Los j¨®venes portugueses, entre la emigraci¨®n y el desempleo
Con cada vez menos esperanza en su futuro, los j¨®venes portugueses afrontan el dilema de quedarse en su pa¨ªs y enfrentar al desempleo o dejarse llevar por la corriente migratoria y partir en busca de oportunidades a otros pa¨ªses.
Con una de las tasas de paro juvenil m¨¢s altas de toda la Uni¨®n Europea (UE) -del 36,3 % en 2013, cuando la media se situ¨® en el 23,2 %-, las modestas se?ales de recuperaci¨®n econ¨®mica que ya se vislumbran en suelo luso son de momento insuficientes para mejorar las perspectivas de las nuevas camadas que salen de la Universidad cada a?o.
En este contexto, poner rumbo al extranjero supone una salida para decenas de miles de j¨®venes, que siguen de esta forma los pasos de muchos de sus antepasados.
En pa¨ªses como Luxemburgo, Francia, Suiza, Canad¨¢ o EE. UU., la colonia de descendientes de portugueses es numerosa, aunque su perfil es diferente al actual, ya que su nivel de formaci¨®n era sensiblemente inferior.
De los ¨²ltimos datos sobre poblaci¨®n activa divulgados por el Instituto Nacional de Estad¨ªstica se desprende que s¨®lo en 2013 m¨¢s de 100.000 j¨®venes dejaron el pa¨ªs y optaron por emigrar, una cifra similar a la registrada en 2012.
La p¨¦rdida del talento de algunos de sus mejores exponentes es objeto de debate en Portugal, que vive en la paradoja de no poder retener a sus licenciados pese a tener como objetivo prioritario mejorar su productividad.
"Este pa¨ªs no es para j¨®venes", reza el t¨ªtulo de un libro publicado estos d¨ªas, obra de los periodistas Jos¨¦ Manuel Fernandes y Helena Matos, ambos ya en la cincuentena y que analizan los motivos hist¨®ricos que han llevado a esta situaci¨®n.
A lo largo de sus m¨¢s de 200 p¨¢ginas, los autores explican c¨®mo la desigualdad entre generaciones perjudica especialmente a los m¨¢s j¨®venes, y citan como ejemplo las dificultades para acceder a un mercado de trabajo que consideran demasiado proteccionista con quienes ya est¨¢n empleados.
Un sistema de educaci¨®n centrado en "crear" universitarios y que menospreciaba la Formaci¨®n Profesional, as¨ª como un sistema de pensiones de la Seguridad Social que protege fundamentalmente a los mayores son otras de las razones a las que atribuyen el actual escenario.
Las reformas del Estado desde los a?os 80 "pecaron de optimistas", se?al¨® Manuel Fernandes en declaraciones a Efe, quien lament¨® que los dirigentes de aquel entonces confiasen en que Portugal presentar¨ªa ahora tasas m¨¢s altas de natalidad.
En su opini¨®n, de aquel error de c¨¢lculo se deriva ahora que toda una generaci¨®n trabaje para pagar unas pensiones de las que probablemente no se pueda beneficiar en el futuro.
Fernandes insisti¨® en que las sucesivas reformas de la Seguridad Social "siempre se preocuparon por no afectar a quien ya estaba jubilado o a quien ya estaba a punto de jubilarse", por lo que quienes trabajan hoy sustentan unas pensiones "mucho m¨¢s altas" de las que disfrutar¨¢n ellos.
El periodista luso, autor de una columna semanal en el diario "P¨²blico", censur¨® igualmente el sistema de educaci¨®n portugu¨¦s, "volcado totalmente en que todo el mundo fuese a la universidad".
"No seremos un pa¨ªs mejor por tener ¨²nicamente licenciados", expres¨® Fernandes, quien lament¨® los "prejuicios" hacia la Formaci¨®n Profesional. En Portugal, de hecho, el porcentaje de estudiantes que opta por esta v¨ªa es inferior al de la mayor¨ªa de pa¨ªses comunitarios.
La liberalizaci¨®n del mercado de trabajo -facilitando el despido-, la reforma del sistema educativo y la del sistema de pensiones han sido implementadas por el actual Gobierno conservador luso a instancias de la troika, que incluy¨® estas tres ¨¢reas entre sus prioridades.
Las medidas pretenden frenar la "sangr¨ªa" registrada en los ¨²ltimos a?os, en los que Portugal se ha colocado a la cabeza de los pa¨ªses europeos con mayor tasa de emigraci¨®n (14,2 %), s¨®lo por debajo de Irlanda (16,1 %), tambi¨¦n rescatada por la UE y el Fondo Monetario Internacional.
Del cerca de mill¨®n y medio de ciudadanos lusos en el exterior, apenas un 10 % cuenta con educaci¨®n superior, un porcentaje que corre el riesgo de seguir creciendo si el pa¨ªs no logra retener sus j¨®venes valores. Sabrina Aid
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