Rectificar es de sabios
Menudean las marchas atr¨¢s en la austeridad exagerada, pero a¨²n falta la Gran Rectificaci¨®n
El alumno cumplidor se agita. Portugal roza la inestabilidad porque la calle truena y el partido de la derecha-derecha ¡ªque se autodefine de centro¡ª exige un nuevo ciclo de pol¨ªtica econ¨®mica. Y lo hace con gravedad, renunciando su l¨ªder a la poltrona en el Gobierno de coalici¨®n. Clama por una rectificaci¨®n a gran escala en la pol¨ªtica de austeridad excesiva.
Si nos fijamos en los detalles, se est¨¢n produciendo en la Uni¨®n Europea ¡ªepicentro de la inestabilidad de los mercados descrita m¨¢s arriba¡ª m¨²ltiples operaciones de rectificaci¨®n, por fasc¨ªculos, aunque sin abandonar el sesgo restrictivo dominante en la pol¨ªtica econ¨®mica.
La primera se produjo el 21 de julio de 2011, con el segundo rescate griego que implic¨® una quita contra la banca privada de 49.600 millones de euros y mejor¨® las condiciones del pr¨¦stamo oficial a Atenas. Nunca se reconoci¨® as¨ª oficialmente, pero el solo hecho de tener que acudir con un segundo rescate al poco de transcurrido un a?o del primero, evidenciaba que este hab¨ªa sido no ya austero, sino cruel.
La secuencia de modificaciones en las condiciones de los rescates a los pa¨ªses vulnerables acaba de culminar, de momento, en el Ecofin del 21 de junio con la ampliaci¨®n de plazos de los cr¨¦ditos europeos, prometida el 12 de abril. Portugal e Irlanda gozan ya de siete a?os m¨¢s para devolverlos, desde los 12 a?os y medio hasta los 19 y medio. Si esta mayor generosidad se hubiese dispensado de entrada, ?acaso no se habr¨ªa ahorrado parte de la recesi¨®n a?adida, mucha desafecci¨®n europea y demasiado dolor social?
Asimismo ese d¨ªa se bendijo la decisi¨®n de la Comisi¨®n de practicar un ritmo m¨¢s lento en el ajuste presupuestario, otorgando dos a?os m¨¢s a Espa?a, Francia, Polonia y Eslovenia, y uno a Holanda y Portugal. La crisis pol¨ªtica en Lisboa evidencia la timidez de esa medida.
El plan de empleo juvenil aprobado en la ¨²ltima cumbre es fruto tambi¨¦n de una rectificaci¨®n, destinada a pasar desapercibida merced a la verbena organizada ayer en Berl¨ªn. En la sugerente entrevista publicada ayer en este peri¨®dico, la canciller Angela Merkel buscaba atribuirse la paternidad/maternidad del plan.
?Un momento, querida frau! Usted bloque¨® en la cumbre de diciembre un fondo contra el desempleo cofinanciado por la UE y los Gobiernos propuesto por Herman Van Rompuy. Y la ¡°garant¨ªa¡± para el empleo juvenil (los 4 meses de respuesta ante el final de estudios o el desempleo, a los que en gran medida se dedicar¨¢n los 6.000 millones, ampliables, aprobados para el conjunto del pr¨®ximo septenio) ¡°fracas¨®¡± antes ¡°por el rechazo de cuatro pa¨ªses: Reino Unido, Suecia, Dinamarca y... Alemania¡±, denunci¨® el presidente de la Comisi¨®n, Durao Barroso, el 28 de mayo. Menos mal que ahora usted ha rectificado.
Como tambi¨¦n ha dado marcha atr¨¢s en su intento de aplazar a¨²n m¨¢s la uni¨®n bancaria, urgida por el BCE y por el representante alem¨¢n en su directorio, J?rg Asmussen, para acabar con la inestabilidad y la fragmentaci¨®n financiera. El italiano Enrico Letta lo denunci¨® al acabar la cumbre: Berl¨ªn quiso eliminar hasta el concepto de ¡°uni¨®n bancaria¡± del documento de conclusiones, cuando el presidente del Consejo Europeo atribu¨ªa al proyecto el car¨¢cter de ¡°gran prioridad¡±.
Vuelve a rectificar Merkel, no sobre la austeridad que cree necesaria para los socios europeos, sino para los alemanes. Su programa electoral, saqueado a los socialdem¨®cratas, incluye est¨ªmulos al consumo interno (subvenciones a familias, salarios m¨ªnimos sectoriales, mejoras en pensiones femeninas) y nueva inversi¨®n en infraestructuras por importe de casi 30.000 millones, un 1% del PIB alem¨¢n. Una cierta apuesta expansiva a la que siempre se neg¨®, y que debe beneficiar a toda Europa. Rectificar es de sabios. Bravo. El problema es que un goteo de rectificaciones limitadas no constituye la Gran Rectificaci¨®n exigida por la doble recesi¨®n en curso.
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