?Por qu¨¦ nos empe?amos en mantener la discriminaci¨®n?
La recaudaci¨®n de impuestos especiales que m¨¢s ha ca¨ªdo en el a?o es la de bebidas destiladas
Un 6,6%. Esto es lo han ca¨ªdo los ingresos tributarios entre enero y abril de 2013 respecto al mismo periodo del a?o anterior, seg¨²n el ¨²ltimo informe de recaudaci¨®n publicado por la Agencia Tributaria. Una ca¨ªda que afecta a las principales partidas: un 5,2% menos por IRPF, un 4,6% menos por IVA, un 36,8% menos por impuesto de sociedades y un 2,7% menos por impuestos especiales. Datos muy significativos. Pero centr¨¦monos en la amplia y heterog¨¦nea partida que constituyen los impuestos especiales, que el ministro de Hacienda, Crist¨®bal Montoro, puso en el punto de mira el pasado 26 de abril, al anunciar inminentes subidas a alguno de los productos afectados.
Si analizamos con detenimiento la progresi¨®n de los impuestos especiales, vemos que la partida que m¨¢s ha ca¨ªdo en lo que va de a?o ¡ªy en a?os anteriores¡ª es la correspondiente a la recaudaci¨®n aplicable a las bebidas destiladas, que se desploma un 16,2%; mientras que la cerveza sube un 0,2%. Si a esta realidad le a?adimos la evoluci¨®n que ambos sectores han registrado desde el inicio de la crisis, vemos que la diferencia se agiganta, ya que mientras la cerveza no deja de crecer, las bebidas destiladas se desploman un 38% en los ¨²ltimos cinco a?os.
No es dif¨ªcil comprender esta evoluci¨®n tan dispar si tenemos en cuenta que mientras las bebidas espirituosas tributan a 8,3 euros el litro, la cerveza s¨®lo paga 1,9 euros por litro. Seguramente es m¨¢s claro si trasladamos estos porcentajes a la repercusi¨®n que tiene en el consumidor final para ver c¨®mo la carga fiscal (impuestos especiales e IVA) que soportamos los destilados frente a la cerveza es mucho mayor. Por un litro de cerveza (a 1,30 euros) el consumidor paga 0,33 euros de impuestos, mientras que por un litro de whisky (a 15 euros), el consumidor paga 5,92 euros de impuestos.
De este modo, las bebidas destiladas aportan m¨¢s del 71% del total de la recaudaci¨®n imputable al alcohol, cuando solo representan el 27% del consumo de bebidas alcoh¨®licas en Espa?a. La cerveza, sin embargo, recauda s¨®lo un 27% del total, representando el 49% del consumo; y el vino, que supone el 24% del consumo, no recauda impuesto especial. Mientras, en la Uni¨®n Europea el consumo de espirituosas representa un 21% del total de bebidas alcoh¨®licas, y solo supone un 47% de la recaudaci¨®n total por impuestos aplicables a las bebidas con alcohol.
El injusto sistema fiscal est¨¢ ahogando y lastrando la competitividad del sector?
Pero el problema ya no es solo que paguemos cuatro veces m¨¢s que la cerveza. Es que este injusto sistema fiscal est¨¢ ahog¨¢ndonos y lastrando nuestra competitividad. La pregusta que nos hacemos es ?por qu¨¦ estas diferencias? Al fin y al cabo, cuando hablamos de alcohol la realidad emp¨ªrica, m¨¦dica y cient¨ªfica demuestra que todas las bebidas alcoh¨®licas contienen el mismo tipo de alcohol (etanol).
Aunque es dif¨ªcil comprender por qu¨¦ esta discriminaci¨®n se perpet¨²a en el tiempo, desde el sector de bebidas destiladas vemos posible (y necesario) evolucionar hacia un sistema de impuestos especiales que revise, desde una ¨®ptica objetiva y actual, la carga que soportan las bebidas alcoh¨®licas. Un sistema m¨¢s igualitario y eficiente que a la vez ponga el ¨¦nfasis en los motivos recaudatorios a los que alude el Gobierno.
No podemos olvidar que las bebidas con contenido alcoh¨®lico son bienes econ¨®micamente sustitutivos, de tal forma que cerveza, vino y espirituosos compiten entre s¨ª por la misma cuota de mercado. Por lo que tanto el actual sistema recaudatorio, como una subida impositiva a unos sectores y no a otros, transforma la realidad del mercado y beneficia a quienes tienen unos tipos m¨¢s reducidos y una legislaci¨®n, en general, m¨¢s permisiva (como la publicitaria), mientras que discrimina siempre a los mismos.
?Por qu¨¦ nos empe?amos en mantener la discriminaci¨®n?
No se tiene en cuenta a una industria tradicional, muy arraigada en Espa?a
Extra?amente, no se tiene en cuenta a una industria tradicional y muy arraigada en Espa?a ?Qui¨¦n no reconoce la calidad del orujo gallego o el brandy de Jerez? ?El chich¨®n madrile?o o el pachar¨¢n navarro?
Somos un sector con mucho arraigo cultural, que anualmente produce en nuestro pa¨ªs 200 millones de litros (y no s¨®lo de brandy u orujo, tambi¨¦n de ginebra, ron, licores o whisky) en unos 400 centros de producci¨®n repartidos por toda la geograf¨ªa nacional. Son centros productivos que en su gran mayor¨ªa ¡ªun 80%¡ª son peque?as y medianas empresas familiares ya muy golpeadas por la crisis.
Pero adem¨¢s del arraigo y la producci¨®n nacional, somos un sector que genera riqueza y empleo. De hecho, las exportaciones crecieron un 15,5% en el ¨²ltimo a?o, ayudando a equilibrar la balanza comercial espa?ola. Nuestro brandy, orujo y pachar¨¢n son reconocidos y apreciados en todo el mundo, pero tambi¨¦n nuestros licores, ginebras y el resto de bebidas destiladas nacionales. Adem¨¢s de la natural relaci¨®n del sector con la agricultura, nos une una fuerte vinculaci¨®n con la hosteler¨ªa, donde se realiza el 77% del consumo de destilados. No en vano el sector sostiene m¨¢s de 360.000 empleos, asociados a la hosteler¨ªa, la restauraci¨®n y el ocio nocturno. Es m¨¢s, el 40% del trabajo que genera la industria europea de bebidas destiladas se concentra en Espa?a.
La industria de destilados es tradici¨®n, arraigo, cultura, dinamismo y empleo. ?De verdad merece la pena acabar con todo esto trasladando exclusivamente el peso de los impuestos especiales a un solo sector cuando los datos evidencian que no se recaudar¨ªa m¨¢s? Hay otras v¨ªas.
Bosco Torremocha es director ejecutivo de la Federaci¨®n Espa?ola de Bebidas Espirituosas.
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