Lograr justicia y eficiencia
Jos¨¦ Ignacio Conde-Ruiz aborda en su nuevo libro titulado ?Qu¨¦ ser¨¢ de mi pensi¨®n? el reto al que se enfrenta Espa?a en relaci¨®n con el dinero para la jubilaci¨®n.
En este extracto del cap¨ªtulo 13, titulado ¡®C¨®mo ser¨¢n las pensiones del futuro¡¯, Jos¨¦ Ignacio Code-Ruiz intenta arrojar algo de luz sobre la sostenibilidad del sistema p¨²blico y se muestra partidario de un sistema de cuentas nocionales:
Incluso en un hipot¨¦tico caso de aumento de los ingresos, si queremos que la sostenibilidad del sistema de pensiones no se consiga a cambio de una cuasicongelaci¨®n perpetua de las pensiones, sabemos que la pensi¨®n media con respecto al salario medio deber¨ªa caer. Sin embargo, lo que debemos tener claro es c¨®mo queremos que se ajuste el gasto para garantizar dicha sostenibilidad.
Un primer camino es el que acabamos de ver, y que se trata de convertir nuestro sistema de pensiones de contributivo a asistencial, en el que todos los trabajadores cobren una misma pensi¨®n subsistencia. En este caso, como ya hemos dicho, deber¨ªa hacerse de un modo expl¨ªcito. El primer paso para hacerlo de forma expl¨ªcita es reformar la Constituci¨®n espa?ola, ya que en su art¨ªculo 50 defiende la naturaleza contributiva del sistema de pensiones.
Personalmente, yo creo en la naturaleza contributiva de nuestro sistema de pensiones, y no deber¨ªamos renunciar a ella para garantizar la sostenibilidad del mismo. En mi opini¨®n, la contributividad es un activo muy importante: el hecho de que la pensi¨®n dependa del esfuerzo contributivo no solo es justo sino que tambi¨¦n genera incentivos para cotizar. En cambio, si la pensi¨®n acaba siendo la misma para todo el mundo, independientemente de lo que se cotice, existe un mayor incentivo a no cotizar o a trabajar en la econom¨ªa sumergida. Esto es as¨ª porque, en cierto modo, bajo un sistema contributivo los trabajadores no ven las cotizaciones solo como un impuesto m¨¢s, sino tambi¨¦n como una v¨ªa para ahorrar para el futuro. M¨¢s cotizas ahora, mayor es tu pensi¨®n ma?ana.
En el caso de que se acabe optando por el mantenimiento de la contributividad, est¨¢ claro que debemos encontrar una forma adecuada para bajar la pensi¨®n media con respecto al salario medio, e intentar, al mismo tiempo, resolver las injusticias que presentan las actuales reglas del sistema de pensiones, injusticias que hemos visto en un cap¨ªtulo anterior con varios ejemplos que nos han mostrado que no todas las cotizaciones cuentan lo mismo a la hora de calcular la pensi¨®n.
Por un lado, la pensi¨®n de jubilaci¨®n tiene que ser proporcional a las cotizaciones realizadas a lo largo de toda la vida laboral; es decir, todas las cotizaciones deben contar igual a la hora de determinar la pensi¨®n a la que tiene derecho un trabajador y, para ello, hay que considerar toda la vida laboral del trabajador. En este sentido, la reforma de 2011 ya elev¨® los a?os para calcular la base reguladora de los 15 ¨²ltimos a?os a los 25 ¨²ltimos a?os. Una medida de esta naturaleza har¨ªa compatibles los objetivos de sostenibilidad y de equidad, ya que har¨ªa que las pensiones fueran menos sensibles a la posible mala suerte del trabajador en el mercado laboral durante los ¨²ltimos a?os de su carrera profesional, eliminando as¨ª situaciones poco equitativas que, por desgracia, se han convertido en algo muy frecuente en estos ¨²ltimos a?os. Si se considerara toda la vida laboral y todas las cotizaciones contaran del mismo modo, el impacto sobre la contenci¨®n del gasto ser¨ªa muy grande.
Por otro lado, la edad de jubilaci¨®n deber¨ªa ser flexible y la pensi¨®n deber¨ªa depender de la esperanza de vida en el momento de la jubilaci¨®n. En este sentido, deber¨ªa permitirse el acceso a la jubilaci¨®n a diferentes edades, siempre y cuando se produzca el correspondiente ajuste de la pensi¨®n a percibir en funci¨®n de las cotizaciones realizadas a lo largo de toda la vida laboral y de la esperanza de vida en el momento de la jubilaci¨®n.
Por ello, hay que decir que el aumento de la edad legal de jubilaci¨®n a los 67 a?os en la reforma de 2011 y el factor de sostenibilidad de la reforma de 2013 son un buen comienzo para acabar logrando ¨¦sto. Con todo, el retraso en la edad de jubilaci¨®n deber¨ªa implementarse de un modo flexible con el fin de no discriminar a aquellos trabajadores que se hayan incorporado al mercado laboral a edades muy tempranas o que ejerzan actividades que exigen un esfuerzo f¨ªsico considerable. Para conseguirlo, ser¨¢ necesario establecer un factor de proporcionalidad entre la pensi¨®n y las cotizaciones realizadas a lo largo de toda la vida laboral y que dependa de la esperanza de vida en el momento de la jubilaci¨®n.
Adem¨¢s, esta medida acabar¨ªa siendo ¨²til ya que no es ni justo ni eficiente obligar a todos los trabajadores a retirarse a la misma edad. A pesar de que sabemos que la esperanza de vida a partir de los 65 a?os va a ir en aumento en las pr¨®ximas d¨¦cadas, sabemos que ¨¦sto es as¨ª en t¨¦rminos medios, pero a nivel individual hay personas que viven m¨¢s a?os que la media y otras que viven menos. Por otro lado, estudios realizados en otros pa¨ªses muestran que la esperanza de vida disminuye cuanto menor es el nivel de renta.
En resumen, podemos afirmar que las reformas de los ¨²ltimos a?os han ido en la direcci¨®n adecuada. Por este motivo, tengo la convicci¨®n de que el sistema de pensiones en Espa?a se encuentra en una situaci¨®n id¨®nea para dar el paso definitivo: transformarse en un sistema p¨²blico de pensiones de reparto y con cuentas nocionales.
Un sistema de cuentas nocionales no tiene nada que ver con un sistema de capitalizaci¨®n. Este tipo de sistema se ha introducido recientemente en pa¨ªses como Suecia o Italia. Es un sistema de pensiones de reparto porque cuando un trabajador realiza una cotizaci¨®n, aunque dicha cotizaci¨®n quede registrada de forma virtual en lo que se denomina una cuenta nocional, en realidad esta cotizaci¨®n se utiliza, como en el resto de los sistemas de reparto, para pagar las pensiones de los jubilados actuales.
Este sistema calcula la pensi¨®n a la que tiene derecho el trabajador de una forma m¨¢s sencilla y transparente, ya que b¨¢sicamente, la pensi¨®n se calcula en funci¨®n de un rendimiento hipot¨¦tico que podr¨ªan haber tenido las aportaciones realizadas por el trabajador a lo largo de su vida. Esta sencilla f¨®rmula sustituir¨ªa a la compleja e injusta f¨®rmula del sistema actual, que utiliza los a?os trabajados, las bases de cotizaci¨®n de los ¨²ltimos 25 a?os, la edad de jubilaci¨®n y los m¨²ltiples umbrales (m¨¢ximos y m¨ªnimos) sobre las pensiones y las bases de cotizaci¨®n.
Esta forma de calcular la pensi¨®n permite de un modo m¨¢s simple mantener la contributividad y eliminar las injusticias del actual sistema de pensiones espa?ol, ya que en un sistema de cuentas nocionales todas las cotizaciones cuentan igual y permite establecer un sistema de retiro flexible.
En resumen, podemos ser optimistas en cuanto a que ¨¦ste podr¨¢ acabar siendo el rumbo que tome nuestro sistema de pensiones, ya que las reformas de 2011 y 2013 ya han dado sus pasos para avanzar hacia un sistema de cuentas nocionales. Y el hecho de haber comenzado a dar estos pasos tambi¨¦n nos lleva a pensar que la oposici¨®n pol¨ªtica a transformar nuestro sistema en uno de cuentas nocionales no ser¨¢ muy grande.
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