La izquierda socialista pide a Hollande que frene la reforma de las pensiones

Nuevo problema pol¨ªtico a la vista para Fran?ois Hollande: el ala izquierda del Partido Socialista no quiere ni o¨ªr hablar de la reforma de las pensiones exigida por Bruselas y Berl¨ªn y que ha comenzado a encauzar el Gobierno franc¨¦s en la mesa del di¨¢logo social con los sindicatos y la patronal. La corriente Ahora Izquierda ha escrito una carta a los parlamentarios socialistas en la que afirma que la reforma ¡°no es ni urgente ni oportuna¡±, a?ade que ¡°nada justifica social, econ¨®mica y financieramente exigir m¨¢s¡± a los ciudadanos, y concluye que el aumento del tiempo de cotizaci¨®n ¨Cuna de las pistas anunciadas por Hollande- producir¨ªa ¡°profunda angustia¡± a los franceses y ¡°agravar¨ªa sus dificultades econ¨®micas en el peor momento¡±.

La postura de la corriente liderada por Emmanuel Maurel, vicepresidente de la regi¨®n de Ile de France, refleja que la inquietud de muchos socialistas ante la reforma impulsada por el Gobierno va en aumento, y confirma que la concesi¨®n de la Comisi¨®n Europea a Hollande al no incluir en sus recomendaciones finales para Francia la obligaci¨®n de subir la edad de jubilaci¨®n no ha tenido el efecto bals¨¢mico que el presidente auguraba.

El ala izquierdista del PS, minoritaria en la sede de la calle de Solferino, exige a la direcci¨®n que abra un amplio debate sobre las pensiones y que organice una consulta entre los militantes de las federaciones antes de fijar su opini¨®n sobre la reforma, que ser¨¢ tramitada por el Parlamento en septiembre.

En las bases socialistas, la oposici¨®n al proyecto es creciente, y algunas federaciones regionales han exigido que el PS se exprese contra ¡°toda rebaja del montante de las pensiones¡±. Las disensiones internas sobre la l¨ªnea econ¨®mica de rigor marcada por el Gobierno son un secreto a voces tras la destituci¨®n de la ministra de Medio Ambiente, Delphine Batho, culpable de haber criticado los Presupuestos de 2014. Tras ser despedida sin contemplaciones, la ministra se?al¨® que muchos franceses est¨¢n hartos de ¡°esta pol¨ªtica de rigor que no dice su nombre¡±.