Desequilibrios y conflictos de pol¨ªtica econ¨®mica
Una baja inflaci¨®n o una deflaci¨®n aumenta el coste real de la deuda y es m¨¢s dif¨ªcil pagarla
La econom¨ªa espa?ola ha tocado fondo y ahora empieza a crecer para poder recuperarse y reducir sus elevados desequilibrios acumulados. Utilizando las cifras m¨¢s recientes del FMI y de la CE, las perspectivas son las siguientes:
Aunque el saldo externo por cuenta corriente ha pasado de un d¨¦ficit del 10% del PIB en 2007 a un super¨¢vit del 1,4% en 2013 (del 3,1% en 2015 y del 6% en 2018), la posici¨®n inversora externa internacional neta (PIIN) ¡ªactivos sobre el exterior menos pasivos del exterior o deuda externa neta¡ª es todav¨ªa negativa en el 91% del PIB y la bruta en el 160% del PIB.
Aunque conseguir¨¢ alcanzar un d¨¦ficit fiscal p¨²blico nominal menor del 3% del PIB en 2016, cumpliendo con Maastricht, el stock de deuda p¨²blica en dicho a?o alcanzar¨¢ el 104,6% del PIB.
Aunque, entre 2009 y hoy, la deuda de los hogares ha ca¨ªdo del 86% al 73% del PIB y la de las empresas del 143% al 122% del PIB, su conjunto alcanza hoy todav¨ªa el 195% del PIB, cuando ha demostrado el FMI que la austeridad p¨²blica es tanto m¨¢s negativa para el crecimiento cuanto mayor es la deuda privada.
Aunque, en 2014, conseguir¨¢ detenerse la destrucci¨®n de empleo y, en los a?os siguientes, podr¨¢ crearse empleo neto y aunque la tasa de desempleo estructural (no inflacionista) podr¨ªa llegar a caer al 15% en 2016, en septiembre de 2013 la tasa de desempleo era todav¨ªa del 25,99%, siendo la media del ¨¢rea euro del 12,2%.
Es decir, una vez reducidos los flujos negativos anuales, reducir sus stocks acumulados a niveles normales llevar¨¢ muchos a?os, dependiendo del ritmo de des-apalancamiento p¨²blico, privado y bancario y del crecimiento potencial que alcance la econom¨ªa espa?ola gracias a las importantes reformas estructurales que felizmente est¨¢n acometi¨¦ndose.
En 2014 se detendr¨¢ la destrucci¨®n de empleo y, en los a?os siguientes, se podr¨¢ crear empleo neto
Reducir la PIIN o deuda externa neta depender¨¢ de la evoluci¨®n de la inversi¨®n directa espa?ola en el extranjero y extranjera en Espa?a que suelen ser estables, siendo la segunda mucho mayor que la primera. La deuda privada externa responde a que gran parte del enorme stock acumulado de hipotecas y otros cr¨¦ditos fue financiado con ahorro exterior colocando c¨¦dulas hipotecarias en Alemania y otros Estados miembros. Ahora, la compra extranjera de acciones en empresas cotizadas y activos espa?oles est¨¢ creciendo mucho. Adem¨¢s, su coste de refinanciaci¨®n es relativamente bajo y su peso en el PIB permanece relativamente estable desde 2009.
Reducir el stock de deuda p¨²blica puede hacerse de tres maneras: Primero, con una consolidaci¨®n fiscal m¨¢s r¨¢pida, que ser¨ªa peligrosa dado el elevado nivel de deuda privada. La CE y el FMI estiman que el d¨¦ficit p¨²blico caer¨¢ al -3,0% del PIB en 2016 alcanzando un super¨¢vit primario del 0,4% en 2017 y del 1,4% en 2018. Segundo, con una mayor inflaci¨®n, lo que es imposible dado el mandato del BCE de mantenerla justo por debajo del 2%. Tercero, con un mayor crecimiento, pero mientras la tasa real de crecimiento (0,4%-0,5% en 2014) sea inferior al tipo real de inter¨¦s anual de la deuda, no ser¨¢ posible reducirla. Por esa raz¨®n el FMI estima que la deuda p¨²blica bruta crecer¨¢ hasta el 105,5% y la neta hasta el 91,9% del PIB, en 2017.
El desempleo puede reducirse creando empleo neto muchos a?os seguidos, lo que solo ser¨ªa posible: aumentando el crecimiento de las demandas de consumo e inversi¨®n internas; aumentando la competencia en el sector de servicios; aumentando todav¨ªa m¨¢s la flexibilidad contractual e interna en las empresas; desarrollando mayores y mejores pol¨ªticas activas de empleo que incentiven la contrataci¨®n de j¨®venes y trabajadores de baja cualificaci¨®n; estimulando el empleo a tiempo parcial y, al mismo tiempo, desestimulando el empleo temporal y, finalmente, reduciendo la dualidad laboral mediante una fuerte reducci¨®n de las diferencias actuales de costes de despido entre contratos permanentes y temporales.
Existen, asimismo, conflictos internos de pol¨ªtica econ¨®mica a la hora de intentar reducir simult¨¢neamente los desequilibrios externo, fiscal y de empleo.
Primero, para ser m¨¢s competitivos en el ¨¢rea euro, sin poder devaluar una moneda que no podemos controlar, hay que proseguir con la devaluaci¨®n interna, aumentando la productividad relativa, bajando los costes laborales relativos (-8,7% en 2015) y consiguiendo una baja o negativa inflaci¨®n como en octubre pasado (-0,1%). Pero una baja inflaci¨®n o una deflaci¨®n aumentan el coste real de la deuda, haciendo m¨¢s dif¨ªcil pagarla.
Mientras la tasa real de crecimiento sea inferior al tipo de inter¨¦s real, no se reducir¨¢ la deuda
Unas menores expectativas de inflaci¨®n tienden a reducir los tipos de inter¨¦s nominales, ayudando a pagar la deuda, pero esto no ha ocurrido en el ¨¢rea euro ya que, desde su comienzo, los tipos nominales de todos los Estados miembros convergieron, mientras que sus tasas de inflaci¨®n divergieron.
Adem¨¢s, todos los bancos centrales y algunos fondos soberanos necesitan estar en euros, diversificando sus tenencias en d¨®lares y consiguiendo as¨ª un seguro natural de cambio, pero al no poder tomar riesgos, compran bunds con tipos nominales negativos en lugar de deuda espa?ola o italiana con elevadas rentabilidades.
Asimismo, mientras exista una probabilidad de impago o de ruptura del euro, los tipos de inter¨¦s nominales ser¨¢n mucho m¨¢s elevados y su inflaci¨®n m¨¢s baja, en el sur, dificultando el pago de su deuda.
Segundo, los costes laborales unitarios (CLU) pueden reducirse aumentando la producci¨®n, reduciendo el empleo y reduciendo los salarios por hora trabajada. Pero, hasta la actual reforma laboral, el ajuste se hizo siempre por cantidades, es decir, aumentando el desempleo, en lugar de por precios, es decir, reduciendo salarios u horas trabajadas, como hicieron la mayor¨ªa de los Estados miembros del ¨¢rea euro.
Asimismo, un fuerte ajuste fiscal reduce la producci¨®n y el empleo, aunque, al mismo tiempo, deprime precios y salarios, mejorando los CLU. Sin embargo, unos precios m¨¢s bajos aumentan el valor real de la deuda dificultando su pago.
Finalmente, el desapalancamiento simult¨¢neo de hogares, empresas, bancos y sector p¨²blico hace m¨¢s dif¨ªcil la recuperaci¨®n. Las familias y empresas reducen su deuda ahorrando m¨¢s y consumiendo o invirtiendo menos, haciendo que el crecimiento a corto plazo sea menor y que sea m¨¢s dif¨ªcil pagar sus deudas. Adem¨¢s, algunos bancos necesitan tambi¨¦n desapalancarse y aumentar su capital para hacer frente a los requisitos de Basilea III, al pr¨®ximo AQR del BCE y a las pruebas de esfuerzo de la EBA.
Ante esta delicada situaci¨®n privada, el sector p¨²blico deber¨ªa actuar de forma contrac¨ªclica, pero tambi¨¦n necesita desapalancarse, al ser su deuda y su coste de refinanciaci¨®n todav¨ªa elevados.
Si el desapalancamiento se diera solo en el ¨¢rea euro y no en el resto del mundo, una mayor demanda externa compensar¨ªa su poco crecimiento interno, pero la deuda p¨²blica media de los pa¨ªses desarrollados, que representan sus mayores mercados, alcanza ya el 108,5% del PIB, frente a solo 35,3% de los emergentes, luego habr¨¢ que concentrar la exportaci¨®n en estos ¨²ltimos.
El desapalancamiento p¨²blico deber¨ªa ser m¨¢s lento en aquellos Estados miembros con menor deuda relativa para reducir su impacto negativo sobre el crecimiento total. Pero el TSGG, llamado ¡°Pacto Fiscal¡±, impone una reducci¨®n de la deuda p¨²blica a todos los Estados miembros en una veinteava parte cada a?o, hasta retornar al 60% del PIB.
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