La bancarrota de Detroit torpedea un sistema de pensiones que hace aguas
![Fotograf¨ªa de archivo del 3 de marzo de una casa abandonada con el edificio de General Motros de fondo, en Detroit, Michigan (EE.UU.). EFE/Archivo](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/LRKAQERA6NNNZZ7ATMGH43W4OQ.jpg?auth=16b6e5a6c8b8ea4ba3b624876fff9e53802a2d6fabcc376993f38d753cec7d40&width=414)
La bancarrota de Detroit ha golpeado en la l¨ªnea de flotaci¨®n de las pensiones de empleados p¨²blicos en Estados Unidos, un sistema cuyos conocidos problemas financieros han quedado en evidencia ante la insolvencia de algunas ciudades del pa¨ªs.
La decisi¨®n de un juez en Michigan de autorizar la quiebra de Detroit obligar¨¢ a los sindicatos a renegociar con las autoridades municipales las pagas de jubilaci¨®n prometidas a los funcionarios, incluidas las de quienes ya est¨¢n retirados.
"Las pensiones quedan sujetas a recortes igual que las cantidades adeudadas por la ciudad con entidades financieras de Wall Street, todo est¨¢ en el mismo saco", asegur¨® a Efe Frank Shafroth, uno de los art¨ªfices de la Ley de Bancarrota Municipal vigente desde 1988, y profesor de la Universidad George Mason en Virginia.
Detroit solicit¨® en julio a los tribunales poder declararse en bancarrota. Los sindicatos recordaron a la Corte que los planes de pensiones son estatales, amparados por la Constituci¨®n de Michigan, cuya soberan¨ªa est¨¢ reconocida por la Carta Magna de EE.UU.
Hoy el juez sent¨® un precedente en el pa¨ªs al sentenciar que la ley federal de quiebras no tiene que respetar prebendas estatales, lo que supuso un varapalo no solo en la ciudad del motor, tambi¨¦n en California.
En ese estado la entidad gestora de los fondos de pensiones de m¨¢s de 1,6 millones de empleados p¨²blicos, CalPERS, se enfrenta con una situaci¨®n similar a la de Detroit en las ciudades San Bernardino y Stockton, ambas oficialmente en bancarrota y con una disputa en marcha para evitar que las pensiones sean una deuda m¨¢s.
"La decisi¨®n judicial es corta de miras y no tiene en cuenta las promesas hechas a cambio de las inversiones financieras y f¨ªsicas que los empleados p¨²blicos y jubilados hacen en sus comunidades", se afirma en un comunicado emitido por CalPERS a petici¨®n de Efe.
La entidad californiana quiso dejar claro que lo ocurrido en Detroit "no es aplicable a un sistema de pensiones estatal como el de CalPERS" por no estar circunscrito a una sola ciudad e insiste en que las pensiones est¨¢n protegidas por la constituci¨®n de California.
Shafroth, lejos de ser cr¨ªtico, tom¨® el fallo de hoy como una "buena noticia".
"Da a la ciudad una oportunidad para empezar de nuevo. Se estaba quedando sin dinero tan r¨¢pido que hab¨ªa un riesgo real de ruina en los pr¨®ximos dos meses. No pod¨ªan esperar m¨¢s tiempo", explic¨® el profesor.
Los ¨²nicos que parecen tener garantizados sus ingresos son los empleados que realizan una funci¨®n cr¨ªtica para que la ciudad contin¨²e funcionando de forma segura, apunt¨® el experto.
La situaci¨®n de quiebra, que b¨¢sicamente reconoce la incapacidad de la urbe para devolver sus deudas en tiempo y forma, protege a Detroit frente a sus acreedores, en torno a 100.000, y obliga a ambas partes a sentarse a negociar, lo que b¨¢sicamente supone que "todos tendr¨¢n que asumir un recorte".
La ley no fija ni m¨ªnimos ni m¨¢ximos en cuanto a reducciones pero s¨ª exige que los implicados traten de arreglar la situaci¨®n "de buena fe".
"Si los sindicatos no se muestran dispuestos a negociar tendr¨¢n una posici¨®n muy compleja ante el juez cuando la ciudad presente su plan para salir de la bancarrota", coment¨® Shafroth, algo que se espera ocurra entre enero y febrero.
Las organizaciones de trabajadores han asegurado estar dispuestas a ir con el caso ante la Corte Suprema, si fuera necesario.
La bancarrota planea tambi¨¦n sobre peque?as localidades como Desert Hot Springs (California), Harrisburg (Pensilvania) donde se opt¨® por reestructurar su deuda en un ¨²ltimo intento para evitar seguir los pasos de Detroit.
El condado de Jefferson, en Alabama, est¨¢ cerca de salir de la segunda bancarrota m¨¢s larga de un organismo p¨²blico de la historia de EE.UU., un proceso que ya super¨® en 2012 la ciudad de Central Falls, en Rhode Island, no sin antes rebajar hasta en un 55 % la paga de los funcionarios jubilados.
Seg¨²n un estudio publicado en mayo de 2012 por Harvard Kennedy School, los planes de pensiones avalados por los gobiernos estatales y locales arrastran "peligrosamente" una escasez de fondos que los convierte en insostenibles a largo plazo si no aumentan los ingresos p¨²blicos.
Se estima que la burbuja de las pensiones, el dinero comprometido para jubilaciones y al que no se puede hacer frente, asciende hasta 4,4 billones de d¨®lares, con California, Illinois, Ohio, Nueva Jersey y Texas como los estados con mayores problemas.
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