La piqueta tambi¨¦n se va al extranjero
Control Demeter deja atr¨¢s la crisis, pero busca negocio en otros pa¨ªses
¡°Cuando hay una reactivaci¨®n econ¨®mica somos los primeros en enterarnos, porque somos los primeros en empezar a trabajar¡±. Lo dice con la boca peque?a, pero Manuel Alguer¨® est¨¢ convencido de su afirmaci¨®n. Su empresa, Control Demeter, especializada en la demolici¨®n de edificaciones e infraestructuras, ha recuperado el pulso. En 2009 facturaba 8,6 millones y, como en tantos otros casos, los ingresos se desplomaron hasta los 1,5 millones en 2011, cuando la compa?¨ªa toc¨® fondo. En 2013, con casi un tercio menos de la plantilla y sueldos rebajados para los casi 40 empleados que contin¨²an, prev¨¦ facturar 3,1 millones y las estimaciones para este a?o apuntan a seis millones, el 80% ya contratado.
Las constructoras y las inmobiliarias tambi¨¦n les han dado alg¨²n encargo. E incluso les ha aparecido alg¨²n cliente nuevo: la banca, que les ha pedido el derrumbe de viejos edificios y de naves industriales que se comieron por hipotecas impagadas. Y, pese a la austeridad, las administraciones ¡ªaportan el 60% de su negocio¡ª vuelven a contratarles. El Ayuntamiento de Barcelona les ha dado una de las obras que marcar¨¢n el urbanismo futuro de la capital catalana, la deconstrucci¨®n del nudo viario de la plaza de las Glorias, como en 1997 fue el hist¨®rico derrumbe del estadio de Sarri¨¤, en el que tambi¨¦n participaron.
Pero el verdadero futuro de Control Demeter, asegura Alguer¨®, se encuentra en el exterior. ¡°Si no salimos lo tenemos complicado¡±. Desde que en 1999 sus t¨¦cnicos acudieran a la zona del mar de M¨¢rmara, en Turqu¨ªa, para ayudar en los trabajos para demoler un millar de edificios afectados por un terremoto, la compa?¨ªa se especializ¨® en emergencias y ha dado mayor importancia al mercado exterior, que deber¨ªa suponer la mitad de los ingresos en un plazo de dos o tres a?os.
En Hait¨ª quieren trabajar en el puerto de Puerto Pr¨ªncipe, cuya ampliaci¨®n requerir¨¢ de los escombros generados por el terremoto de 2010. En Buenos Aires (Argentina) tambi¨¦n est¨¢ pendiente de un contrato y en Montevideo (Uruguay), lo mismo. ¡°En Europa est¨¢ todo hecho y, en cambio, en Latinoam¨¦rica est¨¢ todo por hacer¡±, explica Alguer¨®, quien destaca la experiencia que gan¨® con las obras ol¨ªmpicas de Barcelona, cuando empez¨® en el campo de la gesti¨®n de residuos que prev¨¦n trasladar tambi¨¦n a China, donde ha presentado su modelo de gesti¨®n a los gobiernos municipales de Wenzhou i Rizhao.
El problema en el exterior es la falta de control de los tempos. Por ejemplo, en Turqu¨ªa llevan tiempo esperando participar en la demolici¨®n del estadio del Galatasaray, que est¨¢ congelada, de ah¨ª que Espa?a contin¨²e siendo su principal mercado, y m¨¢s ahora, cuando la crisis ha ejercido tambi¨¦n un papel de limpieza entre sus rivales. Con la crisis, la piqueta de las empresas especializadas ha encontrado un nuevo cliente de la mano de la Sareb, el banco malo, y la banca, que ven en el excesivo stock de viviendas un problema de suficientes dimensiones como para echar abajo edificaciones en construcci¨®n de futuro incierto.
Control Demeter no ha tenido contacto con la Sareb, pero s¨ª con la banca. Durante este a?o se ha encargado del derribo de ocho edificios y de naves industriales que estaban en manos de la banca en el ¨¢rea metropolitana de Barcelona. Y pese a todo, Alguer¨® no conf¨ªa en que la Sareb tire abajo muchos edificios. ¡°Solo los que les pueda suponer alg¨²n conflicto¡±, dice.
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