La desigualdad, el nuevo caballo de batalla del FMI
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha situado su nuevo caballo de batalla en la lucha contra la creciente desigualdad econ¨®mica, tendencia que ve generalizada tanto en avanzados como emergentes y que ya ha advertido que puede hacer descarrilar la t¨ªmida recuperaci¨®n en marcha.
El organismo dirigido por Christine Lagarde subray¨® esta semana en un amplio estudio sobre desigualdad y pol¨ªtica fiscal que "en las ¨²ltimas tres d¨¦cadas, la desigualdad ha crecido en casi todos los pa¨ªses".
De hecho, Lagarde ha llamado a esta tendencia uno de los "mayores flagelos" econ¨®micos de nuestro tiempo en repetidos discursos.
Por ello, y para hacer frente a la creciente desigualdad global, el FMI recomienda tratar con sumo cuidado las herramientas de pol¨ªtica fiscal disponibles.
Esta tendencia, los cada vez m¨¢s dispares rendimientos de los segmentos m¨¢s ricos y menos ricos de la poblaci¨®n, ha potenciado las exigencias de la ciudadan¨ªa por una mayor redistribuci¨®n.
"Especialmente", explic¨® David Lipton, n¨²mero dos del Fondo en una conferencia en Washington para presentar el informe, "en el contexto de tensiones sociales asociadas a la consolidaci¨®n fiscal aplicada tras el estallido de la crisis financiera de 2008".
Como caso paradigm¨¢tico el Fondo ha puesto a Estados Unidos, donde la cuota del total de ingresos capturada por el 10 % m¨¢s rico de la poblaci¨®n ha pasado del 30 % en 1980 al 48 % en 2012, aunque observa una trayectoria similar en casi todos los pa¨ªses.
Para los avanzados, el FMI recomienda elevar la edad de jubilaci¨®n, con "el objetivo de mejorar la estabilidad financiera de los planes de pensiones sin reducir beneficios", y reducir exenciones regresivas como las desgravaciones por propiedad de inmuebles.
En Europa, donde se han impuesto duros planes de ajuste para hacer frente a la crisis en las finanzas p¨²blicas, el Fondo destaca las pol¨ªticas progresivas aplicadas en pa¨ªses como Espa?a, Grecia, Letonia, Portugal y Ruman¨ªa entre 2008 y 2012, donde los estratos mejor situados soportaron el grueso del ajuste.
En el lado opuesto, sit¨²a a Reino Unido o Italia, cuyas pol¨ªticas han sido menos equitativas.
Asimismo, Lipton advirti¨® de los riesgos de pol¨ªticas redistributivas err¨®neas y mal ajustadas en los pa¨ªses emergentes.
"La redistribuci¨®n puede apoyar el crecimiento porque reduce la desigualdad, pero puede ser muy costosa si est¨¢ mal dise?ada", afirm¨® al apuntar como ejemplo los ineficientes subsidios energ¨¦ticos en pa¨ªses en desarrollo.
El organismo se ha lanzado en una cruzada contra este tipo de subsidios, que favorecen de manera desproporcionada a aquellos con mayores ingresos.
Adem¨¢s, el Fondo, que hab¨ªa hasta ahora mantenido una cautelosa distancia respecto a la desigualdad tanto de ingreso como de riqueza dentro del crecimiento general, ha empezado a reconocer las complicadas consecuencias sociales que puede tener al vincularlo a las protestas que se han visto en los ¨²ltimos a?os en pa¨ªses como Turqu¨ªa, Brasil, Venezuela o Egipto.
"En muchos pa¨ªses en desarrollo, el 40 % m¨¢s pobre recibe menos del 40 % del total de beneficios sociales, lo que contribuye a la desigualdad de oportunidades y una baja movilidad intergeneracional", explic¨® Lipton.
No obstante, y pese a valorar el reciente ¨¦nfasis en la cuesti¨®n por parte de los t¨¦cnicos del Fondo, organizaciones como Oxfam piden que salga del ¨¢mbito acad¨¦mico y empiece a aplicar estas recetas en el d¨ªa a d¨ªa de la instituci¨®n.
"Esperemos que esto signifique un cambio a largo plazo en las recomendaciones de pol¨ªtica del FMI a los pa¨ªses: invertir en educaci¨®n y sanidad y pol¨ªticas fiscales m¨¢s progresivas", dijo a Efe Nicolas Mombrial, portavoz de Oxfam en Washington.
Asimismo, apunt¨® a un elemento ausente en el an¨¢lisis de la instituci¨®n: "Es preocupante que no identifique la evasi¨®n fiscal de las empresas como un generador de desigualdad (...) Las compa?¨ªas deben contribuir con su parte".
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