Almunia rechaz¨® por carta la petici¨®n de Draghi de suavizar las reglas para la banca

Bruselas marca territorio. El vicepresidente y comisario de Competencia, Joaqu¨ªn Almunia, rechaz¨® por escrito el pasado 3 de septiembre, en una carta a la que ha tenido acceso este peri¨®dico, las presiones de Mario Draghi, el presidente del Banco Central Europeo. Draghi pretend¨ªa relajar las reglas de ayudas de Estado a la banca tras los ex¨¢menes del Eurobanco, para evitar un nuevo episodio de inestabilidad financiera si alg¨²n banco solicita dinero p¨²blico y Bruselas obliga antes a pasar por caja a los accionistas y a quienes tengan deuda de mala calidad. A la petici¨®n de clemencia para los poseedores de t¨ªtulos como las preferentes en Espa?a, realizada tambi¨¦n en una carta cargada de intenci¨®n, Almunia responde a Draghi con un lac¨®nico ¡°eso se ver¨¢ en su momento, y caso por caso¡±.

Los resultados de esas pruebas se dar¨¢n a conocer en la segunda mitad del a?o pr¨®ximo, pero tienen en vilo a algunas de las grandes capitales ¡ªy a Roma en particular¡ª, que temen que sus bancos salgan mal en la foto y han puesto todas sus bater¨ªas diplom¨¢ticas en funcionamiento para rebajar en lo posible los da?os. Y preocupan tambi¨¦n al examinador: Draghi, expresidente del Banco de Italia, teme que si los ex¨¢menes son duros aparezcan agujeros, y que eso desencadene nuevos problemas si Bruselas muestra la misma dureza que en el pasado. En la misiva, Almunia considera que ¡°las preocupaciones¡± de Draghi ¡°se pueden encauzar¡± a trav¨¦s de las normas actuales, publicadas en agosto, sin necesidad de poner en peligro la estabilidad financiera. Draghi, en fin, pretend¨ªa que Bruselas bajara la guardia como norma general, pero Almunia quiere garantizarse margen de maniobra para decidir en funci¨®n de cada banco.

Almunia viene a decir que hay tiempo de sobra para que la banca se recapitalice: ¡°Sus preocupaciones por la posible falta de capital que resulte de los ex¨¢menes solo se ver¨¢n a partir de la segunda mitad de 2014¡±, cuando se den a conocer los resultados, informa al banquero central europeo. Y a partir de ah¨ª, habr¨¢ todav¨ªa unos meses ¡ªtal y como pas¨® con las cajas espa?olas¡ª para que las entidades financieras consigan fondos, con lo que ese proceso podr¨ªa alargarse hasta bien entrado 2015. En caso de que pasado todo ese tiempo haya que acudir al dinero del contribuyente, la regla general ser¨¢ aplicar quitas a los accionistas y a las preferentes, como sucedi¨® con las cajas espa?olas. En Italia vence deuda subordinada por importe de 2.700 millones en 2014 y 4.600 millones en 2015, seg¨²n datos recogidos por el think tank Eurointelligence. De ah¨ª la preocupaci¨®n de Draghi.

La misiva contiene alguna dosis de veneno, pese a que las relaciones entre Competencia y el BCE han sido y son excelentes, seg¨²n las fuentes consultadas. Bruselas public¨® su normativa en agosto y Almunia considera que los mercados ya le han puesto un precio a la deuda de baja calidad, bas¨¢ndose en la aplicaci¨®n de las reglas de ayudas de Estado en Espa?a y en otros pa¨ªses desde que empez¨® la crisis. ¡°Las contribuciones de los acreedores j¨²nior [la deuda de peor calidad] han sido solicitadas sistem¨¢ticamente en a?os anteriores en varios pa¨ªses¡±, indica Almunia, ¡°incluidas las recapitalizaciones por motivos de precauci¨®n¡±, las que preocupan a Draghi. ¡°Esto no es nuevo¡±, remacha el comisario para quitar hierro al temor del BCE a que tras las pruebas de esfuerzo las posibles quitas levanten una polvareda en los mercados.

El Europarlamento hizo ayer un llamamiento a Almunia para que resista la presi¨®n de Draghi (o la de los alemanes, que quieren lo contrario: m¨¢s dureza). ¡°Ser¨ªa un error mostrar debilidad¡±, defendi¨® Sharon Bowles, presidenta de la comisi¨®n de asuntos econ¨®micos. ¡°Esto no es lo que esper¨¢bamos del BCE¡±, atac¨®. Junto a las cr¨ªticas por la italianidad de Draghi, que seg¨²n los analistas ha puesto en peligro su credibilidad, el eurodiputado alem¨¢n Sven Giegold dijo que la carta del BCE ¡°es la demostraci¨®n de que los banqueros centrales no deber¨ªan tener ninguna responsabilidad sobre la resoluci¨®n de entidades¡±.