), si se reservar¨¢ una parcela para el disfrute y aprendizaje de los m¨¢s peque?os, c¨®mo se pagar¨¢n los gastos como agua o herramientas, etc.
En pleno apogeo de este fen¨®meno que trasciende barreras culturales y generacionales, los agricultores dom¨¦sticos agradecen el apoyo recibido por Michelle Obama: "Nos ha dado una plataforma para proyectarnos en todo el pa¨ªs que hasta ahora era impensable. Podemos decir que tenemos una amiga en la Casa Blanca", concluy¨® Wilson.
Marc Arcas
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