Una legislatura de pesadilla
La oficina de estad¨ªsticas de la Comisi¨®n Europea (CE) acaba de hacer p¨²blica la situaci¨®n econ¨®mica de la eurozona, en el momento en que se votar¨¢ la composici¨®n del nuevo Parlamento Europeo: un estancamiento (incremento del PIB del 0,2%) que no es recesi¨®n s¨®lo por la potencia del despegue de Alemania (0,8%). Es interesante comparar esta coyuntura con la del primer trimestre de 2009, la que marcaba el comienzo de la legislatura del Europarlamento que ahora acaba: entonces, la zona euro retroced¨ªa un 2,5%, con todos los grandes pa¨ªses en recesi¨®n (Alemania, -3,8%; Francia, -1,2%; Italia, -5,9%; Espa?a, -2,9%). De la mayor recesi¨®n desde la II Guerra Mundial a un estancamiento con paro masivo. Ese es el recorrido de los ¨²ltimos cinco a?os.
??Qu¨¦ ha ocurrido en el medio? ?Merece la pena este tr¨¢nsito, con tantos sacrificios? ?No hab¨ªa otro camino, una gesti¨®n alternativa de la crisis? Esto hubiera debido ser el coraz¨®n de la campa?a electoral. En medio ha habido tres acontecimientos de la misma dimensi¨®n: rescates a cinco pa¨ªses (Grecia, Irlanda, Portugal, Chipre, y de naturaleza financiera a Espa?a), una pol¨ªtica de austeridad sin fisuras, independientemente de la situaci¨®n macroecon¨®mica de la que se part¨ªa (pol¨ªtica de talla ¨²nica), y supervisi¨®n tanto de los rescates como de la austeridad por parte de una seudoinstituci¨®n, la troika (CE, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) que no figura en ning¨²n Tratado de la UE ni ha sido elegida por ciudadano alguno para que rija la pol¨ªtica econ¨®mica de los pa¨ªses m¨¢s maltratados por los rigores de la crisis.
Aparte de los problemas de d¨¦ficit democr¨¢tico que sugiere esta instituci¨®n inorg¨¢nica tan sui g¨¦neris, el Parlamento Europeo hizo una especie de auditor¨ªa de los procedimientos de la troika en los pa¨ªses intervenidos, para llegar a las siguientes conclusiones: ha obviado sistem¨¢ticamente las recomendaciones de pol¨ªtica econ¨®mica establecidos por la Comisi¨®n Europea (uno de sus componentes) en la Agenda de Lisboa; se ha conducido sin la necesaria transparencia; y no ha incorporado a los programas de ajuste las orientaciones establecidas en la Carta Europea de Derechos Fundamentales y en el Tratado de Funcionamiento de la UE (art¨ªculo 168) respecto a los derechos b¨¢sicos y servicios p¨²blicos esenciales.
Esto genera un dilema entre la legitimidad de los procedimientos y la eficacia de las actuaciones. Pero los resultados obtenidos son, como hemos visto, poco decorosos: las pol¨ªticas de ajuste que se han impuesto a los pa¨ªses deudores para satisfacer los intereses de los acreedores han derivado hasta ahora en fracaso: tras casi siete a?os de recortes y reformas estructurales casi siempre limitativas de situaciones anteriores (y que han dado lugar a una gigantesca redistribuci¨®n del poder, la renta y la riqueza) la econom¨ªa sigue plana, produci¨¦ndose una ca¨ªda de los ingresos p¨²blicos superior, en muchos casos, al monto de los recortes hechos en protecci¨®n social e inversi¨®n p¨²blica, lo que ha supuesto un gigantesco incremento de la deuda p¨²blica. El an¨¢lisis coste-beneficio no parece precisamente ¨®ptimo.
La troika es una ¡®seudoinstituci¨®n¡¯ que no figura en ning¨²n tratado de la UE
En este punto hay que recordar que la crisis del euro no comenz¨® porque ning¨²n enloquecido gobierno de izquierdas o de derecha se pusiera a gastar sin l¨ªmites, sino, sobre todo, por las ayudas que hubo que conceder a los sistemas financieros nacionales, para que ¨¦stos no quebrasen. Se ayud¨® a los bancos y a los banqueros.
De todas las brechas que se han agigantado en estos ¨²ltimos cinco a?os en Europa (acreedores-deudores, Norte-Sur, centro-periferia, pa¨ªses del euro y pa¨ªses fuera de la moneda ¨²nica,¡) la m¨¢s inquietante es la que enfrenta a las ¨¦lites europe¨ªstas y al resto de los ciudadanos. Mientras que las primeras abundan en el eslogan de m¨¢s Europa, la necesidad de completar los mecanismos institucionales para una uni¨®n econ¨®mica m¨¢s plena (y una pol¨ªtica exterior que permita a la UE ser actor principal en situaciones como la de Ucrania), la ciudadan¨ªa se muestra crecientemente m¨¢s renuente ante la falta de resultados econ¨®micos y ante las cesiones de soberan¨ªa desde los parlamentos nacionales hacia instituciones dif¨ªciles de evaluar. Seg¨²n el Eurobar¨®metro, Espa?a est¨¢ entre los tres pa¨ªses donde m¨¢s ha crecido la desconfianza en la UE, despu¨¦s de Chipre y Grecia. Con ese estado de ¨¢nimo, huelga hablar de abstenci¨®n electoral.
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