¡°Busco trabajo de lo que sea¡±
M¨¢s de 1,2 millones de espa?oles buscan un segundo empleo y un 33% est¨¢ dispuesto a aceptar cualquier tipo de jornada para completar sus ingresos
¡°Me da igual. Busco trabajo de lo que sea¡±. Macarena Guill¨¦n apenas descansa. Su jornada en un laboratorio m¨¦dico, donde se encarga de hacer la limpieza, se inicia a primera hora de la ma?ana y finaliza por la tarde. Hace un par de meses decidi¨® buscar un segundo trabajo. Un solo ingreso, de 600 euros, es insuficiente para que esta joven de 26 a?os ¡ªoriginaria de Barcelona¡ª pague el alquiler del piso, haga la compra y afronte los gastos de su hija de cinco a?os.
Tener un segundo trabajo ha sido la salida de muchas familias para hacer frente a la crisis econ¨®mica. Al cierre de 2013, m¨¢s de 1,2 millones de personas estaban buscando una segunda ocupaci¨®n, seg¨²n datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE). ¡°Lo que encuentre¡±, ha sido una de las respuestas que m¨¢s ha crecido desde 2007 cuando se pregunta a los espa?oles si est¨¢n dispuestos a trabajar a tiempo completo o parcial. Hace seis a?os, justo antes de que la econom¨ªa empezara a caer, hab¨ªa solo 159.000 personas en esa situaci¨®n. La cifra se ha disparado un 161% en 2013 y toca m¨¢ximos.
¡°No paro, sigo buscando¡±, dice Macarena, que est¨¢ en disposici¨®n de hacer hasta dos jornadas completas para sobrevivir. Forma parte de ese grupo de 415.000 personas que espera hallar un segundo empleo sea como sea, y suma ya el 33% de los ocupados, cuando hace seis a?os era solo del 14%.
Cuando las oportunidades de trabajo disminuyen, la precariedad salarial va en aumento, explica Ana Hermoso, experta en pol¨ªticas de empleo y migraciones de Comisiones Obreras (CC OO). ¡°Ahora los ocupados est¨¢n abiertos a casi todo, debido a que se ha incrementado la competencia y, adem¨¢s, porque el 26% de la fuerza laboral carece de empleo, tres veces m¨¢s del nivel anterior a la crisis¡±. La experta del sindicato comenta que, adem¨¢s, las familias han sufrido las medidas de austeridad m¨¢s profundas de la historia democr¨¢tica del pa¨ªs, como la subida de impuestos o los recortes salariales en el sector p¨²blico y privado.
Los m¨¢s necesitados en hacerse con un segundo trabajo son aquellos hogares en donde los ingresos dependen solo de una persona, afirma Rodolfo Guti¨¦rrez, catedr¨¢tico de la Universidad de Oviedo experto en sociolog¨ªa del trabajo y econ¨®mica. En Espa?a, seg¨²n datos del INE, son m¨¢s de cinco millones de familias las que est¨¢n en esta situaci¨®n.
Paulina G¨®mez es una madrile?a de 29 a?os que tuvo que abandonar sus estudios para buscar un segundo empleo. Su sueldo (que no llega a mil euros) como oficinista en una consultor¨ªa le es insuficiente. La falta de oportunidades ha llevado a esta joven a dar clases de ingl¨¦s, f¨ªsica y matem¨¢ticas a los hijos de sus vecinos. Cobra 15 euros por hora y al mes saca al menos 150 euros, todo en negro.
El problema de Espa?a no es de exceso de empleo a tiempo parcial, sino de que es inadecuado para satisfacer expectativas de empresas y trabajadores" Rodolfo Guti¨¦rrez, catedr¨¢tico de la Universidad de Oviedo
Son los j¨®venes, seg¨²n las cifras del INE, los que alimentan las listas de quienes buscan un segundo empleo sin importar el tipo de jornada. Quienes tienen entre 25 y 29 a?os representan el 16% de los ocupados en busca de un contrato a tiempo completo o parcial. El segundo puesto lo ocupan aquellos trabajadores en edades comprendidas entre 40 y 44 a?os, con un 15%.
A pesar de que la mayor¨ªa de los ocupados est¨¢n dispuestos a casi todo, la realidad es que el empleo que se encuentra mayoritariamente es a tiempo parcial, comenta Ana Hermoso, de CC OO.
Una jornada parcial es un primer paso para que una persona aspire a un mejor empleo, asegura el presidente de la Asociaci¨®n de Empresas de Trabajo Temporal (Fedett), Luis Miguel Carmona. ¡°Es una herramienta que facilita la movilidad de los trabajadores¡±, destaca.
¡°Esta jornada no se debe considerar, de forma autom¨¢tica, como un deterioro en la calidad del empleo. Existen personas que la hacen como una forma de compatibilizar otros intereses o necesidades de su vida privada o familiar con el trabajo¡±, afirma la representante de CC OO. Este, sin embargo, no es el caso de la gran mayor¨ªa de los espa?oles, apostilla. De los 2,7 millones de trabajadores que est¨¢n a tiempo parcial en el pa¨ªs, un 63% acepta este contrato ante la imposibilidad de acceder a una jornada completa.
¡°El problema de Espa?a no es de exceso de empleo a tiempo parcial, sino de que es inadecuado para satisfacer expectativas de empresas y trabajadores, ya que predomina el empleo involuntario¡±, argumenta Rodolfo Guti¨¦rrez. De acuerdo con las cifras de Eurostat correspondientes a 2012, el porcentaje de ocupados a tiempo parcial que aceptan ese contrato por no encontrar uno a tiempo completo en Holanda es del 9,1%, en Alemania del 16,6% y en Francia del 31,5%.
Seg¨²n el INE, en Espa?a el empleo a tiempo completo perdi¨® 818.800 ocupados en 2013, mientras que el de jornada parcial aument¨® en 146.000.
El empleo temporal se ha utilizado como un instrumento para realizar un ajuste salarial en las empresas y no como una alternativa para incentivar la creaci¨®n de trabajo, subraya el catedr¨¢tico de la Universidad de Oviedo. Ana Hermoso explica que la media jornada no es una opci¨®n voluntaria. ¡°Es una imposici¨®n de quien contrata. No es el reflejo de un proceso de modernizaci¨®n de las relaciones laborales o de una aproximaci¨®n del modelo social espa?ol a est¨¢ndares europeos. Es, por el contrario, un deterioro real¡±.
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