Una Alemania europea en una Europa alemana
Hace a?o y medio, cuando Grecia se jugaba su segundo paquete de ayudas econ¨®micas a cambio de m¨¢s pobreza y sacrificios de la poblaci¨®n, los medios de comunicaci¨®n titulaban la noticia de un modo que pod¨ªa sorprender al ciudadano menos informado: ¡°El Parlamento alem¨¢n decide hoy el destino de Grecia¡±. ?Qu¨¦ significaba?, ?qu¨¦ quer¨ªa decir que una democracia decide sobre el destino de otra democracia?
Ulrich Beck hizo un experimento mental (Una Europa alemana, Paid¨®s): supongamos que los alemanes votasen ahora (era el verano de 2012) sobre si Grecia debe o no abandonar el euro. El resultado previsible ser¨ªa: ¡°Acr¨®polis, adieu¡±. Supongamos que tambi¨¦n los griegos se pronunciaran sobre la misma pregunta; el resultado m¨¢s probable ser¨ªa que una clara mayor¨ªa estuviese a favor de la permanencia en el euro. El soci¨®logo se pregunta: ?c¨®mo se resuelve la incompatibilidad entre las decisiones de dos democracias nacionales?, ?qu¨¦ democracia se impone?, ?con qu¨¦ derechos?, ?con qu¨¦ legitimidad democr¨¢tica?, ?o le corresponde al m¨¢s poderoso econ¨®micamente tomar la decisi¨®n ¨²ltima? Grecia, la cuna de la democracia en el mundo ?pierde con el volumen de sus deudas su derecho a la autodeterminaci¨®n democr¨¢tica?
En una parte, la respuesta a estas cuestiones se dilucida en las elecciones alemanas del pr¨®ximo domingo. Hace poco Timothy Garton Ash recordaba que en 1953 Thomas Mann exhort¨® a un p¨²blico de estudiantes de Hamburgo a luchar ¡°no por una Europa alemana sino por una Alemania europea¡±. El apasionado llamamiento se repiti¨® sin cesar en la ¨¦poca de la reunificaci¨®n, pero hoy nos encontramos con una variante que pocos hab¨ªan podido prever: una Alemania europea en una Europa alemana.
Las crisis invitan a la acumulaci¨®n de poder. Eso es lo que ha hecho la canciller Angela Merkel
Las elecciones del d¨ªa 22 han sido el pretexto para bloquear la gobernanza europea en los ¨²ltimos a?os (el ¨²ltimo s¨ªntoma, la guerra de posiciones en el Eurogrupo y el Ecofin de este pasado fin de semana sobre la uni¨®n bancaria y el dise?o de un nuevo mecanismo para liquidar bancos quebrados). Ahora se disipa el trampantojo y los l¨ªderes europeos se quedan frente a frente con sus responsabilidades. Pero tambi¨¦n son unas elecciones nacionales, que definir¨¢n el futuro de lo que el periodista Rafael Poch ha calificado como ¡°la quinta Alemania¡± (La quinta Alemania. Un modelo hacia el fracaso europeo, Icaria). La ¡°quinta Alemania¡± es la que nace de la reunificaci¨®n de principios de los noventa, y Poch (que es corresponsal de La Vanguardia en Berl¨ªn) desmitifica que su evoluci¨®n se parezca a un segundo ¡°milagro alem¨¢n¡±, semejante al del canciller Erhard.
La tesis de la ¡°quinta Alemania¡± es la de que, presentada ideol¨®gicamente como un modelo, contiene la mayor involuci¨®n sociolaboral desde la postguerra: desigualdad (seg¨²n las estad¨ªsticas de la OCDE la desigualdad de ingresos crece en Alemania m¨¢s deprisa que en ning¨²n otro pa¨ªs europeo), estancamiento salarial, generalizaci¨®n de la precariedad en un pa¨ªs en el que la seguridad en el puesto de trabajo formaba parte de su cultura, avance de la pobreza, recortes en el sistema de protecci¨®n social, reducci¨®n de impuestos a los m¨¢s ricos,¡ Sin embargo, esta evoluci¨®n es analizada interesadamente como un ejemplo a copiar porque el paro no llega al 7% de la poblaci¨®n activa (sin considerar la calidad de los puestos de trabajo que se generan) y porque, observada en el contexto de crisis europea, especialmente comparada Alemania con los pa¨ªses del sur que han sufrido la misma medicina en dosis mayores y en plazos m¨¢s breves con consecuencias a¨²n m¨¢s brutales, la situaci¨®n laboral germana es mucho mejor y genera inmigraci¨®n hacia su territorio, sobre todo de j¨®venes bien preparados.
Por ello es por lo que el concepto de austeridad ha pasado de moda y ahora se habla de nuevo de crecimiento en dosis homeop¨¢ticas. En su libro, Beck utiliza el concepto de ¡°Merkiavelo¡±, porque Maquivelo fue el primero en pensar una forma de poder que se forja por medio del desconcierto y la confusi¨®n: las crisis profundas que siembran la discordia son el motor de la historia. Las crisis invitan a la acumulaci¨®n de poder y ello es exactamente lo que ha hecho la canciller Merkel: ha aprovechado la ocasi¨®n que se le ha ofrecido y ha remodelado las relaciones de poder en Europa.
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