Fomento acelera el reparto del tren
El Ejecutivo dar¨¢ entrada a empresas privadas en el transporte de viajeros en competencia con Renfe cinco a?os antes de lo exigido por Bruselas
Si se cumplen las previsiones de la ministra de Fomento, Ana Pastor, a partir de julio un pu?ado de empresas privadas podr¨¢n competir con Renfe para explotar el negocio del transporte de viajeros. El proceso, un negocio de varios cientos de millones de euros (el Gobierno no lo detalla), se gesta en silencio. Ni Fomento, ni Renfe, ni Adif quieren decir una palabra m¨¢s de lo que la ministra ha ido soltando a cuentagotas en foros m¨¢s o menos p¨²blicos, aunque sin dar pie a un verdadero debate sobre el asunto.
La privatizaci¨®n del servicio de ferrocarril se realizar¨¢ por la v¨ªa expr¨¦s, la misma que el Gobierno est¨¢ utilizando para construir el marco normativo. A golpe de BOE, una lluvia fina de normas tramitadas con urgencia est¨¢n dando cobertura a la transformaci¨®n del panorama ferroviario bajo el mantra de que Europa lo ordena. Bruselas cree insostenible que el tren tenga ayudas p¨²blicas en el continente de 46.000 millones de euros cada a?o (datos de 2009), y ha fijado el 31 de diciembre de 2019 como fecha tope para que los Estados miembros rompan sus viejos monopolios p¨²blicos. Alemania y Francia est¨¢n haciendo lo posible para dilatar este proceso y proteger a sus compa?¨ªas (Deutsche Bahn y SNCF), todo lo contrario a lo que hace el Ejecutivo de Mariano Rajoy, que quiere presentarse como alumno aventajado y acortar en cinco a?os ese plazo, pese a que ni de lejos ha comenzado a rentabilizar las fuertes inversiones de la ¨²ltima d¨¦cada. Cuando el proceso culmine, cualquier empresa podr¨¢ ofrecer servicios nacionales de transporte de viajeros por tren en toda la UE.
El Gobierno puede sacar a concurso l¨ªneas enteras o franjas horarias
La ¨²ltima p¨ªldora informativa sobre la marcha del proceso la ofreci¨® Pastor en un encuentro en el peri¨®dico La Raz¨®n, editado por el Grupo Planeta, donde confirm¨® que el Estado alquilar¨¢ una treintena de trenes para que sociedades privadas puedan comenzar a operar.Seis firmas tienen ya licencia de Adif para adjudicarse capacidad de transporte junto a Renfe. Una de ellas es Veloi Rail, que ha declinado hablar con este peri¨®dico y que es propiedad del mencionado Grupo Planeta. Continental Rail, del grupo ACS, as¨ª como algunas empresas de autobuses (Avanza o Interbus), tambi¨¦n est¨¢n habilitadas. Otras tramitan sus permisos ante Adif.
El c¨®mo y el qu¨¦ se privatiza es lo que importa. Renfe vendi¨® el a?o pasado 465 millones de billetes, 51 millones menos que en 2005. Seg¨²n uno de los pocos informes sobre rentabilidad que se conocen, fechado en 2011, los resultados econ¨®micos de las l¨ªneas de media distancia son catastr¨®ficos: las m¨¢s eficientes cubren solo el 59% de los costes con el precio del trayecto. Las menos, el 16%. Pero son las l¨ªneas m¨¢s jugosas, las de larga distancia y AVE (Madrid-Barcelona, Madrid-Alicante o la alta velocidad a Sevilla) las que suenan en el bombo de la privatizaci¨®n. En ellas el Estado ha invertido 48.631 millones de euros (sin contar con los AVE en construcci¨®n).
La parte de mercado que Fomento podr¨ªa ceder a la inversi¨®n privada, calcula el diputado socialista Rafael Simancas, podr¨ªa llegar a los 1.000 millones de euros si el Gobierno opta por concesionar lo m¨¢s rentable. ¡°Todo se est¨¢ haciendo con la mayor de las sordinas, la opacidad solo es comparable a la magnitud del negocio al que dar¨¢ lugar¡±. A Armando Guerra, experto en ferrocarril de la consultora Future Plus, le preocupa que el Ejecutivo se olvide de que este asunto es ¡°un tema de pa¨ªs, no de cuenta de resultados de cara a Bruselas¡±, y pide reglas claras y transparencia. ¡°De lo contrario el usuario no se va a beneficiar ni de una mejora de la calidad ni de precios¡±.
Los ingresos en los trayectos de media distancia no cubren los costes
En cuanto al c¨®mo, el sector baraja varias posibilidades: que el Gobierno saque a concesi¨®n una o varias l¨ªneas completas o lo haga por los llamados surcos, subastando trayectos (franjas horarias) al mejor postor, algo parecido a lo que ocurre con los slots aeroportuarios. Manuel Mora, parlamentario del PP y miembro de la comisi¨®n de Fomento del Congreso, explica que este proceso que rompe el monopolio p¨²blico solo busca ¡°favorecer a los viajeros¡±. Pero el recelo en el sector es evidente, tanto por los que apoyan la privatizaci¨®n como por los que creen que se vender¨¢n las joyas de la abuela. Hace nueve a?os que se liberaliz¨® el transporte de mercanc¨ªas en tren ¡°y Renfe sigue teniendo el 80% de la cuota¡±, reflexiona un directivo de una asociaci¨®n del sector que no quiere ser identificado. ¡°La rentabilidad de los operadores privados en mercanc¨ªas se acerca a cero¡±, dice.
Una fuente sindical de Renfe traslada que los usuarios apenas lo notar¨¢n: ¡°Esto no va a ser como el tema de los vuelos baratos. Una cosa es regular el espacio a¨¦reo y otra el tren, todos tienen que pasar por las mismas v¨ªas y no hay mercado suficiente. Renfe ya est¨¢ haciendo una agresiva rebaja de precios, ning¨²n operador podr¨¢ seguir bajando¡±.
Germ¨¤ Bel, experto en ferrocarril del departamento de Pol¨ªtica Econ¨®mica de la Universidad de Barcelona, critica que Espa?a ¡°no aprenda de los pa¨ªses que lo han hecho bien¡±, y que haya planificando la red de AVE m¨¢s extensa de la OCDE con unos ratios de pasajero por kil¨®metro precarios y perspectivas realmente pobres de rentabilidad econ¨®mica. Calcula que en este nuevo proceso privatizador todo depender¨¢ de la tasa de acceso a la infraestructura que establezca el Gobierno.
Bel¨¦n Rey, de la Universidad Complutense de Madrid, resume que la entrada de empresas en el transporte de viajeros ¡°har¨ªa que estas analizaran los costes y lo m¨¢s probable ser¨ªa eliminaci¨®n de trayectos y precios m¨¢s altos¡±.
Terror al modelo brit¨¢nico
Fue uno de los mayores fiascos del Gobierno de Margaret Thatcher y todav¨ªa se recuerda con temor en el sector. Aunque parec¨ªa una de esas compa?¨ªas intocables, la ex primera ministra dio los pasos para la venta de la p¨²blica British Rail, que finalmente complet¨® en 1996 el tambi¨¦n conservador John Major. Tras un enorme ¨¦xito en Bolsa nac¨ªa Railtrack, un gigante con una infraestructura de 32.200 kil¨®metros, 2.500 estaciones y miles de cruces, t¨²neles, puentes y viaductos. Los problemas comenzaron en menos de dos a?os: retrasos, quejas de usuarios y dos tr¨¢gicos accidentes dispararon las dudas sobre aquella operaci¨®n. La fragmentaci¨®n y la concesi¨®n de servicios a distintos operadores cre¨® m¨¢s problemas que soluciones, empezando porque no sirvi¨® al objetivo principal: conseguir una mayor competencia.
En 2001, la empresa estaba ahogada financieramente y pidi¨® socorro p¨²blico. La Administraci¨®n de Tony Blair decidi¨® tomar su control y suspender su cotizaci¨®n. Durante ocho meses, los funcionarios se hicieron cargo de vigilar la gesti¨®n de Railtrack hasta que se completara el proceso de reconversi¨®n de la compa?¨ªa.
Entonces no solo se sosten¨ªa que la competencia privada mejorar¨ªa los servicios, sino tambi¨¦n que supondr¨ªa enormes reducciones de costes (y, por tanto, de los precios de los billetes). Pero seg¨²n varios informes consultados, el resultado fue justo el contrario: privatizar la infraestructura result¨® un mal negocio, porque la empresa fue incapaz de generar recursos para financiar su propio desarrollo y, al final, tuvo que recurrir al Estado.
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