?Qui¨¦n defiende a estos desahuciados?
Los prestamistas privados que se hacen pasar por particulares se quedan con las viviendas de los deudores Los jueces de lo Penal suelen archivar las denuncias
Una registradora de una peque?a provincia est¨¢ decidida y ha dicho basta. No todos ponen el mismo celo. Tambi¨¦n son escogidos los notarios que se prestan a hacer lo que la registradora, neg¨¢ndose a inscribir, va a evidenciar: en Espa?a si quien presta es un amigo, un familiar ¡ªalguien que lo hace de forma no profesional¡ª, no hay ley que proteja al que lo recibe.
Aprovechando ese boquete proliferan los prestamistas que, cuando el banco le cierra la puerta a alguien y apoy¨¢ndose en su situaci¨®n de angustia financiera, se ofrecen a prestarle y a refinanciar. Pero, eso s¨ª, le piden las escrituras de la casa. Algunas veces de la suya y de la de sus padres.
Sin saberlo, el deudor, se mete en un pozo del que para, te¨®ricamente, sacarle, el prestamista, que lo hundi¨® a¨²n m¨¢s, le puede proponer hasta un segundo y un tercer pr¨¦stamo, siempre respaldado por escrituras de un inmueble libre de cargas. As¨ª hay quien, por tapar una deuda de 10.000 euros, ha perdido su casa.
La v¨ªctima ideal est¨¢ angustiada y conviene que no tenga formaci¨®n financiera, pero no es imprescindible. En ocasiones piden el pr¨¦stamo para emprender el negocio o comprar un coche, seguros de la seguridad y la legalidad de la operaci¨®n que se firma ante notario.
?C¨®mo encuentra el prestamista a la v¨ªctima? En el caso de Rafael del Pozo fue en la propia sucursal del banco donde le dieron el nombre del prestamista "que estaba ayudando a muchos en la zona". En el de Mar¨ªa del Carmen Aranda, el prestamista "no llam¨® al telefonillo, subi¨® directamente a casa".
Cuando el notario ocupa su sitio
?Qu¨¦ dice, por alusiones en la historia, un notario? Que cualquier ciudadano tiene derecho a reclamar la intervenci¨®n notarial para dar seguridad a una transacci¨®n. ¡°En una escritura se reconoce la deuda y el compromiso de pagarla. Es el t¨ªtulo ejecutivo que evita discutir en un juicio si era o no verdad que te deben ese dinero frente a una reclamaci¨®n futura. Permite acudir al juez y que ejecute la deuda. Pero la fe p¨²blica tiene que defender a ambas partes y ser equilibradora, y cuando viene un particular a prestar dinero a otro, tenemos que hacer un control de legalidad¡±, indica Ignacio Navas Ol¨®riz.
Aclara que, desde 2010 se inici¨® una pol¨ªtica de control de transacciones financieras m¨¢s rigurosa: ¡°Todas las sociedades deben identificar a la persona f¨ªsica que posea m¨¢s del 25% del capital y, desde 2006, en la notar¨ªa se tienen que identificar los medios de pago: el prestamista tiene que decir de qu¨¦ cuenta ha salido y a cu¨¢l ha ido el dinero, justificar el importe prestado y, para desarrollar esa actividad profesionalmente, tiene que cumplir los requisitos fijados por la ley. ?Manera de burlarlo? Decir que el prestamista es un familiar o amigo. Por eso mismo, el notario debe cerciorarse de que no se dedica profesionalmente al pr¨¦stamo, y si se da cuenta de que es una actividad habitual est¨¢ obligado a hacerle el control de legalidad, exigir la inscripci¨®n en el registro, una oferta vinculante...¡±.
Con las escrituras en la mano, firmadas por los citados en el reportaje, no duda: deben denunciar al notario ante el colegio notarial correspondiente.
Su amarga experiencia se jalona de abogados que abandonan el caso despu¨¦s de dilatarlo y jueces que archivan. Mala suerte.
Israel, Dani..., son muchos los afectados a los que se lleva a la notar¨ªa con la promesa de firmar un nuevo pr¨¦stamo en condiciones favorables para tapar una deuda o afrontar un pago y, tras dos horas de espera, les dan una peque?a cantidad inicial, el resto, les dicen, se lo dar¨¢ la entidad financiera ¡ªde la que incluso llevan ofertas vinculantes¡ª tras firmar unas letras de cambio.
Se trata de una hipoteca cambiaria, y estas letras se endosar¨¢n a un tercero o un cuarto para que quien, ¡ªpasados seis meses de buenas palabras y dilaciones¡ª, ejecute y se quede con la casa no sea el mismo que capt¨® a la v¨ªctima. "Todo el que entraba perd¨ªa la casa", explica un testigo de estas situaciones. Es dif¨ªcil que se pueda saldar una deuda en seis meses cuando el dinero que se les da es solo parte de lo que necesitan, y mucho menos del que consta en la escritura, pero los intereses de demora pueden llegar al 29%.
Del Pozo, que preside una asociaci¨®n para agrupar a gente en su misma situaci¨®n, lo corrobora: "Directa o indirectamente alguien de la entidad financiera te pone en contacto con el prestamista. Nunca te dan todo el dinero que consta en la escritura ante notario. Adem¨¢s, se retiene parte como gastos, comisiones..., se impone un inter¨¦s alto. Se promete la firma de un cr¨¦dito futuro reunificando las deudas pero nunca llega el d¨ªa de cancelar el pr¨¦stamo y firmar el nuevo y, mientras, los intereses suben y suben". Tambi¨¦n es com¨²n que se falsifiquen documentos y firmas. En el caso de Rafael, cuando consigui¨®, tras presionar, que le dieran al fin copia de la escritura, vio que "hab¨ªa firmado unos pagar¨¦s con intereses de demora de 15.000 euros al a?o y se hab¨ªa metido la vivienda de mi madre".
Tambi¨¦n a Israel le falsificaron la firma, el prestamista cambi¨® de domicilio y cuando quiso ir a pagar, antes del vencimiento la letra, se hab¨ªa endosado a un tercero ilocalizable. En el caso de Mar¨ªa del Carmen, que vive en Toledo, hicieron constar que hab¨ªa trabajado con ellos o que su pareja viv¨ªa en Madrid cuando nunca ha sido as¨ª. "Supuestamente te prestan dinero, pero la cantidad nunca llega al banco. Yo les insist¨ªa que me refinanciaran y me dec¨ªan: 'T¨² tranquila, que no te pasa nada' y as¨ª pasa el tiempo hasta que vienen a por ti, a saco", explica. El primer prestamista le pas¨® a un segundo, y da nombres porque adem¨¢s la empresa opera en Toledo a plena luz del d¨ªa.
En su web puede verse que tanto ayuda a embargados como busca inversores. Aparte de falsificar documentos si hace falta, tambi¨¦n piden hipotecas sobre la casa ejecutada a nombre de un insolvente para seguir haciendo caja, pero nunca viene mal el dinero externo.
Algunas de estas sociedades operan en varias ciudades y cuentan con testaferros que dirigen a inversores que invierten en estos pr¨¦stamos sin regular que acaban en el 99% de los casos en desahucio.
Los prestamistas son inclementes. Al segundo impago, ejecutan y se quedan con la casa. De eso se trata. Es un negocio seguro: prestan 10.000 euros y obtienen un inmueble que, como m¨ªnimo, puede valer 10 veces m¨¢s.
La mayor¨ªa no reclama en los tribunales. En muchos casos est¨¢n arruinados y destrozados an¨ªmicamente. Adem¨¢s, "en el procedimiento de ejecuci¨®n hipotecaria el juez no puede ver el abuso", explica un testigo. El afectado no puede alegar nada ante el juez en el procedimiento de ejecuci¨®n hipotecaria. Por ejemplo, que se les pide que devuelvan unos intereses calculados sobre una cantidad que nunca recibieron. A este mundo del pr¨¦stamo (fingido) no ha llegado la sentencia de Estrasburgo: no hay cl¨¢usula abusiva que alegar.
Juan Puche, otro afectado, tiene la valent¨ªa de recoger en un blog los testimonios y denuncias, y sigue el rastro, entre otros, de Antonio Arroyo Arroyo.
Carlos Gal¨¢n, abogado de la Asociaci¨®n de Estafados Victimas Financieras, a la que pertenecen Rafael, Mar¨ªa del Carmen y Juan, explica que Arroyo Arroyo est¨¢ imputado al menos en una decena de juzgados de Madrid por presuntos delitos de estafa. Tiene a su nombre, seg¨²n el abogado, un buen n¨²mero de derechos sobre hipotecas vivas y es incalculable el n¨²mero de las ejecutadas o las que tiene a nombre de sociedades.
Hablamos de dinero, mucho dinero. ?Connivencia notarial? "Es dif¨ªcil de probar. S¨ª est¨¢ clara alguna mala praxis y algunos, tras declarar en procedimientos de estafa, siguen actuando igual", explica Gal¨¢n.
En opini¨®n del abogado del bufete Alberche, ser¨ªa clave que el Ministerio Fiscal entendiera que son tramas organizadas que act¨²an en toda Espa?a. "Muchos jueces de lo Penal archivan las querellas porque consideran que es una mera irregularidad administrativa que el prestamista no est¨¦ dado de alta en el registro obligatorio y, por cierto, inoperante, desde 2009", aclara el abogado.
Los jueces dan por hecho la validez del reconocimiento de deuda, la escritura firmada ante notario con una cantidad que, en realidad, nunca reciben. S¨ª ha habido una ocasi¨®n, en Alicante, en que un juez marc¨® el camino: que sea el prestamista el que demuestre que ha pagado realmente esa cantidad y no al rev¨¦s. Su sentencia es una gota de agua en un mar de desdichas.
Volvamos al principio: la registradora de que hablamos (en realidad no es la ¨²nica que ha actuado as¨ª) tiene en sus manos la escritura hipotecaria, ha cruzado datos y descubierto que la misma persona ha dado 38 hipotecas m¨¢s, lo que equivale a descartarla como particular y considerar que se dedica profesionalmente a ese negocio. Algo que no parece haberle llamado la atenci¨®n al notario, el mismo en las 38 ocasiones.
?Cu¨¢l es la diferencia entre profesional y particular? Que estos pueden usar el procedimiento de ejecuci¨®n hipotecaria sin someterse a ning¨²n control previo ni negociaci¨®n posterior. Mientras que, si se tratase de un profesional, adem¨¢s de estar inscritos en el registro del Instituto de Consumo, deben contar con un seguro de responsabilidad por si cometen irregularidades presentar ofertas vinculantes..., desde que en 2009 se regul¨® el pr¨¦stamo por entidades distintas de la banca y cajas. (Que, por cierto, es otro cap¨ªtulo que Adicae ha documentado).
Uno de los registradores que denuncia esta situaci¨®n propone que se vuelva a la situaci¨®n anterior a la de la aprobaci¨®n de la Ley de Ejecuci¨®n Hipotecaria, cuando solo estaban facultadas las entidades de cr¨¦dito para determinar la deuda y no como ahora, que puede hacerlo el acreedor.
Hoy por hoy, estos morosos destapan una situaci¨®n en la que parece que ni Hacienda controla, ni Econom¨ªa y Justicia dictan normas de protecci¨®n, ni Consumo interviene, ni los jueces, salvo excepciones, dan amparo.
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