Portillo gana un segundo caso a Colonial
La inmobiliaria acus¨® a su expresidente de negligencia y causar da?os a la firma
Inmobiliaria Colonial ha vuelto a perder otro caso con Luis Portillo, el inversor que lleg¨® a presidir la empresa en pleno bum sectorial. El juzgado mercantil n¨²mero 5 de Madrid ha desestimado la demanda interpuesta contra ¨¦l, Mar¨ªa Jes¨²s Valero y Mariano Miguel Velasco, as¨ª como contra las sociedades Tersina y Quetro. El demandante consider¨® que actuaron negligentemente y causaron da?os al vender bienes por debajo del valor real en cinco operaciones y ocultar datos a los socios para concurrir despu¨¦s a una ampliaci¨®n de capital y realizar aportaciones dinerarias.
Para Colonial, que puede recurrir, llueve sobre mojado. A finales de 2012, la Audiencia Provincial de Madrid desestim¨® un recurso de apelaci¨®n tras haber perdido en primera instancia una primera demanda en la que responsabilizaba a Portillo de los da?os causados entre marzo de 2007 y marzo de 2008 por la compra de acciones propias ¡°incumpliendo los deberes de diligente administraci¨®n¡± y reclamaba 311 millones. Adem¨¢s, el consejo interpuso una tercera acci¨®n de responsabilidad por la compra de Riofisa, sobre la que ya se ha celebrado juicio. En total, 1.200 millones.
La Audiencia consider¨® que el acuerdo del que nacieron las tres acciones pedidas por Colonial era defectuoso por no determinar los administradores responsables, no especificar la conducta antijur¨ªdica y por hacer una referencia gen¨¦rica a los da?os sin concreci¨®n en el da?o y la cuant¨ªa.
Los mismos argumentos ha manejado el juzgado mercantil al valorar esta demanda, lo que se puede explicar al derivar las tres acciones de la misma junta general.
La sentencia se?ala que debieran concurrir los siguientes presupuestos: comportamiento activo o pasivo de transparencia; que tal comportamiento sea imputable al ¨®rgano de administraci¨®n; que la conducta sea antijur¨ªdica por infringir la ley, los estatutos o no ajustarse al patr¨®n de diligencia exigible; que la sociedad sufra un da?o o que exista relaci¨®n de causalidad entre el actuar del administrador y el da?o. Pues bien, seg¨²n el juzgado no se produjo esa concurrencia ni conducta dolosa o negligente ni da?o efectivo a la sociedad (o al menos el demandante no lo acredit¨®) ni relaci¨®n de causalidad.
Los hechos se remontan a la compra de Colonial por Inmocaral, la empresa de Portillo, en 2006, y la posterior fusi¨®n en 2007. Mariano Miguel era la mano derecha de Portillo y cuando este dimiti¨® de presidente a finales de 2007 le sustituy¨®. Inmocaral hab¨ªa lanzado una OPA en 2006 sobre Colonial (3.513 millones), realizar otra OPA sobre su filial francesa SFL (245 millones) y adquirir el grupo Riofisa (2.000 millones) y el 15% de FCC (1.534 millones). La operaci¨®n de Colonial se hizo mediante una ampliaci¨®n de capital por 2.687 millones y un pr¨¦stamo puente suscrito con Goldman Sachs, Royal Bank of Scotland y Eurohypo por 2.200 millones garantizado con las acciones de Colonial, elevando la deuda a 9.000 millones.
Pero, con la crisis se dispararon las p¨¦rdidas. El 27 de junio, Mariano Miguel dimiti¨®. En septiembre alcanz¨® un acuerdo de reestructuraci¨®n de la deuda que dio lugar a la desinversi¨®n de las adquisiciones mencionadas. Seg¨²n la demanda, las p¨¦rdidas derivadas de la autocartera fueron 320,5 millones. Despu¨¦s Colonial sigui¨® su camino y, tras la entrada de OHL, se encuentra en un proceso de saneamiento.
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