Las dificultades de lo f¨¢cil
Al amparo del paisaje urbano naci¨® una marca, ¡°Barcelona, posa't guapa¡±, que fue capaz de capitalizar a favor del ¡°orgullo de ciudad¡± la publicidad exterior y el patrocinio
En 1985, unos meses antes de la nominaci¨®n de Barcelona como sede de los Juegos Ol¨ªmpicos de 1992, el Ayuntamiento de Barcelona aprob¨® el primer programa de una campa?a para la protecci¨®n y mejora del paisaje urbano. 28 a?os despu¨¦s, Barcelona puede presumir de que casi la mitad de sus edificios han experimentado alguna actuaci¨®n de rehabilitaci¨®n de sus elementos exteriores.
Al amparo de un acontecimiento que ya es historia, lo p¨²blico y lo privado se pusieron de acuerdo para rehabilitar la piel de la ciudad y recuperar as¨ª una imagen que forma parte del patrimonio colectivo de todos los ciudadanos. En un premonitorio ejercicio de branding, al amparo del paisaje urbano naci¨® una marca, ¡°Barcelona, posa't guapa¡±, que fue capaz de capitalizar a favor del ¡°orgullo de ciudad¡± la publicidad exterior y el patrocinio.
Recuerdo que en febrero del 2007, de la mano del profesor Jordi Borja, aterric¨¦ por primera vez en Sao Paulo. El entonces prefeito de la ciudad, Jos¨¦ Serra, hab¨ªa mostrado su inter¨¦s por el modelo de recuperaci¨®n patrimonial experimentado en Barcelona. En una semana intensa, se sucedieron conferencias y coloquios ante funcionarios, periodistas, profesionales y agrupaciones empresariales y financieras. Por aquel entonces, Sao Paulo estaba invadido por una publicidad ca¨®tica y desordenada, barata y sin control, que ocultaba la cara de la ciudad y que se hab¨ªa apropiado de su imagen. Incluso joyas del patrimonio arquitect¨®nico de Art Dec¨®, estaban ocultas tras pancartas, vallas publicitarias y r¨®tulos luminosos.
En diciembre de ese mismo a?o, el reci¨¦n elegido alcalde de la ciudad en sustituci¨®n de Jos¨¦ Serra, Gilberto Kassab, hac¨ªa aprobar la Lei da Cidade Limpa, que se propon¨ªa la eliminaci¨®n de la publicidad como primer paso necesario para la recuperaci¨®n del patrimonio cotidiano. Un programa muy bien acogido por los ciudadanos y los medios que alentaban la reducci¨®n de la contaminaci¨®n visual y la confinaci¨®n de la publicidad a sus justos l¨ªmites. Result¨® una experiencia ins¨®lita por aquellos pagos que, naturalmente, tuvo que enfrentarse a los intereses particulares de los publicitarios.
A?os m¨¢s tarde fui nombrado Comisario del Pabell¨®n de Barcelona en la Expo Shanghai2010. La primera Expoque, junto a los pa¨ªses, dio entrada a ciudades seleccionadas por sus buenas pr¨¢cticas. All¨ª estaban Madrid, Bilbao, Barcelona y unas cuantas de ciudades m¨¢s, entre las que destacaba la presencia de Sao Paulo, con un pabell¨®n dedicado al proyecto Cidade Limpa. Las consabidas im¨¢genes del ¡°antes y despu¨¦s¡± daban fe de la impresionante tarea realizada.
El proyecto lo hab¨ªa llevado a cabo con inteligencia, perseverancia y eficacia,la arquitecta Regina Monteiro, que hab¨ªa destacado en a?os anteriores como l¨ªder vecinal, reivindicando el patrimonio arquitect¨®nico y la vivienda digna. Regina estaba empe?ada en seguir adelante: domesticar la publicidad era necesario, pero no suficiente. Con el apoyo de una Comisi¨®n Mixta de Paisaje Urbano que integraba intereses p¨²blicos y privados, se esforz¨® en poner en marcha un plan director de paisaje urbano.
Sin embargo, las elecciones municipales de hace unos meses vieron el triunfo de Fernando Haddad que, desgraciadamente, ha congelado las expectativas del paisaje y se ha inclinado por un proyecto, Arco do Futuro, que excluye la rehabilitaci¨®n de edificios y monumentos. Regina ha abandonado su responsabilidad p¨²blica, pero sigue en su empe?o.
Hablando de Brasil, habr¨ªa que a?adir que el alcalde de R¨ªo, Eduardo Paes, buen amigo de Barcelona y de Pasqual Maragall, sinti¨® la tentaci¨®n de impulsar un plan director de paisaje basado en el reciente reconocimiento de una buena parte de R¨ªo como Patrimonio de la Humanidad, y aprovechando la retah¨ªla de acontecimientos que han de poner a la capital carioca en el primer plano de la atenci¨®n mundial. Pero las buenas intenciones no se han acabado de materializar. Parece que el concepto de paisaje urbano no se entiende bien por aquellos parajes, tan necesitados de reformas estructurales y de atenci¨®n a las necesidades b¨¢sicas dela poblaci¨®n. Sepercibe la est¨¦tica de la ciudad como un lujo incompatible con la mejora de la calidad de vida, cuando precisamente es uno de los elementos que, sin grandes dispendios de presupuesto p¨²blico, m¨¢s puede contribuir al bienestar ciudadano, a la recuperaci¨®n de las se?ales de identidad y al desarrollo tur¨ªstico.
?Podr¨¢ Madrid hacer este camino de cara al 2020?
Ferran Ferrer es economista y colaborador docente del ?rea de Gesti¨®n de la Ciudad y Urbanismo (UOC)
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