China descubre el turismo de masas
Gobiernos de todo el mundo pugnan por atraer al turista chino, generoso en el gasto, pero inexperto en viajar fuera de su pa¨ªs
Lin Xi se ha prometido a s¨ª misma que nunca volver¨¢ a viajar por su propio pa¨ªs. Al menos durante los periodos festivos oficiales. No en vano, esta joven administrativa de la megal¨®polis de Chongqing estuvo el pasado d¨ªa 2 de octubre, segunda jornada de la semana dorada que se celebra con motivo de la festividad nacional, entre las 4.000 personas que protagonizaron en el parque natural de Jiuzhaigou uno de los episodios que mejor reflejan c¨®mo est¨¢ transformando China la industria del turismo. ¡°Hab¨ªa much¨ªsima gente que no pod¨ªa salir del recinto porque los autobuses no daban abasto. Como no se puede pernoctar all¨ª, muchos se pusieron nerviosos y reclamaron la devoluci¨®n del dinero. Las oficinas cerraron, alguien dijo que el servicio de transporte se hab¨ªa suspendido, y algunos se dedicaron a destrozarlo todo¡±, recuerda Lin.
La de Jiuzhaigou no ha sido la ¨²nica noticia protagonizada por los turistas chinos durante los siete d¨ªas de asueto de octubre: en la plaza de Tiananmen, m¨¢s de 110.000 personas acudieron a ver la ceremonia de izado de la bandera y dejaron tras de s¨ª cinco toneladas de basura; 1.500 kil¨®metros al sur, en el lago del Oeste de Hangzhou, los servicios de limpieza recogieron hasta 7.000 colillas en un solo d¨ªa; cerca de all¨ª, en Shangh¨¢i, efectivos del Ej¨¦rcito tuvieron que tomar la arteria comercial de Nanjing Dong para evitar que se desbordase; y, en general, las im¨¢genes de caos se extendieron por todos los lugares tur¨ªsticos del pa¨ªs, incapaces de absorber el repentino aumento en el n¨²mero de visitantes.
El mercado nacional superar¨¢ este a?o los 3.000 millones de desplazamientos
Pero muchos hicieron su agosto. Seg¨²n estad¨ªsticas preliminares de la Administraci¨®n Nacional China para el Turismo, nunca antes hab¨ªan viajado tantas personas en esta festividad. De hecho, es posible que el mercado dom¨¦stico supere con creces este a?o la barrera de los 3.000 millones de viajes, en torno a un 15% m¨¢s que el a?o pasado, cuando la industria tur¨ªstica china gener¨® unos ingresos de 321.000 millones de euros, dio empleo a 23 millones de personas de forma directa y contribuy¨® un 2,6% al PIB. Diferentes organizaciones estiman que el crecimiento de dos d¨ªgitos continuar¨¢ durante al menos una d¨¦cada gracias al crecimiento econ¨®mico y al cambio de mentalidad.
¡°El ahorro est¨¢ cayendo, y los chinos cada vez gastan m¨¢s en ocio. En ese apartado, los viajes son una de las actividades preferidas. El problema est¨¢ en que las infraestructuras no son las adecuadas para los picos de visitantes que se viven durante las vacaciones, y que la avaricia predomina entre los operadores y los Gobiernos regionales sobre el control necesario para dar un servicio satisfactorio¡±, reconoce el gerente de una importante agencia de viajes de Shangh¨¢i que no quiere ser nombrado. Por eso, Lin tiene muy claro que ¡°es mejor ahorrar un poco y viajar al extranjero¡±.
Es una opini¨®n cada vez m¨¢s extendida. Seg¨²n datos de la Organizaci¨®n Mundial del Turismo (OMT), el a?o pasado 83 millones de chinos viajaron al extranjero, una cifra que multiplica por ocho la registrada en el a?o 2000. Ya en 2010 superaron a los rusos como principales consumidores de productos tax free de Europa, y en 2012 superaron a los alemanes para convertirse en quienes m¨¢s gastan en sus viajes. Por el mundo repartieron 102.000 millones de d¨®lares (78.400 millones de euros), lo que supone un espectacular aumento del 40% con respecto a 2011.
Y la tendencia ascendente contin¨²a. Seg¨²n el portal de noticias Ifeng, quienes han visitado Londres durante la semana dorada de este mes han gastado una media de 9.800 euros, una cantidad que hace palidecer a la de cualquier otra nacionalidad. Teniendo en cuenta las previsiones oficiales, que auguran cien millones de turistas internacionales chinos ¡ªincluidos los que viajan a Hong Kong¡ª en 2015 y 150 millones un lustro despu¨¦s, el negocio alcanza dimensiones descomunales.
En 2020 viajar¨¢n al extranjero 150 millones de chinos
Pero, haciendo honor al dualismo que representa el concepto del yin y el yang, los turistas chinos son en ocasiones tan deseados por Gobiernos y empresas como rechazados por la poblaci¨®n local que los recibe. La falta de educaci¨®n c¨ªvica de muchos, que en China solo llaman la atenci¨®n cuando llega a extremos como el sufrido en Jiuzhaigou, puede provocar choques importantes. Incluso en Hong Kong los turistas del continente han sido comparados con una plaga de langostas, y varios incidentes por todo el mundo han provocado gran indignaci¨®n.
La profusi¨®n de fotograf¨ªas y v¨ªdeos en las redes sociales los documentan en detalle: turistas lanzando caramelos a ni?os norcoreanos ¡°como si fuesen animales¡±, grupos de viajeros que se sientan en el suelo a sorber sopa de fideos instant¨¢neos en centros comerciales de lujo de Par¨ªs o ni?os que hacen sus necesidades en aeropuertos o incluso en el pasillo de un avi¨®n. Por todo ello, y despu¨¦s de que el viceprimer ministro Wang Yang reconociese que los turistas chinos est¨¢n da?ando la reputaci¨®n del pa¨ªs, el Gobierno ha decidido publicar este mes un manual de 64 p¨¢ginas con el que pretende evitar que sus ciudadanos hablen a gritos, orinen en la piscina, roben los chalecos salvavidas de los aviones o escupan en la calle.
No aparecen, sin embargo, las prohibiciones de hacer fotograf¨ªas en ciertos templos o de sentarse sobre esculturas de Buda, dos de los roces que m¨¢s escuecen en Tailandia, un pa¨ªs que actualmente est¨¢ considerando la posibilidad de acordar con China la exenci¨®n de visado. Curiosamente, el propio ministro de Turismo, Somsak Phurisisak, se ha mostrado en contra de la iniciativa, aduciendo que Tailandia ha de mantener un nivel ¨®ptimo de servicio y que la llegada masiva de turistas chinos puede provocar grandes aglomeraciones ¡ªya se ven en algunos de los lugares m¨¢s populares del pa¨ªs¡ª si se aplica la medida.
Es, sin duda, la consecuencia indeseada del bienvenido turismo chino, que el Gobierno de Pek¨ªn, consciente de su importancia econ¨®mica, tambi¨¦n utiliza como arma pol¨ªtica.
Espa?a debe mejorar
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