El MST brasile?o cumple tres d¨¦cadas de luchas con una reforma agraria a medias
El Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) de Brasil, una de las mayores organizaciones campesinas del mundo, cumple hoy tres d¨¦cadas de luchas sociales y, a pesar de la fuerza pol¨ªtica que ha conseguido, denuncia que su anhelada reforma agraria sigue estando lejos.
Los "sin tierra", como son conocidos los militantes del movimiento, surgieron en un encuentro nacional celebrado en la ciudad sure?a de Cascavel (Paran¨¢) entre el 20 y el 23 de enero de 1984, un a?o antes del final de la dictadura militar que gobern¨® el pa¨ªs entre 1964 y 1985.
"El prop¨®sito del movimiento, en un principio, era y sigue siendo claro: asentar el mayor n¨²mero de familias y conseguir la reforma agraria. El primer objetivo podemos decir que se ha conseguido parcialmente, pero en el segundo son pocos los avances", coment¨® a Efe la soci¨®loga Sonia Bonadio.
Para la analista, una reforma agraria como la planteada el movimiento en sus ra¨ªces todav¨ªa no se ha conseguido.
"No es s¨®lo asentar familias por asentar. Es algo m¨¢s complejo y con muchos m¨¢s factores a tener en cuenta, como el acceso a cr¨¦dito, garant¨ªas en el mercado y condiciones de trabajo para la agricultura familiar", explic¨® Bonadio.
Sonia Bonadio subray¨® que "cuando m¨¢s se cre¨ªa que la reforma agraria (plena) se conseguir¨ªa con la llegada de un partido de izquierda al poder, el juego pol¨ªtico impidi¨® que se cristalizase esa meta".
El MST, que representa a casi cuatro millones de familias en 24 de los 27 estados del pa¨ªs, se convirti¨® en 2002 en un importante apoyo del entonces candidato presidencial Luiz In¨¢cio Lula da Silva, quien al llegar al poder tuvo al movimiento como un importante aliado.
Con la salida de Lula del poder y la llegada de su sucesora, Dilma Rousseff, las cr¨ªticas del MST al Gobierno aumentaron, a pesar de que el colectivo apoyara en 2010 la candidatura del gobernante Partido de los Trabajadores (PT).
En marzo de 2012, a pesar de las cr¨ªticas, Rousseff dijo que su Gobierno no considera que la reforma agraria sea "un mero acto de distribuci¨®n de tierras", sino un "modelo integral" de desarrollo para el campo.
En 2013, seg¨²n indic¨® a Efe una fuente del Ministerio de Desarrollo Agrario, fueron publicados cien decretos para expropiar tierras y algunas medidas complementarias a la reforma agraria, como las que regulan la concesi¨®n de cr¨¦ditos y subsidios para condonar algunas de las deudas de los productores asentados.
A pesar de esos avances, el economista Joao Pedro St¨¦dile, principal l¨ªder del movimiento, consider¨® en una entrevista publicada hoy por el diario O Estado de Sao Paulo que la actividad latifundista, con su "fiebre" por las materias primas agr¨ªcolas, encareci¨® las tierras y eso perjudic¨® la reforma agraria.
"Del lado de los trabajadores, los salarios aumentaron en las ciudades y eso reforz¨® el ¨¦xodo rural. Hay un bloqueo tambi¨¦n en el (poder) Judiciario y en el Congreso", se?al¨® St¨¦dile.
"Desafortunadamente el balance de la reforma agraria durante el Gobierno de Dilma es negativo. Vergonzoso dir¨ªa", a?adi¨® el l¨ªder, quien record¨® que en 2013 s¨®lo fueron asentadas 4.700 familias, un n¨²mero inferior al ¨²ltimo a?o de la dictadura en 1984.
Para 2014, a?o en el que el movimiento cumple tres d¨¦cadas, el MST apuesta, seg¨²n St¨¦dile, por las "movilizaciones de masa" para que "la verdadera pol¨ªtica sea debatida en las calles".
Durante la ola de protestas que se intensific¨® en junio pasado, el MST particip¨® en varias marchas en diferentes ciudades brasile?as.
El movimiento celebrar¨¢ su pr¨®ximo Congreso Nacional entre el 10 y el 14 de febrero en Brasilia, una cita en la que se espera que participen unos 15.000 militantes.
Brasil celebrar¨¢ elecciones en octubre, en las que seguramente Rousseff buscar¨¢ su reelecci¨®n, pero hasta ahora el MST no se ha pronunciado sobre a qui¨¦n respaldar¨¢ en los comicios.
Waldheim Garc¨ªa Montoya
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.